{Finanzas} Inyección de moneda, ese gran misterio

La Reserva Federal bombeó en la economía US$ 600.000 millones en forma de flexibilización cuantitativa. El banco de Inglaterra, más modesto, inyectó £ 200.000 millones (US$ 320.000 millones). ¿Adónde fue a parar tanta liquidez? Nadie lo sabe bien.

16 diciembre, 2010

<p>Tambi&eacute;n les costar&iacute;a explicarlo a los gestores de la teor&iacute;a cuantitativa, en los siglos XVIII y XIX, David Hume y John Stuart Mill. Los padres del monetarismo quedar&iacute;an muy desorientados ante las medidas de los grandes bancos centrales o el Fondo Monetario Internacional. Mucho m&aacute;s lo estar&iacute;an ante Estados Unidos o Gran Breta&ntilde;a, empe&ntilde;ados en el mayor experimento mundial para crear dinero m&aacute;gico v&iacute;a &ldquo;flexibilizaci&oacute;n cuantitativa&rdquo; (FC), otra forma de emitir.<br /> <br /> La versi&oacute;n brit&aacute;nica del ejercicio &ndash;objeto de este an&aacute;lisis publicado en Londres-&nbsp; data de marzo de 2009 y la norteamericana reci&eacute;n surge en octubre pasado. Naturalmente, Gran Breta&ntilde;a &ndash;hoy una econom&iacute;a de segunda l&iacute;nea- no estaba sola en un ejercicio derivado de la crisis sist&eacute;mica 2006/09. Ya este a&ntilde;o, a la RF se suman el banco del Jap&oacute;n y el Banco Central Europeo. Ahora, sin embargo, las grandes econom&iacute;as occidentales consideran FC2, otro desborde de m&iacute;stica monetaria.<br /> <br /> No obstante, mientras tantos emisores apelan otra vez a sus maquinitas m&aacute;gicas, las experiencias FC1 deparan extra&ntilde;as e imprevistas consecuencias en los planos social, pol&iacute;tico y hasta diplom&aacute;tico que salen a luz.&nbsp; En agosto de 2009, el propio FMI advirti&oacute; que la FC no es una panacea ni una maldici&oacute;n, sino &ldquo;una de tantas medidas para devolver confianza al sistema&rdquo;, coincid&iacute;a Alistair Darling, entonces ministro de hacienda brit&aacute;nico. <br /> <br /> <strong>Escorbuto monetario</strong><br /> <br /> A su criterio y el del Fondo, &ldquo;pol&iacute;tica monetaria es por convenci&oacute;n el mecanismo para elevar o bajar tasas de inter&eacute;s&rdquo;. El banco central tiene un tipo b&aacute;sico de corto plazo al cual presta a los bancos comerciales. Cuando aqu&eacute;l baja, se transfiere al p&uacute;blico v&iacute;a menores costos hipotecarios y, a las empresas, en forma de cr&eacute;dito m&aacute;s barato.<br /> <br /> Otra manera de entender esto consiste en imaginar que Gran Breta&ntilde;a sufre de escorbuto. Un dictador benigno (Mervyn King, gobernador del banco de Inglaterra) sabe que hace falta vitamina C&nbsp; y emplea su monopolio sobre las naranjas para bajar el precio y promover su uso. Eventualmente, las naranjas se regalan, pero el escorbuto persiste.<br /> <br /> Entonces, apela a la magia para crear naranjas de la nada, alquila una flota de camiones y las distribuye en los mercados. Pero tal es la sobreoferta que tambi&eacute;n achata los precios de productos derivados; como jugos, mermeladas y vitamina C en tabletas. King resuelve por fin, el problema del escorbuto.<br /> <br /> En la pr&aacute;ctica, se ha inyectado moneda ofreciendo comprar activos &ndash;primordialmente, deuda p&uacute;blica- a cualquier tenedor, empleando el efectivo inventado por el banco central. Fondos jubilatorios y aseguradoras, en particular, afrontaban retornos en descenso por retener deuda del gobierno mientras ced&iacute;an las tasas. Ello los incentivaba a hacer cosas m&aacute;s riesgosas con su dinero, para estimular que los agentes econ&oacute;micos tomasen e invirtiesen. &Eacute;se es el mecanismo b&aacute;sico de la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa.<br /> <br /> <strong>G&eacute;nesis<br /> </strong><br /> La FC fue una iniciativa de los bancos centrales. Tras los colapsos de Bear Stearns y Lehman Brothers, septiembre de 2008, estaba claro &ndash;en el caso brit&aacute;nico- que las tasas b&aacute;sicas, en ese momento a 5% anual, deber&iacute;an recortarse y e ir aproxim&aacute;ndose a cero. Paralelamente, el comercio entre econom&iacute;as centrales se desmoronaba con una intensidad no vista desde los a&ntilde;os 20. Los puertos&nbsp; estaban repletos de barcos sin carga.<br /> El arsenal de instrumentos estimulantes en manos de los emisores ten&iacute;a que ser ampliado. En este sentido, King record&oacute; que Jap&oacute;n &ndash;en una asamblea semestral FMI-Banco Mundial, octubre de 2008, hab&iacute;a formulado duras advertencias para que otros no repitiesen los errores nipones de 1991 en adelante.<br /> <br /> Entonces, el banco de Inglaterra empez&oacute; a planear c&oacute;mo emplear&iacute;a su facultad &uacute;nica de crear dinero para comprar activos. Pero, al menos en el Reino Unido, las estructuras institucionales de la econom&iacute;a no hab&iacute;an sido conformadas a medida de la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa. &Eacute;sta requiere una relaci&oacute;n m&aacute;s estrecha entre gobierno y banco central que la prevista cuando se le otorgaron al emisor (1997)&nbsp; facultades para fijar tipos de inter&eacute;s. El BdeI necesitaba que el tesoro le compensase toda p&eacute;rdida emergente de sus compras de activos. Esto disminuir&iacute;a la autonom&iacute;a del emisor. En el plano te&oacute;rico, hasta podr&iacute;a da&ntilde;ar sus credenciales antinflacionarias.<br /> <br /> Pero, en aquel momento, la inflaci&oacute;n era un problema distante, comparada con el colapso sist&eacute;mico y la subsiguiente recesi&oacute;n. El primer ministro de entonces, Gordon Brown, y Darling trabajaron con el BdeI para generar una estructura que preservara la autonom&iacute;a del emisor, aunque permitiendo que la FC siguiese su curso hacia &ldquo;facilidades para compras de activos&rdquo;.</p>

