El rey del musical

Heredero de una estirpe forjada en el espectáculo, eligió el difícil camino de imponer en el país un género para el que, según él mismo apunta, "faltaba todo lo necesario". Y lo hizo, asegura, porque no quería ser uno más. Lo cierto es que en 1992, después de muchos años sin pisar los teatros de Corrientes, a Pepe Cibrián le llegó su hora con Drácula. Desde entonces, nadie le cuestiona el lugar del Número Uno en la comedia musical porteña.

17 noviembre, 2012

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