Solá puso en duda la realización de las elecciones

El gobernador bonaerense consideró que Eduardo Duhalde dejará el cargo el 25 de mayo próximo, aunque no descartó que el Presidente le entregue el poder a un nuevo mandatario designado por la Asamblea Legislativa.

12 noviembre, 2002

“Yo tengo esa duda todavía. Ojalá fuera por las urnas, pero me
gustaría que fuera afianzando un proceso”, afirmó Solá ante una
consulta puntual sobre la posibilidad de que el sucesor de Duhalde
sea designado por los legisladores y no en comicios generales.

El propio Duhalde admitió en reiteradas oportunidades que
dejará el cargo el 25 de mayo de 2003 para entregarle el poder a
un nuevo presidente electo, o a quien designe la Asamblea
Legislativa, en caso de que no se hayan podido realizar para ese
entonces las elecciones.

Solá se refirió a la posibilidad de que con las elecciones, por
el momento fijadas para el 30 de marzo próximo, se malgaste una
“bala de plata” y puso en duda la conveniencia de encarar el
proceso electoral.

Acerca del desarrollo de la actual transición, el gobernador
afirmó, en declaraciones radiales formuladas esta mañana: “Me
parece que se va postergar un poco todo, hasta tanto sea más
claro. Lo que me parece claro es que el presidente Duhalde se va
el 25 de mayo”.

Además, Solá no descartó que la sucesión de Duhalde se dé sin
elecciones, y advirtió: “En realidad lo que verdaderamente
interesa en este momento -me parece a mí- es que haya una
recuperación económica; y lo demás es secundario”.

El mandatario justicialista advirtió que “cuando uno no tiene
más que luchar por su vida y luchar por las cosas más elementales,
lo político entendido como una ciencia que está ajena o un poco
alejada de eso, suena como totalmente negativo, suena como una
burla”.

Asimismo, afirmó que “es importante para la democracia que suba
en las encuestas el proyecto (de Elisa) Carrió, por ejemplo,
porque eso va a hacer que exista la posibilidad de un peronismo
por un lado y de una oposición por el otro”.

De todos modos, a pesar de que puso en duda la conveniencia de
realizar elecciones en el actual contexto, afirmó que “si la gente
quiere votar y lo manifiesta, uno no es quién para detener eso”.

“Digamos, puede ser peligroso que uno se arrogue la facultad de
decidir cuándo el pueblo ejerce su acto soberano”, puntualizó
Solá.

“Yo tengo esa duda todavía. Ojalá fuera por las urnas, pero me
gustaría que fuera afianzando un proceso”, afirmó Solá ante una
consulta puntual sobre la posibilidad de que el sucesor de Duhalde
sea designado por los legisladores y no en comicios generales.

El propio Duhalde admitió en reiteradas oportunidades que
dejará el cargo el 25 de mayo de 2003 para entregarle el poder a
un nuevo presidente electo, o a quien designe la Asamblea
Legislativa, en caso de que no se hayan podido realizar para ese
entonces las elecciones.

Solá se refirió a la posibilidad de que con las elecciones, por
el momento fijadas para el 30 de marzo próximo, se malgaste una
“bala de plata” y puso en duda la conveniencia de encarar el
proceso electoral.

Acerca del desarrollo de la actual transición, el gobernador
afirmó, en declaraciones radiales formuladas esta mañana: “Me
parece que se va postergar un poco todo, hasta tanto sea más
claro. Lo que me parece claro es que el presidente Duhalde se va
el 25 de mayo”.

Además, Solá no descartó que la sucesión de Duhalde se dé sin
elecciones, y advirtió: “En realidad lo que verdaderamente
interesa en este momento -me parece a mí- es que haya una
recuperación económica; y lo demás es secundario”.

El mandatario justicialista advirtió que “cuando uno no tiene
más que luchar por su vida y luchar por las cosas más elementales,
lo político entendido como una ciencia que está ajena o un poco
alejada de eso, suena como totalmente negativo, suena como una
burla”.

Asimismo, afirmó que “es importante para la democracia que suba
en las encuestas el proyecto (de Elisa) Carrió, por ejemplo,
porque eso va a hacer que exista la posibilidad de un peronismo
por un lado y de una oposición por el otro”.

De todos modos, a pesar de que puso en duda la conveniencia de
realizar elecciones en el actual contexto, afirmó que “si la gente
quiere votar y lo manifiesta, uno no es quién para detener eso”.

“Digamos, puede ser peligroso que uno se arrogue la facultad de
decidir cuándo el pueblo ejerce su acto soberano”, puntualizó
Solá.

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