¿El dinero hace a la felicidad? Depende

 La relación entre dinero y felicidad es uno de los temas más controversiales y debatidos. De acuerdo con los últimos estudios al respecto, no todo el dinero hace a la felicidad pero ciertamente es necesario tener dinero para ser feliz. 

11 febrero, 2016

La gente ha estado discutiendo durante siglos acerca de si el dinero puede o no comprar la felicidad. Una serie de nuevas investigaciones proporcionan una mejor comprensión de la relación entre lo que ganamos y cómo nos sentimos.

Puede parecer un poco obvio: las personas con mayores ingresos son, en general, más felices que los que luchan por llegar a fin de mes. Ellos no tienen problemas para pagar sus cuentas, tienen más posibilidades de elegir dónde viven o cómo viven, y pueden proporcionarse comodidades para ellos y sus seres queridos. Sin embargo, la riqueza por sí sola no es un boleto de oro a la felicidad. En realidad qué tipo de dinero es el que uno tiene y cómo lo gasta importa mucho más que un gran ingreso.

¿Cómo se mide la felicidad?

La medida más popular para la felicidad es la satisfacción personal. Cómo nos sentimos cada uno respecto a los que entendemos por felicidad, si estamos logrando nuestras metas y si estamos satisfechos con nuestra vida. Cuando se usa esta medición, resulta que los estudios revelan que efectivamente el dinero hace a la felicidad. En todos los países del mundo las personas más felices son las que menos problemas económicos tienen, como ser conseguir comida o salud. Así que cada pequeña mejora económica redunda en un incremento en la felicidad. Pero no todos entienden la felicidad así. Otros investigadores preguntaron con qué frecuencia las personas sentían sensaciones placenteras como realización, afecto o paz en lugar de preguntar directamente si eran felices o no. Resulta que, nuevamente, el dinero hace a la felicidad pero hasta cierto punto. Existe un tope para la felicidad respecto al dinero, exactamente de 75.000 dólares al año. Ganar más que eso no nos asegura ser más felices.

 

No sólo cuánto, sino cómo

Un estudio del Reino Unido del año 2015 también encontró algo interesante respecto a la felicidad y el dinero. Esta investigación se enfocó en los distintos tipos de riqueza y cómo afectan la percepción de felicidad de cada individuo. El resultado fue que el dinero que se recibe por tener acciones, ahorros u otro ingreso personal se siente mucho mejor que otro tipo de dinero obtenido por subsidios del gobierno o por un incremento en alguna pensión. El estudio afirma que es posible que el dinero obtenido  de una manera o de otra se sienta más personal y el individuo tenga más libertad para usarlo como quiera. Además que el dinero ganado por cuenta propia ayuda a sentirse más exitoso y útil en la sociedad.

 

Cómo se gasta el dinero afecta la felicidad

Si el dinero se usa como una herramienta para mejorar la sociedad en lugar de para conseguir más bienes materiales, ese dinero tiene un efecto mayor y mejor en nuestra percepción de felicidad. En el primer caso se experimenta más satisfacción, Otros estudios llegan a la misma conclusión y hacen notar que los gastos en experiencias positivas satisfacen necesidades psicológicas como la sensación de pertenencia y conexión a un grupo o una comunidad. Es más, un estudio de 2008 demostró que, independiente del país o el ingreso, gastar dinero en otras personas nos da más felicidad que gastarlo en nosotros mismos porque fortalece los vínculos interpersonales.

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