La hora de la globalidad

Las empresas occidentales solían tener acceso irrestricto a materias primas, alimentos, capitales y mano de obra en todo el mundo. La creciente demanda de China, India, Brasil y otras economías emergentes ha cambiado todo. A diferencia de la globalización convencional –ya agotada–, las nuevas tendencias geopolíticas y financieras alteran patrones de negocios.

1 septiembre, 2010

<p><img alt="" src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1088_56_1.jpg" /></p>
<p>Este fen&oacute;meno y su efecto, la &ldquo;globalidad&rdquo;, han sido abordados por expertos de Wharton y Boston Consulting Group. Seg&uacute;n Harold Sirkin (del BCG), &ldquo;la globalizaci&oacute;n se ha terminado&rdquo;. En su lugar, surge una realidad que su ap&oacute;stol, junto con James Hemerling y Arindam Bhattacharya, define en el libro <em>&ldquo;Globality: Competing with Everyones from Everywhere for Everyhing&rdquo;</em>. Algo as&iacute; como &ldquo;competir con todos por todo y desde todo &aacute;ngulo&rdquo;. <br />
Conversando con Knowledge@Wharton, Sirkin afirma que &ldquo;los principales pa&iacute;ses en desarrollo han trocado negocios unilaterales en un proceso a doble mano.</p>
<p><strong>&ndash;Usted dice globalidad, pero &iquest;no sigue siendo globalizaci&oacute;n?</strong><br />
&ndash;Las formas convencionales de globalizaci&oacute;n se agotaron, salvo quiz&aacute;s en el sector financiero. Una de ellas consist&iacute;a en empresas occidentales, luego tambi&eacute;n japonesas, que iban a econom&iacute;as en r&aacute;pido desarrollo muy pobladas y con salarios muy bajos. All&iacute;, fabricaban o compraban productos y los exportaban a mercados centrales. Tambi&eacute;n vend&iacute;an a pa&iacute;ses emergentes bienes de lujo.<br />
Pero el surgimiento de China, India, Brasil o Europa oriental genera procesos de doble mano. En estos cinco o seis a&ntilde;os, se han visto no ya s&oacute;lo firmas occidentales yendo a esas &aacute;reas, sino &ndash;adem&aacute;s&ndash; compa&ntilde;&iacute;as de pa&iacute;ses emergentes convirti&eacute;ndose en conglomerados multinacionales tipo Tata, Arcelor-Mittal o BaoSteel. A esto llamamos &ldquo;globalidad&rdquo; y es una tendencia que est&aacute; mejorando los niveles de vida de 15 a 20% de una poblaci&oacute;n que, antes, apenas ganaba para comer, como sigue ocurriendo en gran parte de &Aacute;frica.</p>
<p><strong>&ndash;&iquest;C&oacute;mo es el concepto de la &ldquo;triple T&rdquo;?</strong><br />
&ndash;Significa que hay una necesidad de competir con todos, por todo, en todo el mundo. Representa, claro, una amenaza a empresarios y gerentes que no entienden su clave: esas compa&ntilde;&iacute;as del mundo en desarrollo gozan de varias ventajas que las sindican como potenciales competidoras en Am&eacute;rica anglosajona, Europa occidental y Jap&oacute;n. <br />
Por de pronto, empiezan a afincarse en posiciones capaces de rivalizar con grupos tradicionales. Quienes lideran el cambio saben explotar oportunidades y, eventualmente, combinar lo mejor de este y oeste.</p>
<p><strong>&ndash;&iquest;En qu&eacute; se diferencian su globalidad y el &ldquo;mundo chato&rdquo; que vislumbra Thomas Friedman? </strong><br />
&ndash;No creo que el mundo sea chato. M&aacute;s bien, parece un puercoesp&iacute;n. El libro de Friedman era seductor y su t&iacute;tulo &ndash;<em>&ldquo;The World is Flat&rdquo;</em>&ndash; todo un gancho. Pero, por el contrario, este planeta es un campo erizado de desigualdades. A tal punto que, si los salarios reales o las capacidades fuesen id&eacute;nticos en todas partes, la globalidad no habr&iacute;a aparecido. As&iacute;, empresas que act&uacute;an en &aacute;mbitos con diferencias entre s&iacute; comienzan a explotarlas en su favor.<br />
En ese punto, crean sus propias ventajas invirtiendo en investigaci&oacute;n y desarrollo de bienes y servicios. O hacen como Tata &ndash;cuyos activos en India suman US$ 25.000 millones&ndash;, que compra la marca Jaguar y Corus Steel (una fima angloholandesa con base en Brasil) para fortalecerse en nuevos mercados.</p>
<p><strong>Riesgos y oportunidades<br />
&ndash;&iquest;Cu&aacute;les son las implicancias en lugares como China o India? &iquest;Qu&eacute; riesgos y oportunidades les depara la globalidad?</strong><br />
