La corrupción en el ámbito privado

El rechazo a las prácticas corruptas en el ámbito privado no obedece únicamente a convicciones éticas. Es un mal negocio: aumenta los costos y daña reputaciones de personas y marcas. Hace más difícil el acceso al crédito; repercute en productos de menor calidad o peligrosos para las personas; y genera daños no solo en la economía sino también en el medio ambiente.

11 enero, 2010

<p>Por Manuel Garrido (*)</p>
<p>Si bien es habitual referirse a la corrupci&oacute;n como una pr&aacute;ctica que involucra tanto a los funcionarios p&uacute;blicos que reciben una ventaja indebida como a los particulares que ofrecen o entregan esa ventaja o beneficio, las acciones contra la corrupci&oacute;n se han centrado tradicionalmente en la faz p&uacute;blica del problema.<br />
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Solo recientemente se ha puesto especial &eacute;nfasis en la necesidad de adoptar medidas, predominantemente preventivas, que apunten al sector privado.<br />
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Hace pocos d&iacute;as el G-20 manifest&oacute; la necesidad de incrementar los est&aacute;ndares que enmarcan el comportamiento de los bancos respecto del manejo de fondos originados por pr&aacute;cticas corruptas.<br />
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Un poco antes, el Informe Global sobre la Corrupci&oacute;n 2009, presentado por la organizaci&oacute;n Transparencia Internacional en septiembre &uacute;ltimo, centr&oacute; su atenci&oacute;n &ndash;precisamente&ndash; en la realidad de la corrupci&oacute;n en el sector privado, sus efectos y las m&uacute;ltiples posibilidades, exploradas y por explorar, para combatirla en el seno mismo de las empresas.<br />
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All&iacute; se informa que al menos la mitad de los hombres de empresa encuestados afirma que la corrupci&oacute;n representa al menos un incremento en el costo de sus emprendimientos de 10%.<br />
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La corrupci&oacute;n aumenta el costo de hacer negocios; introduce riesgos para la reputaci&oacute;n de las empresas, que puede destruirse en caso de ser descubiertas; corroe la m&iacute;stica de sus integrantes; y propicia peores condiciones laborales.<br />
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La corrupci&oacute;n en el sector privado repercute, por otro lado, en una menor calidad y legitimidad de la democracia y de la vida p&uacute;blica, devastando la confianza de la ciudadan&iacute;a en los actores principales del sistema pol&iacute;tico y econ&oacute;mico.<br />
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La encuesta del Banco Mundial sobre el entorno de negocios y el desempe&ntilde;o empresarial del a&ntilde;o 2000 muestra que cuanto m&aacute;s peque&ntilde;a es la empresa es m&aacute;s f&aacute;cil que la corrupci&oacute;n la perjudique. Y tambi&eacute;n revela que las empresas peque&ntilde;as pagan un porcentaje m&aacute;s alto de sus ingresos anuales en sobornos a funcionarios p&uacute;blicos y hacen pagos adicionales con mayor frecuencia que las empresas grandes.</p>
<p><strong>Estrategias anti corrupci&oacute;n</strong><br />
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La Convenci&oacute;n de la OCDE para combatir el soborno de los funcionarios p&uacute;blicos extranjeros en las transacciones comerciales internacionales fue, en 1997, el primer instrumento legal en abordar el llamado &ldquo;lado de la oferta de la corrupci&oacute;n&rdquo;, ante la evidente necesidad de involucrar al sector privado en las estrategias anticorrupci&oacute;n.<br />
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El art&iacute;culo 12 de la Convenci&oacute;n de las Naciones Unidas contra la Corrupci&oacute;n inst&oacute;, a su vez, a los Estados parte a reforzar las medidas para prevenir la corrupci&oacute;n en el sector privado.<br />
