¿Qué quiere conversar Bush con el presidente de Georgia?

En un gesto algo obvio dirigido a Rusia, George W.Bush invitó a Míjeil Saakashvili a Washington. Justo diez días antes de la cumbre de los Ocho en Petersburgo, dedicada al abasto de hidrocarburos.

6 julio, 2006

El presidente de Georgia –un pequeño país caucásico con separatismos propios- llega la semana próxima. Lo interesante es que Saakashvili acaba de celebrar una tensa reunión con Vladyímir Putin. Como esta de moda decir en la prensa norteamericanas, el tema también fue “la seguridad energética”.

Para los dirigentes georgianos, la inesperada invitación sugiere que su enclave sobre el mar Negro (la antigua Cólquida de los griegos) comienza a ser tomado en serio por Occidente. Medfios locales y rusos sospechan que Estados Unidos quisiera ver Georgia incorporarse a la Organización del tratado del Atlántico norte (Otán).

Para Bush mismo, ese país puede ser relevante en el proyecto de nuevo poliducto que, saliendo del mar Caspio (en Adzerbaidyán), alcance el Negro sin pasar por Irán ni Rusia. De paso, el encuentro en Washington es una forma nada sutil de presionar a Moscú.

Si bien carece de hidrocarburos, la ubicación geográfica de Georgia la convierte en alternativa para el abastecimiento de crudos y, especialmente, gas natural al oeste europeo. Por de pronto, British Petroleum opera ya un oleoducto del Caspio a Turquía vía la pequeña república póntica.

El presidente de Georgia –un pequeño país caucásico con separatismos propios- llega la semana próxima. Lo interesante es que Saakashvili acaba de celebrar una tensa reunión con Vladyímir Putin. Como esta de moda decir en la prensa norteamericanas, el tema también fue “la seguridad energética”.

Para los dirigentes georgianos, la inesperada invitación sugiere que su enclave sobre el mar Negro (la antigua Cólquida de los griegos) comienza a ser tomado en serio por Occidente. Medfios locales y rusos sospechan que Estados Unidos quisiera ver Georgia incorporarse a la Organización del tratado del Atlántico norte (Otán).

Para Bush mismo, ese país puede ser relevante en el proyecto de nuevo poliducto que, saliendo del mar Caspio (en Adzerbaidyán), alcance el Negro sin pasar por Irán ni Rusia. De paso, el encuentro en Washington es una forma nada sutil de presionar a Moscú.

Si bien carece de hidrocarburos, la ubicación geográfica de Georgia la convierte en alternativa para el abastecimiento de crudos y, especialmente, gas natural al oeste europeo. Por de pronto, British Petroleum opera ya un oleoducto del Caspio a Turquía vía la pequeña república póntica.

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