¿Para qué sirven las escuelas de negocios?

¿Cuál es la responsabilidad de estos centros de estudio? En la Argentina, crecieron como hongos pero ya no son garantía total de empleo más jerarquizado y mejor remunerado.

27 septiembre, 2012

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<h5 style="margin: 0px 0px 5px; padding: 0px; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 11px; color: rgb(165, 165, 165); font-weight: normal; ">El MBA en la encrucijada</h5>
<p><span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Por Mart&iacute;n Boerr (con la colaboraci&oacute;n de Florencia Pulla y Francisco Llorens)</span></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><img src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1134_8_1.jpg" alt="" style="margin: 0px; padding: 0px; border: 0px; " /></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Desde Adam Smith hasta hace menos de dos d&eacute;cadas, se daba por sentado que el objetivo central de una empresa era ser rentable y dar beneficios a sus accionistas. Pero crisis originadas en la codicia y esc&aacute;ndalos de corrupci&oacute;n corporativa fueron abriendo margen para que se instalaran otros temas como el de la responsabilidad de las empresas ante los stakeholders, pero sobre todo, hacia la sociedad en la que est&aacute;n insertas.&nbsp;&iquest;Cu&aacute;l es la responsabilidad de estos centros de estudio? En la Argentina, crecieron como hongos pero ya no son garant&iacute;a total de empleo m&aacute;s jerarquizado y mejor remunerado.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">&iquest;Para qu&eacute; sirven las escuelas de negocios? &iquest;Qu&eacute; responsabilidad tienen &ndash;en tanto semillero de las elites corporativas&ndash; en la actual crisis que tiene en jaque al sistema capitalista?&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Los MBA<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">&nbsp;(Master in Business Administration)</em>&nbsp;que miles de universidades ofrecen en todo el mundo a j&oacute;venes con una carrera corporativa prometedora y que fueron considerados durante a&ntilde;os un pasaporte al &eacute;xito en el mundo empresario hoy est&aacute;n m&aacute;s cuestionados que nunca.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Tras recurrentes crisis econ&oacute;micas &ndash;desde 2008 hasta hoy&ndash;, esc&aacute;ndalos corporativos may&uacute;sculos (ayer Enron y Arthur Andersen, hoy Barclays y su manipulaci&oacute;n de la tasa Libor), el reclamo por mayor transparencia y ejercicio &eacute;tico por parte de directivos empresariales se hace sentir en las escuelas de negocios.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Antes de &ldquo;la gran recesi&oacute;n&rdquo; que sobrevino a la ca&iacute;da de Lehman Brothers en septiembre de 2008, ya exist&iacute;an cr&iacute;ticas a las escuelas de negocios, cuando empezaron a percibirse los efectos secundarios del cl&aacute;sico modelo de maximizaci&oacute;n de ganancias que fomentaron esas casas de estudio.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En 2007, el profesor Rakesh Khurana escribi&oacute; un libro que r&aacute;pidamente se convirti&oacute; en cl&aacute;sico:&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">From Higher Aims to Hired Hands: The Social Transformation of American Business Schools and the Unfulfilled Promise of Management as a Profession.&nbsp;</em><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Recientemente, un equipo de catedr&aacute;ticos de Harvard Business School, Srikant M. Datar, David A. Garvin, y Patrick G. Cullen, presentaron&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">Rethinking the MBA: Business Education at a Crossroads.&nbsp;</em><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Los autores tratan cuatro grandes temas: la necesidad de cambio en la educaci&oacute;n gerencial, la necesidad de una nueva relaci&oacute;n entre el &ldquo;rigor&rdquo; necesario en la investigaci&oacute;n y la &ldquo;relevancia&rdquo; exigida por los profesionales, el redise&ntilde;o del curr&iacute;culum del MBA y el desaf&iacute;o de la implementaci&oacute;n.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Khurana dec&iacute;a antes en su libro que las pretensiones acad&eacute;micas fueron bajando en las escuelas de negocios y us&oacute; la met&aacute;fora de la escuela de negocios como empresa comercial: con una proposici&oacute;n de valor (programa MBA) dise&ntilde;ada para diferentes segmentos de clientes. Vistas como industria, dec&iacute;a, las escuelas de negocios funcionaron bastante bien, sextuplicaron su producci&oacute;n de m&aacute;sters en los &uacute;ltimos 30 a&ntilde;os, y sus ingresos se convirtieron en una porci&oacute;n cada vez m&aacute;s grande de la base financiera total de las universidades que las alojan.