&ndash;Los mismos que, con matices, afrontan las compa&ntilde;&iacute;as occidentales. Una firma que opere donde la mano de obra se paga a US$ 1 la hora y sube 8% anual, tiene enormes ventajas sobre un rival estadounidense que paga US$ 25 la hora y aumenta 2,5% anual o uno alem&aacute;n (US$ 40 la hora). Pero debe explotar las diferencias porque, si no sale de lo local, perder&aacute; terreno, pues la competencia no se reduce a los salarios. Si fabrica productos simples o baratos, no tendr&aacute; problemas pero, en otros casos deber&aacute; diversificar mercados para desarrollar su geograf&iacute;a de negocios.<br />
Si una empresa no adopta perspectivas globales, la competencia en China, India, Vietnam o Brasil le sacar&aacute; porciones de mercado. Pero deber&aacute; admitir que los bajos costos no alcanzan para ganar la carrera porque, ya, todos sus rivales tienen acceso a ellos.</p>
<p><strong>&ndash;Si las cosas son as&iacute; &iquest;c&oacute;mo influyen en mercados o segmentos m&aacute;s maduros? &iquest;Qu&eacute; estrategias se aplicar&aacute;n? </strong><br />
&ndash;Se comienza seleccionando geograf&iacute;as. Pero eso no consiste solamente en ir a esos pa&iacute;ses, fabricar algo y exportarlo. En el caso de China e India, es un gigantesco mercado que combina 2.500 millones de personas. Este n&uacute;mero llega a 3.500 millones aproximadamente sumando las econom&iacute;as en r&aacute;pido desarrollo. <br />
En unos 20 a&ntilde;os, otros 1.000 millones de consumidores evadir&aacute;n la pobreza extrema, se agregar&aacute;n al conjunto y deparar&aacute;n enormes oportunidades para los productos y, tambi&eacute;n, para las empresas que venden insumos a estas compa&ntilde;&iacute;as que los fabrican. Esos 1.000 millones adicionales superan la presente poblaci&oacute;n actual de la Uni&oacute;n Europea, EE.UU. y Jap&oacute;n. Nadie puede darse el lujo de quedarse sentado en Francfort, Londres o Filadelfia e ignorar semejantes oportunidades.</p>
<p><strong>El caso Nokia<br />
&ndash;&iquest;Puede citar compa&ntilde;&iacute;as que est&eacute;n siguiendo estrategias creativas para alcanzar a aquellos 3.500 millones?</strong><br />
&ndash;Hay muchas. Quiz&aacute;s un excelente ejemplo sea la finesa Nokia, que produce y distribuye celulares. Al principio de su expansi&oacute;n, se estableci&oacute; en China apelando a una estrategia convencional: ofrecer una novedad occidental cara. Eso funcion&oacute; mientras la demanda del producto se limitaba a estamentos ricos.<br />
Pero una pila de firmas locales se larg&oacute; a fabricar celulares mucho m&aacute;s baratos, la demanda empez&oacute; a crecer y les sacaba mercado a los fineses. M&aacute;s tarde, esos competidores fueron subiendo al segmento propio de la marca escandinava. Una reacci&oacute;n convencional habr&iacute;a sido retroceder. Nokia era demasiado astuta para hacer eso: replante&oacute; la estrategia de producto, adapt&oacute; los celulares al usuario chino y encontr&oacute; la manera de ofrecer calidad a precios razonables. Adem&aacute;s, modific&oacute; la red de distribuci&oacute;n admitiendo que, cuando se trata de entender al cliente, deb&iacute;an tener su propia gente a cargo. Tras bajar hasta menos de 13%, hoy la porci&oacute;n de mercado ha vuelto a 30%.</p>
<p><strong>&ndash;&iquest;Hasta qu&eacute; punto la presencia o aparici&oacute;n de multinacionales en mercados emergentes erosiona ventajas competitivas de compa&ntilde;&iacute;as locales? </strong><br />
&ndash;Resulta m&aacute;s f&aacute;cil empezar tratando de entender el otro mercado, como le sucede a cualquier empresa china que entre en EE.UU. Aun reclutando elementos locales, subsiste una amplia brecha entre operar en Los &Aacute;ngeles o Nueva York. <br />
Ahora bien, las empresas occidentales son fuertes en su propio terreno y tienden a achicar las ventajas de un rival chino o indio. Pero &eacute;ste puede aprender y emularlas. Claro, siempre habr&aacute; pujas y por eso insisto en la triple T: competir con todos por todo y desde todos lados.</p>
<p><strong>&ndash;&iquest;Existen puntos de equilibrio?</strong><br />
&ndash;Existe una din&aacute;mica de la competencia… Perdedores y ganadores habr&aacute; tanto en las econom&iacute;as de r&aacute;pido desarrollo cuanto en las centrales. Nuevos equilibrios surgir&aacute;n, pero eso tomar&aacute; tiempo, porque exige una serie de cambios. Hist&oacute;ricamente, se compet&iacute;a en bienes y servicios, hoy entran en el juego materias primas, recursos &ndash;renovables o no&ndash; y mano de obra. <br />