<p><strong>Espectro africano</strong><br /> <br /> En enero de 2009, mientras esas discusiones ten&iacute;an lugar,la oposici&oacute;n &ndash;luego oficialismo- protestaba en voz baja. La oficina del conservador George Osborne, entonces ministro de hacienda en la sombra, sac&oacute; un parte de prensa sosteniendo que &ldquo;imprimir moneda es el &uacute;ltimo resorte de los gobiernos desesperados y arriesga perder control de la inflaci&oacute;n&rdquo;.<br /> <br /> M&aacute;s truculento, Vincent Cable, vocero demoliberal de la futura coalici&oacute;n para asuntos financieros, invocaba &ldquo;el espectro de Zimbabwe y su megainflaci&oacute;n end&eacute;mica. En efecto, la flexibilizaci&oacute;n cuantititava puede llevar al pa&iacute;s por el camino de Harare&rdquo;. <br /> <br /> M&aacute;s tarde, empero, la actitud del nuevo primer ministro, David Cameron, fue m&aacute;s medida, en buena parte porque hab&iacute;a aprovechado la campa&ntilde;a electoral para empaparse de econom&iacute;a monetaria. En esencia, v&iacute;a bit&aacute;coras (blogs) del experto holand&eacute;s Willem Buiter que le subrayaban las diferencias entre flexibilizaci&oacute;n cuantitativa (volumen neto de compras acesible a los bancos centrales) y flexibilizaci&oacute;n cualitativa, o sea intentos de reducir tasas en segmentos tan especificos como deuda hipotecaria o cr&eacute;dito a empresarios. En la jerga econom&eacute;trics, FCa y FCb. <br /> <br /> Al fin y al cabo, ambas formas de FC presuponen pol&iacute;ticas marcadss por el banco central, pero muy implicadas con el gobierno. El tesoro da por hecho que&nbsp; la estructura generada se usar&aacute;, como en Estados Unidos, para comprar una extensa gama de deuda comercial, p&uacute;blica e hipotecaria. Pero, en todos lo casos, la decisi&oacute;n ser&aacute; resorte del emisor. Nada de eso conduce a modelos tan locos como el de Zimbabwe. <br /> <br /> El 5 de marzo de 2009 la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa (FCa) arrib&oacute; al Reino Unido junto con un recorte de tasas b&aacute;sicas a 0,5% anual. King, el intocable, anunci&oacute; compras de activos por &pound; 75.000 millones (US$ 112.500 millones) y fue autorizado por hacienda a repetir el mondo, de ser preciso. Un a&ntilde;o despu&eacute;s, esos &pound; 150.000 millones se hab&iacute;an usado, m&aacute;s otros 50.000 millones, lo cual totalizaba aquellos &pound; 200.000 (US$ 320.000 millones) citados al comienzo.&nbsp; <br /> <br /> <strong>Interrogantes y evaluaciones</strong><br /> <br /> A diferencia de sus contrapartes, la RF y el BCE, el gobernador del BdeI se manten&iacute;a al margen de los medios, aun en lo peor de la crisis sist&eacute;mica 2006/09. Su mensaje impl&iacute;cito era el mismo: mantener la calma y seguir operando con normalidad en tanto se prueba el nuevo instrumento que, eventualmente, podr&iacute;a dar resultado.<br /> &nbsp;<br /> Los m&aacute;ximos funcionarios del banco hac&iacute;an lo imposible para explicar la nueva pol&iacute;tica . Uno lleg&oacute; a admitir que no exist&iacute;an l&iacute;mites te&oacute;ricos para llevar a cabo el esquema, pero se despach&oacute; con una perogrullada: el recurso se agotar&iacute;a si el BdeI tomase todos los&nbsp; activos brit&aacute;nicos disponibles (algo probable en una econom&iacute;a de segundo orden.<br /> <br /> La entidad elud&iacute;a preguntas sobre si todo era una forma de financiar el d&eacute;ficit v&iacute;a una ventanilla trasera, no elevando tasas o recortando gastos, sino imprimiendo moneda sin respaldo. Con el riesgo obvio de promover inflaci&oacute;n. <br /> <br /> King trataba de asegurar que esas acciones eran &ldquo;procedimientos normales en banco central&rdquo;. Pero varios analistas se&ntilde;alaban que el gobernador no sab&iacute;a si el mecanismo funcionar&iacute;a con &eacute;xito y su calma era enga&ntilde;osa.<br /> <br /> Durante 2010, la FCa fue llevada, en Gran Breta&ntilde;a, m&aacute;s all&aacute; y m&aacute;s aceleradamente, en Gran Breta&ntilde;a, de lo intentado hasta entonces en relaci&oacute;n con el tama&ntilde;o de la econom&iacute;a. Por ende, la nueva pregunta era por &pound; 200.000 millones: &iquest;funciona la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa&rdquo;. Evaluar la FCa es casi como adivinar su efecto en los mercados de cr&eacute;dito: son evidentes, pero &iquest;se debe &iacute;ntegramente&nbsp; a la FCa? &iquest;y qu&eacute; sucede con la estimulaci&oacute;n econ&oacute;mica en general?<strong><br /></strong></p>

