El decisivo papel de los miembros independientes

El proceso detonado por Enron –que aún no termina– ha deteriorado la confianza del público, los mercados y las autoridades en las cadenas de mandos. Hoy se habla, incluso, de “una crisis en el modelo de negocios”. Prácticas contables engañosas, fraudes y conflictos de intereses alcanzaron tal escala que asombran el fracaso o la negligencia de directorios y comités auditores, en cuanto a detectar o prevenir desastres. Ninguna de ambas instancias cumplió su función primaria: proteger a accionistas, empleados y público, de abusos ejecutivos.

17 noviembre, 2012

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