Este proceso es claro en India, donde unas empresas les roban profesionales a otras, ofreci&eacute;ndoles m&aacute;s sueldo y bonificaciones. Las bases de la competencia y los equilibrios nuevos llevan a un universo diferente. Por ejemplo, una gama de productos innovadores ir&aacute; convirti&eacute;ndose en insumos o rubros b&aacute;sicos.</p>
<p><strong>&ndash;Habla usted de ganadores y perdedores en ambos bandos, o sea compa&ntilde;&iacute;as nuevas y prexistentes. &iquest;Qu&eacute; los separa?</strong><br />
&ndash;La ecuaci&oacute;n se reduce a entender el paradigma del otro. En una perspectiva centrada en EE.UU., hay una soluci&oacute;n muy distinta a la que ve desde China o India. Si pueden combinarse ambas perspectivas, se arribar&aacute; a una f&oacute;rmula exitosa. <br />
Nuestro libro lo llama &ldquo;apuntar con precisi&oacute;n&rdquo;. Consiste en decidir qu&eacute; hacer y d&oacute;nde. Por ejemplo, f&iacute;jese en una empresa india como la metal&uacute;rgica Bharat Forge, tercera del mundo en su g&eacute;nero. La firma adopt&oacute; una serie de medidas relevantes, no necesariamente centradas en bajos costos. Hicieron adquisiciones en Alemania, China y en otros lugares del globo, con el objeto de acercarse a los clientes y a diversas tecnolog&iacute;as.<br />
Eso quiere decir que combinan lo mejor de dos mundos. Su filosof&iacute;a es clara: est&aacute; bien competir con altos costos en ciertos sitios, porque vale la pena. Es posible una adecuada pol&iacute;tica de precios, que permita incorporar mejores capacidades, sin aferrarse a competir s&oacute;lo con bajos costos. Y a Bharat le va muy bien.<br />
Insisto: si uno se sienta en la central de la compa&ntilde;&iacute;a y no advierte ese tipo de oportunidades, acabar&aacute; perdiendo batallas, segmentos y mercados enteros. Cualquier empresa de una econom&iacute;a emergente que quiera subirse al escenario mundial debe empezar por pensar c&oacute;mo competir efectivamente en una econom&iacute;a central.</p>
<p><img alt="" src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1088_56_2.jpg" /></p>
<p><strong>Lecciones<br />
&ndash;&iquest;Es verdad que ciertas lecciones son m&aacute;s f&aacute;ciles de aprender que otras? Quiero decir, si usted examina compa&ntilde;&iacute;as como IBM o Accenture, ve que han armado grandes estructuras en India dedicadas a tecnolog&iacute;a inform&aacute;tica (TI), con miles de empleados. En ese sentido, usted tiene toda la raz&oacute;n, pues logran rivalizar con firmas de menor costo. Por ejemplo, InfoSys, Wipro o TCS. Pero, por otra parte, esas firmas locales han encontrado obst&aacute;culos para desarrollar nexos con clientes en pa&iacute;ses occidentales. Exactamente, el punto fuerte de IBM o Accenture. Por consiguiente, esa din&aacute;mica le facilita a IBM, por caso, instalar una subsidiaria capaz de emular los costos de sus competidoras indias. Eso no les ocurre a &eacute;stas respecto de EE.UU. &iquest;entonces?</strong><br />
&ndash;Ser&iacute;a preciso incorporar la creatividad a esa din&aacute;mica. Los paradigmas que influyen la mentalidad occidental son muy diferentes de los indios o chinos. El oeste tiene patrones de pensamiento positivista dif&iacute;ciles de modificar. En Oriente, lo que uno ignora puede terminar obrando hol&iacute;sticamente en su favor. Basta fijarse en el Nano de Tata, un auto que se vende a US$ 2.500, y preguntarse por qu&eacute; no lo pensaron primero en Detroit o Stuttgart. &ldquo;Imposible&rdquo;, hab&iacute;an dicho alemanes y estadounidenses. Pero Tata lo hizo merced a su creatividad. Este factor suele nivelar el campo de juego.</p>
<p><strong>&ndash;Hoy nos hallamos ante una crisis general y perspectivas de severa recesi&oacute;n e iliquidez. &iquest;Estos factores perturbar&aacute;n el proceso de globalidad?</strong><br />
&ndash;En realidad, inclusive podr&iacute;a acelerarlo: la escasez de cr&eacute;dito a tasas razonables puede acentuar presiones para reducir costos. Naturalmente, ese componente obra en beneficio de operar en econom&iacute;a emergentes.<br />
Por lo mismo, alentar&aacute; a m&aacute;s empresas occidentales a dirigirse a esos mercados por razones de costos. Como ocurrir&aacute;, inversamente, al surgir oportunidades para que se establezcan en el oeste empresas china, indias, brasile&ntilde;as, sudafricanas, etc.</p>

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