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En 2004, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que es una iniciativa que llama a las empresas a hacer suyos, apoyar y llevar a la pr&aacute;ctica un conjunto de valores fundamentales en materia de derechos humanos, laborales y ambientales, a&ntilde;adi&oacute; un d&eacute;cimo principio sobre corrupci&oacute;n: &ldquo;Las empresas deben trabajar contra la corrupci&oacute;n en cualquiera de sus formas, incluidas la extorsi&oacute;n y los sobornos&rdquo;.<br />
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Adem&aacute;s del abordaje basado en normas estatales, es menester una participaci&oacute;n activa de la comunidad empresaria en la lucha contra la corrupci&oacute;n.<br />
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Esta idea se refleja en el desarrollo de principios de Responsabilidad Social Empresaria que implican adoptar medidas anticorrupci&oacute;n para preservar la reputaci&oacute;n y el cr&eacute;dito, desarrollando controles internos y tambi&eacute;n externos sobre el desenvolvimiento corporativo.<br />
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La experiencia de los &uacute;ltimos a&ntilde;os, al menos en el &aacute;mbito internacional, revela una intensa actividad regulatoria a trav&eacute;s del establecimiento de c&oacute;digos de conducta empresarial. Sin embargo, su efecto es limitado si no se los abona con una decidida y aut&eacute;ntica convicci&oacute;n de los valores que encarnan, expresada a trav&eacute;s de capacitaci&oacute;n, insistencia, aplicaci&oacute;n y seguimiento, y verificaci&oacute;n independientes, sancionando a quienes los infrinjan y premiando a los que los que los cumplan adecuadamente.<br />
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Vale la pena prestar especial atenci&oacute;n, por otro lado, al protagonismo que deben adquirir en estas iniciativas los <em>stakeholders</em>, accionistas, inversores, medios de comunicaci&oacute;n, trabajadores y sus organizaciones, as&iacute; como la sociedad civil.<br />
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Nada de esto tendr&aacute; mayor &eacute;xito si no sintoniza con un liderazgo comprometido que ubique a la integridad como una de las metas esenciales de la empresa. <br />
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Debe pensarse, adem&aacute;s, en incentivos para aquellos l&iacute;deres empresariales que sostengan firmemente estas metas de integridad, as&iacute; como tambi&eacute;n en garantizar protecci&oacute;n a los empleados que den a conocer pr&aacute;cticas irregulares.<br />
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Los empleados son los actores m&aacute;s importantes en la detecci&oacute;n y revelaci&oacute;n de los fraudes corporativos y, por tanto, constituyen un pilar esencial en el combate a la corrupci&oacute;n en el sector privado: distintos estudios y an&aacute;lisis revelan que un importante porcentaje de los casos conocidos surge a partir de denunciantes y datos internos de las empresas.<br />
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Ello ha hecho que en varios pa&iacute;ses las empresas adoptasen mecanismos para favorecer las denuncias &ndash;como por ejemplo a trav&eacute;s de atenci&oacute;n telef&oacute;nica adecuada&ndash; los que han demostrado ser eficaces y contribuyeron notablemente. Varios pa&iacute;ses, como Estados Unidos, Reino Unido, Sud&aacute;frica, Nueva Zelanda y Jap&oacute;n, establecen mecanismos de protecci&oacute;n legal de los <em>whistleblowers</em>, a quienes en algunos casos llegan incluso a recompensar con un porcentaje del dinero defraudado.<br />
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Lamentablemente, la Argentina viene incumpliendo las obligaciones que adopt&oacute; internacionalmente mediante la ratificaci&oacute;n de la Convenci&oacute;n de las Naciones Unidas contra la corrupci&oacute;n, ya que no ha adoptado ninguna norma que proteja a los denunciantes de buena fe de hechos de corrupci&oacute;n, pese a la existencia de un proyecto que elabor&oacute; la Oficina Anticorrupci&oacute;n en 2003.<br />
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Tampoco contamos con normas claras que regulen la actividad de <em>lobby</em>, que apunten a enmarcar la gesti&oacute;n de intereses dentro de los marcos de la legalidad y otorguen mayor visibilidad y control a quienes la desempe&ntilde;an</p>