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&iquest;Entonces el problema d&oacute;nde est&aacute;? Hoy, la demanda del producto central de las escuelas de negocios &ndash;el MBA a tiempo completo de dos a&ntilde;os de duraci&oacute;n&ndash; est&aacute; en corto circuito, especialmente en las escuelas de negocios de segunda clase, y la brecha est&aacute; siendo llenada por una cantidad de productos competidores, como ofertas de MBA de medio tiempo y de cursos sustitutos.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Esto provoca lo que los autores de&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">Rethinking the MBA</em>&nbsp;definen como &ldquo;vaciamiento&rdquo; de la carrera. Adem&aacute;s considerando que hasta 75% de las clases que se grad&uacute;an de algunas escuelas siguen estudios en finanzas y consultor&iacute;a, el achicamiento posterior a la crisis de esos sectores agrega otro peligro a la demanda futura de MBA. El graduado de un MBA ya no tiene un empleo calificado asegurado.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Pero los autores parecen confiar que las escuelas de negocios van a poder recuperar su objetivo o &ldquo;misi&oacute;n&rdquo; institucional. Creen, sin embargo, que tienen que reestructurar su oferta comercial para responder a los cambios operados en el mercado.&nbsp;</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Ser, saber y hacer</strong><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Los autores usan la tr&iacute;ada de liderazgo<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">&nbsp;ser-saber-hacer&nbsp;</em>llevada a la fama por el ej&eacute;rcito de Estados Unidos en West Point, como un marco &uacute;til sobre el cual basar su primer postulado: que desde los informes de las fundaciones Ford y Carnegie en los a&ntilde;os 50, las escuelas de negocios vienen poniendo demasiado &eacute;nfasis en hechos, marcos y teor&iacute;as del componente &ldquo;saber&rdquo; a expensas de habilidades, capacidades y t&eacute;cnicas del &ldquo;hacer&rdquo; y valores, actitudes y creencias del &ldquo;ser&rdquo;.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Identifican ocho necesidades insatisfechas de los estudiantes, muchas de las cuales se relacionan con &ldquo;ser&rdquo; y &ldquo;hacer&rdquo;. Entre ellas: lograr perspectiva global; desarrollar liderazgo y habilidades de integraci&oacute;n; actuar creativa y novedosamente y entender los l&iacute;mites de los modelos, mercados y otros marcos de referencia.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
La t&iacute;pica escuela de negocios es una isla, la mayor&iacute;a de cuyos profesores y decanos prefieren un curr&iacute;culum fragmentado basado en disciplinas porque as&iacute; tienen la m&aacute;xima libertad para perseguir sus propios intereses de investigaci&oacute;n. Cambiar sus planes de incentivos no ser&aacute; f&aacute;cil. Lo cual no deja de ser parad&oacute;jico ya que en las aulas los profesores ense&ntilde;an a los futuros CEO a ser flexibles, cambiar estrategias permanentemente e inclusive, deshacerse del&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">staff</em>&nbsp;cuando no est&aacute; adecuadamente preparado para los desaf&iacute;os que le depara el mercado.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Sin embargo, las pesadas burocracias de profesores<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">&nbsp;full time&nbsp;</em>e investigadores que incubaron las universidades hacen de las escuelas de negocios unos barcos lentos y dif&iacute;ciles de maniobrar en un mundo corporativo donde el contexto &ndash;y los conocimientos que requiere&ndash; cambian casi a diario.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Las escuelas de negocios tal como han sido pensadas en sus inicios, en este momento est&aacute;n colapsadas. Fueron concebidas para un contexto hist&oacute;rico que no tiene nada que ver con este momento. Yo dir&iacute;a, haciendo una especie de porcentaje intuitivo, que entre 60 y 70% en t&eacute;rminos de conocimiento no sirve. &iquest;Por qu&eacute;? Se est&aacute;n reproduciendo modelos, herramientas, concepciones t&eacute;cnicas que corresponden en el mejor de los casos a unos 70 u 80 a&ntilde;os de antig&uuml;edad y en t&eacute;rminos de ciencias a cuatro siglos&rdquo;, dice Marcelo Manucci, un argentino que se dedica a la consultor&iacute;a y da clases en distintas universidades de Am&eacute;rica y Espa&ntilde;a.