Sorpresa: Morales apoya la autonomía en Santa Cruz de la Sierra

En una movida de trascendencia, el presidente electo anunció que llevará adelante el proyecto de autonomía que reclama Santa Cruz, a través de un referéndum. Esto les cayó de sopetón a Brasil y Argentina.

28 diciembre, 2005

Tras una contundente victoria electoral, Evo Morales sumó ahora tantos al adelantar un plan de autonomías provinciales, similar al reclamado por Santa Cruz. Con eso, gana apoyo entre sus mayores adversarios políticos y marca una diferencia clave con el estilo obsesivamente confrontativo de Néstor Kirchner.

El anuncio tuvo lugar durante una reunión con empresarios y dirigentes sociales del rico oriente boliviano, que lo habían declarado su enemigo político. Bastó poco más de una hora para que el mandatario electo lograse apoyo de la fría audiencia y dejara entre aplausos el Comité Cívico de Santa Cruz.

En el encuentro, Morales prometió impulsar la autonomía, máxima demanda de esa región y Tarija. “Hay que reconocer que Santa Cruz ha creado conciencia del tema”, señaló, acompañado por el vicepresidente electo, Alvaro García Linera. Ambos aseguraron la realización de un referéndum autonómico, una asamblea que debe reformar a fondo la constitución, la licitación de un proyecto siderúrgico, garantías jurídicas a inversiones y transparencia.

“Dijo mucho más de lo que esperábamos”, declaró Gabriel Dabdub, presidente de la poderosa cámara de industria y comercio de la zona. Santa Cruz, la región económica más rica del país, plantea desde los años 60 demandas de autonomía –en su momento, fomentadas por gobiernos militares brasileños- y sus fuerzas vivas eran contrarias al discurso del líder aymara. Desde el oeste, Morales encabezó protestas sociales que hicieron caer dos presidentes conservadores desde octubre de 2003.

“No quiero expropiar ni confiscar bienes y busco aprender de los empresarios. No tengo formación académica, pero será importante complementarnos. Ustedes tienen la capacidad profesional y yo la conciencia social”, manifestó quien asumirá el 22 de enero. Según trascendió en La Paz, Morales anticipó a Buenos Aires, Brasilia, Caracas y Washington los anuncios del miércoles 28.

Morales viajo después al Chapare, zona cocalera ubicada casi en el centro geográfico de Bolivia. Desde allí saltó a la política, hace una década, como líder de los cultivadores. Su lema fue y es “una cosa es la coca y otra la cocaína, cuyo tráfico rechazamos”. Precisamente esta diferenciación influye para que Brasil, Argentina y –hasta cierto grado- Chile tengan cautelosa confianza en Morales y su futura gestión. No obstante, Morales censuró las “politicas hipócritas” de Estados Unidos en cuanto a la coca, el tráfico de cocaína y el decisivo consumo norteamericano.

Tras una contundente victoria electoral, Evo Morales sumó ahora tantos al adelantar un plan de autonomías provinciales, similar al reclamado por Santa Cruz. Con eso, gana apoyo entre sus mayores adversarios políticos y marca una diferencia clave con el estilo obsesivamente confrontativo de Néstor Kirchner.

El anuncio tuvo lugar durante una reunión con empresarios y dirigentes sociales del rico oriente boliviano, que lo habían declarado su enemigo político. Bastó poco más de una hora para que el mandatario electo lograse apoyo de la fría audiencia y dejara entre aplausos el Comité Cívico de Santa Cruz.

En el encuentro, Morales prometió impulsar la autonomía, máxima demanda de esa región y Tarija. “Hay que reconocer que Santa Cruz ha creado conciencia del tema”, señaló, acompañado por el vicepresidente electo, Alvaro García Linera. Ambos aseguraron la realización de un referéndum autonómico, una asamblea que debe reformar a fondo la constitución, la licitación de un proyecto siderúrgico, garantías jurídicas a inversiones y transparencia.

“Dijo mucho más de lo que esperábamos”, declaró Gabriel Dabdub, presidente de la poderosa cámara de industria y comercio de la zona. Santa Cruz, la región económica más rica del país, plantea desde los años 60 demandas de autonomía –en su momento, fomentadas por gobiernos militares brasileños- y sus fuerzas vivas eran contrarias al discurso del líder aymara. Desde el oeste, Morales encabezó protestas sociales que hicieron caer dos presidentes conservadores desde octubre de 2003.

“No quiero expropiar ni confiscar bienes y busco aprender de los empresarios. No tengo formación académica, pero será importante complementarnos. Ustedes tienen la capacidad profesional y yo la conciencia social”, manifestó quien asumirá el 22 de enero. Según trascendió en La Paz, Morales anticipó a Buenos Aires, Brasilia, Caracas y Washington los anuncios del miércoles 28.

Morales viajo después al Chapare, zona cocalera ubicada casi en el centro geográfico de Bolivia. Desde allí saltó a la política, hace una década, como líder de los cultivadores. Su lema fue y es “una cosa es la coca y otra la cocaína, cuyo tráfico rechazamos”. Precisamente esta diferenciación influye para que Brasil, Argentina y –hasta cierto grado- Chile tengan cautelosa confianza en Morales y su futura gestión. No obstante, Morales censuró las “politicas hipócritas” de Estados Unidos en cuanto a la coca, el tráfico de cocaína y el decisivo consumo norteamericano.

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