<p><strong>Informalidad y escasa transparencia</strong><br /><br /> Un estudio del año 2006 realizado por CIPPEC recogió, a través de más de 40 entrevistas en profundidad con diversos actores, las características de las prácticas del <em>lobby</em> empresarial prevalecientes en la Argentina, las que se demostró que se desarrollan en un ambiente de alta informalidad y poca transparencia. Allí se evidenció la importancia del poder económico y de los contactos personales de la empresa como activos decisivos en cuanto a la capacidad de incidencia de las compañías, factores que facilitan un acceso desigual y discrecional de los empresarios a los espacios de toma de decisiones.<br /><br /> Si se parte del supuesto de que la calidad de las políticas públicas aumenta en la medida en que el proceso de su formulación cuente con la voz de todos los afectados, la situación en nuestro país no ofrece un escenario propicio al respecto.<br /><br /> Las prácticas reflejaron, además, la debilidad de muchos espacios institucionales de participación y consulta, y la preferencia que se da al contacto bilateral por sobre la gestión colectiva a través de las asociaciones empresariales. <br /><br /> En ese contexto, el Poder Ejecutivo Nacional se limita a cumplir con las exigencias de publicidad de agendas de los funcionarios, pero muchas veces esa registración es deficiente, ritual y de utilidad relativa.<br /><br /> CIPPEC está impulsando en este momento una investigación y consecuente propuesta para regular la gestión de intereses en el Poder Legislativo Nacional, corrigiendo las fallas que se han observado en el sistema aplicado por la administración pública y dando pie a un debate acerca del equilibrio necesario de voces con intereses contrapuestos en los momentos previos a la toma de decisiones políticas y, más específicamente, legislativas, que puedan afectar intereses empresarios, de la ciudadanía o de minorías con acceso limitado al debate público. <br /><br /> El Poder Legislativo no ha tomado medidas importantes para bloquear los previsibles riesgos de corrupción que entraña una actividad de <em>lobby</em> que puede mutar fácilmente en inadmisibles tráficos de influencia y conflictos de intereses, como las acusaciones cruzadas posteriores a los más importantes debates parlamentarios de los últimos tiempos dejan entrever. <br /><br /> La última evaluación realizada sobre la Argentina por el Grupo de Trabajo de la OCDE sobre el soborno en las transacciones comerciales internacionales hizo hincapié en la falta de conocimiento por parte del sector privado, tanto de las empresas como de las propias asociaciones empresarias, acerca de las normas anticorrupción globales, señalando la falta de códigos de conducta y de otras prácticas de prevención, como <em>hotlines</em>, adopción de cláusulas antisoborno en los contratos, comisiones de monitoreo u otros mecanismos de evaluación de riesgos de esta naturaleza. Allí también se destacó la debilidad de los mecanismos de control de la contabilidad y de la supervisión estatal sobre el devenir de las empresas.<br /><br /> El Informe de Transparencia Internacional muestra cómo diversas organizaciones de la sociedad civil han contribuido a revelar casos de falta de transparencia en la actividad corporativa y a resaltar las enseñanzas más importantes de la experiencia real de las empresas.<br /><br /> En nuestro medio se ha constituido recientemente el Centro ALAC, oficina integrante de Fundación Poder Ciudadano, que tiene como objeto asesorar a los testigos o víctimas de hechos de corrupción en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.<br /> Otra organización, Fundación Soporte, brinda ayuda, asesoramiento y contención a aquellos testigos de buena fe o arrepentidos de hechos de corrupción que deseen colaborar con las investigaciones de corrupción.<br /><br /> En ese contexto, CIPPEC cree que la sociedad civil debe fortalecer alternativas que vayan más allá de la formulación de denuncias y, en consecuencia, se halla embarcado en generar un espacio en el que el sector privado pueda revelar aquellos aspectos más significativos de esa experiencia sin estar sometido a represalias o riesgos para el desarrollo de su actividad pero, a la vez, contribuyendo a generar información relevante para revertir las prácticas irregulares que minan la actividad económica de nuestro país, su competitividad y su credibilidad global.<br /><br /> Entendemos que la adopción de acciones protagónicas en la lucha contra la corrupción es fundamental para poder afirmar la existencia de un necesario comportamiento socialmente responsable por parte de las empresas.</p> <p>(*) Manuel Garrido es, director de Justicia y Transparencia de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).</p> <table width="500" cellspacing="0" cellpadding="0" border="0" bgcolor="#eeecda"> <tbody> <tr> <td><p><font color="#dd5d3f"><strong>Grandes temas pendientes de la Argentina</strong></font></p> <p>Con el objetivo de contribuir al desarrollo del país y mejorar la calidad del debate público a 25 años del retorno de la democracia, <em>Mercado</em> y CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) acordaron crear la sección “Grandes temas pendientes de la Argentina” y publicarán una serie de 12 artículos que abordarán asuntos clave y ayudarán a reflexionar sobre los principales desafíos del próximo cuarto de siglo. Esta, la undécima entrega de la serie, analiza la importancia de la participación en la democracia.</p></td> </tr> </tbody> </table><p> </p>

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