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Creo que el colapso del paradigma de negocios es que jam&aacute;s estuvo pensado para sistemas humanos sino para m&aacute;quinas y no involucra lo emocional, la imprevisibilidad, la complejidad de los comportamientos&rdquo;, agrega Manucci.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Santiago Lazzati, director asociado de Deloitte y experto en gesti&oacute;n de capital humano, tambi&eacute;n opina que las escuelas de negocios est&aacute;n en crisis y deben rever su papel de formadores de ejecutivos y empresarios. &ldquo;Hay un libro que hace una buena s&iacute;ntesis de las cr&iacute;ticas que se le hacen que se llama&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">Managers, no MBA</em>&nbsp;(de Henry Mintzberg) y que entre otras cosas, cuestiona la excesiva utilizaci&oacute;n del m&eacute;todo del caso&rdquo;, explica Lazzati.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">&iquest;Y por casa c&oacute;mo andamos?</strong><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En la Argentina las escuelas de negocios tuvieron su origen a fines de los a&ntilde;os 80, si bien las universidades ya ten&iacute;an alg&uacute;n tipo de curso de posgrado orientado a capacitar a los hombres de empresa.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En los a&ntilde;os 90, con la apertura econ&oacute;mica y la inserci&oacute;n de la Argentina en los mercados internacionales &ndash;la Argentina lleg&oacute; a explicar 20% del &iacute;ndice EMBA de JPMorgan, superando a Brasil, Rusia y otros pa&iacute;ses emergentes&ndash; el MBA se puso de moda y alcanz&oacute; su apogeo, incluso ayudado por su pegadiza sigla en ingl&eacute;s que se transform&oacute; en un sin&oacute;nimo de pasaporte a la elite de las grandes estructuras corporativas. Todo aquel que tuviera aspiraciones de llegar alto en una gran empresa no pod&iacute;a dejar de pasar por una escuela de negocios. El MBA era un producto ofrecido por unas pocas universidades a un alumnado que, en general, superaba los 40 a&ntilde;os promedio y ya ten&iacute;a una considerable experiencia gerencial a cuestas.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Los primeros que vinieron eran ejecutivos con posiciones ya importantes que se enfrentaban a situaciones l&iacute;mite en sus trabajos y ven&iacute;an a la escuela en b&uacute;squeda de respuestas&rdquo;, dice Jorge Stern, director desde hace cuatro a&ntilde;os del MBA de la UBA.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Pero en la Argentina &ndash;un pa&iacute;s con una fuerte cultura de acceso irrestricto a la universidad en comparaci&oacute;n con pa&iacute;ses vecinos como Brasil o Chile&ndash; el producto acad&eacute;mico MBA con su &ldquo;aura&rdquo; de ser un pasaje a un trabajo so&ntilde;ado, se termin&oacute; masificando. En rigor, en la d&eacute;cada del 90 las universidades privadas provocaron una explosi&oacute;n de la oferta. Multiplicando las carreras de grado, al principio, y cursos de posgrado m&aacute;s tarde.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Hoy existen 150 universidades que ofrecen escuelas de negocios reconocidas por la CONEAU&rdquo;, explica Stern. Quien admite que el MBA ya no es un boleto que garantiza una alta posici&oacute;n gerencial como antes. Sin embargo, es un t&iacute;tulo imprescindible, si se quiere aspirar a un cargo gerencial superior.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Es&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">vox populi,</em>&nbsp;sin un MBA no se puede aspirar a un cargo gerencial. El MBA de hoy es lo mismo que el t&iacute;tulo de grado hace 20 a&ntilde;os&rdquo;, dice Stern y niega que las escuelas de negocios se hayan convertido en un negocio en s&iacute; mismo &ndash;como postula Rakesh Khurana&ndash; y explica que &ldquo;todo el dinero que se recauda por las matr&iacute;culas se vuelve a invertir en profesores, aulas, material&rdquo;.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Quienes critican que las escuelas de negocios se han convertido en un mero negocio, afirman que los posgrados tienen dos mercados a los que atender: los potenciales alumnos y las empresas, donde trabajar&aacute;n los futuros MBA.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En los di&aacute;logos con los responsables de las nueve principales escuelas de negocios de la Argentina qued&oacute; de manifiesto el esfuerzo que hacen los responsables de los MBA por explicar que est&aacute;n fuertemente vinculados y orientados al mercado.