Nueva política exterior

No es ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro. Es anacrónica. Nuestra diplomacia actúa como si el Estado fuera plenamente soberano, en el sentido que la Real Academia da a ese adjetivo: “Que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente”. Los Estados actuales no tienen una autoridad suprema ni siquiera dentro del territorio nacional; y, fuera de él, están sujetos a la interdependencia con otros Estados, con organismos multilaterales (como la Organización Mundial de Comercio) y con intereses privados globales. Un mundo virtual, que carece de fronteras, permite (entre otras cosas) flujos financieros instantáneos e incontrolados.

17 noviembre, 2012

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