<p><strong>Efectos estimulantes<br />
</strong><br />
Alrededor de un a&ntilde;o luego de lanzarse la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa en el pa&iacute;s, la econom&iacute;a sali&oacute; del baj&oacute;n y logr&oacute; un fuerte ritmo de crecimiento (1,2% en t&eacute;rminos de producto bruto interno) en el segundo trimestre de este a&ntilde;o. El desempleo y las ejecuciones inmobiliarias eran por dem&aacute;s inferiores a los de recesiones previas y m&aacute;s suaves.&nbsp;&nbsp; <br />
<br />
Pero los efectos directos de la FCa parecen en realidad poco relevantes. La oferta monetaria amplia (M2) no aument&oacute;, detalle resaltado por King como uno de sus objetivos claves. La moneda m&aacute;gica del banco de Inglaterra de derramaba por los mercados privados de cr&eacute;dito, aunque los bancos comerciales no la pasasen a las empresas. <br />
<br />
Existe un efecto no controvertido de la FCa. En momentos de emisi&oacute;n r&eacute;cord de deuda p&uacute;blica &ndash;m&aacute;xime en forma de bonos con inter&eacute;s fijo v&iacute;a cupones-, el inter&eacute;s de esos t&iacute;tulos fue cayendo porque el propio banco central se convert&iacute;a en un nuevo, gran cliente. El mecanismo por el cual el BdeI tomaba bonos del tesoro se complicaba debido a razones operativas y legales. Por ejemplo, una ma&ntilde;ana la oficina para manejo de la deuda (OMD), divisi&oacute;n del tesoro, vend&iacute;a miles de millones en bonos especiales. Por la tarde, el BdeI hac&iacute;a una subasta reversa, recomprando la misma suma de deuda p&uacute;blica.<br />
<br />
Sin embargo, las normas de la Uni&oacute;n Europea no permiten, en teor&iacute;a, que la OMD y el banco de Inglaterra negocien entre s&iacute;. Por tanto, la City ha estado arbitrando entre ambos y haciendo buenas diferencias en esta loca calesita durante m&aacute;s de un a&ntilde;o. &ldquo;Admito que parece extra&ntilde;o&rdquo; se&ntilde;ala Robert Stheeman, jefe de la OMD, pero debemos hacer un distingo: reunimos fondos vendiendo certificados nuevos, mientras el BdeI compra certificados viejos en el mercado secundario&rdquo;. <br />
<br />
Al final, empero, el banco central tom&oacute; m&aacute;s o menos el mismo monto r&eacute;cord de deuda p&uacute;blica emitido durante el a&ntilde;o. Hoy controla un cuarto de los certificados brit&aacute;nicos pendientes y los atribuye a los efectos positivos de la flexibilizaci&oacute;n cuantitativa.</p>

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