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Nosotros tenemos a figuras del &aacute;mbito empresarial, en plena actividad y muy exitosos en sus carreras, tambi&eacute;n hay profesores&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">full time</em>&nbsp;e investigadores, claro&rdquo;, explica Christian Goldsztein, director del MBA de la Universidad Cat&oacute;lica, quien a su vez tambi&eacute;n se desempe&ntilde;a en el &aacute;mbito privado en la consultora Prefinex.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Miguel Kozuszok, director de Unilever y Alberto Abad &ndash;ex titular de la AFIP y director de Banco Santander R&iacute;o&ndash; son dos de los profesores que dan clases en el MBA de la UBA, destaca Jorge Stern, director de esa maestr&iacute;a.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Sin embargo, m&aacute;s all&aacute; de estas presencias, en casi todas las escuelas de negocios la mayor&iacute;a de los profesores tienen un marcado perfil acad&eacute;mico.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En el mundo de las empresas, mientras tanto, coexisten dos realidades. Por un lado, los reclutadores &ndash;&aacute;reas de Recursos Humanos, consultoras,&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">head hunters</em>, etc.&ndash; que suelen utilizar al MBA como un filtro m&aacute;s que les garantiza cierto nivel educativo, socioecon&oacute;mico, etc. No existe el peligro de que este filtro deje a los seleccionadores sin &ldquo;materia prima&rdquo; ya que al haberse popularizado los MBA, el universo para realizar una b&uacute;squeda es ampl&iacute;simo.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Sin embargo, a la hora de llegar a los m&aacute;ximos niveles de una organizaci&oacute;n, los hombres de acci&oacute;n suelen dar un valor muy relativo a tener o no un MBA.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Yo paso mucho tiempo armando equipos y seleccionando equipos gerenciales. Lo que menos me importa son sus conocimientos. Lo m&aacute;s importante para m&iacute; son las actitudes, que la persona sea cr&iacute;tica, que se ponga la camiseta, y que todo el tiempo se est&eacute; preguntando c&oacute;mo puedo hacer mejor este trabajo o encarar este negocio&rdquo;, dice Luis Roque Otero Monsegur, ex CEO de Banco Franc&eacute;s, quien actualmente controla la limonera San Miguel (junto a la familia Miguens Bemberg) y la agropecuaria Ganagrin.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
&ldquo;Para m&iacute;, que ven&iacute;a de una forma de razonar m&aacute;s cartesiana, fue un&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">shock</em>&rdquo;, dijo a<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">Mercado</em>, Javier Tizado, CEO y due&ntilde;o de Tubos Trans Electric, una empresa que fabrica transformadores de alta tensi&oacute;n y exporta a una veintena de pa&iacute;ses. Tizado trabaj&oacute; casi tres d&eacute;cadas en Techint y fue CEO de Siderar y Techpetrol, entre otras empresas del grupo. Antes de llegar a la cima realiz&oacute; un MBA llamado&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">Program for Management Development&nbsp;</em>en Harvard, donde tuvo como profesor a un joven Michael Porter.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">&ndash;&iquest;Sirve hacer un MBA?&nbsp;</strong><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
La mejor respuesta est&aacute; a su lado. Su hija, Trinidad, tambi&eacute;n ingeniera, est&aacute; visitando a su padre unos d&iacute;as antes de retornar a Boston, donde retomar&aacute; su MBA en Harvard junto a otros siete argentinos. &ldquo;En el proceso aplicativo hay que rendir al m&aacute;ximo&rdquo;, explica Trinidad Tizado, uno de los 900 alumnos de MBA que estudian en Harvard, y que representan menos de 10% de los 10.000 postulantes.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Quiz&aacute;s ese nivel de exigencia en la selecci&oacute;n de candidatos es lo que les falte a los MBA argentinos, muchos de los cuales tienen a Harvard como modelo.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Sus necesidades de financiamiento y la competencia con otras escuelas de negocios llevaron a los MBA argentinos a convertirse en un producto masivo al alcance de cualquiera que pueda pagarlo. Como si convertirse en l&iacute;der solo dependiera de eso.</p>

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