El camino de la sustentabilidad

Es un devenir continuo con dificultades y obstáculos para sortear, como cualquier iniciativa.

20 febrero, 2019

Por Gabriela Del Ristoro (*)

 

En El futuro de los negocios sostenibles, publicado por el Institute for Sustainable Leadership de la Universidad de Cambridge, las expectativas y la mirada crítica de la sociedad, junto con la creciente regulación vinculada a temas ambientales y sociales, aparecen como las dos principales preocupaciones de los líderes empresariales a nivel global.

En ambos casos se trata de factores externos a las compañías que, si bien no pueden tenerse bajo un control total, sí pueden, y deben, ser gestionados adecuadamente.

Los especialistas definen la sustentabilidad como un modelo de gestión, pero pensándola en términos más coloquiales, la sustentabilidad es un camino. Es un devenir continuo con dificultades y obstáculos para sortear, como cualquier iniciativa que uno emprende.

En Argentina, las empresas están comenzando a enfrentar estos nuevos desafíos. Aspectos como la gestión de la cadena de valor y la transparencia están tomando cada vez más relevancia en la agenda corporativa.

En el fondo, el objetivo es minimizar los riesgos para una compañía. Un punto crítico en la cadena de valor puede traducirse en un potencial riesgo, no sólo operativo sino reputacional.

En este sentido, es crucial que el top management de una empresa comprenda la importancia de gestionar la cadena de valor de manera responsable.

Sin embargo, no se trata sólo de prevenir sino también de conformar alianzas a largo plazo que contribuyan a desarrollar nuevas oportunidades de negocio. La transparencia, la aplicación de criterios claros en la contratación y la profesionalización no son medidas únicamente para evitar inconvenientes; también generan valor para la compañía y contribuyen a mejorar su productividad. Esta gestión va a permitir enriquecer y ampliar la medición del impacto ambiental, social y financiero de los reportes de sustentabilidad.

La sustentabilidad ya no puede ser otra cosa que transversal porque no puede pensarse como algo específico para una determinada área o aspecto de una organización, es parte de todas sus actividades, contactos, valores, visión y proyectos. Así se entiende, por ejemplo, que los bancos y las aseguradoras están evaluando cada vez más los negocios que financian, buscando proyectos de impacto social, y cuidadosos del medio ambiente. Lo que hasta hace pocos años parecía una simple tendencia, hoy se ha convertido en un consolidado modelo de negocios con vínculos valiosos entre la comunidad, las compañías grandes y chicas, y los consumidores.

(*) Jefa de Comunicaciones y Sustentabilidad de Grupo Insud.

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