Enarsa, con la argentinización de Esso e YPF y Moreno, ejecutará la futura política energética

La inclusión de las inversiones en el pacto social a cinco años promovido por la candidata favorita en los próximos comicios tiene un destinatario principal: el sector petrolero, gasífero y eléctrico.

16 octubre, 2007

Mientras en el día a día, “Lassie” sería el
cancerbero del precio y abastecimiento del combustible.La única reestructuración
que se perfilaría en un hipotético gobierno de Cristina Kirchner
abarcará a la que ha sido el área operativa más dinámica
de la administración de su esposo: la política energética.

Al iniciarse 2008, si se concretasen los planes en curso, la gestión
presidencial arrancaría con:

una Enarsa revitalizada como empresa estatal testigo para operar en el día
a día del mercado las regulaciones que se dicten desde la Secretaría
de Energía, más un dato no menor para inferir su estilo: presidida
por el actual secretario de Comercio, Guillermo Moreno;
la incorporación del grupo local Petersen con 25 % de YPF, lo cual “nacionaliza”
una parte de su directorio, con la supuesta incidencia en la exploración
y explotación de petróleo y gas, además de la comercialización;

la toma del control, a través del grupo allegado de Marcelo Midlin, de
la refinería y estaciones de servicio que puso a la venta Esso en el
país.

De este modo, en una etapa crucial para las inversiones y el abastecimiento
de energía, su manejo bajará desde la superestructura del Ministerio
de Planificación al propio teatro de operaciones.

Además de los porcentajes de mercado, el Estado buscará meter
baza en dos cuestiones vitales para la estrategia central del gobierno que viene:
la fijación de precios de los combustibles y la orientación de
las inversiones de riesgo hacia la expansión de las reservas de petróleo
y gas. A lo que se agregarán las llamadas telefónicas y acciones
intimidatorias de “Lassie” Moreno al resto de los operadores cuando
escasee el suministro de energía, sobre todo a partir de los primeros
calores de la temporada estival.

¿La presencia de Moreno significará el pase de Julio de Vido
en el Ministerio de Planificación? Es lo que la campaña de los
Kirchner pretende hacer creer a los empresarios para tranquilizar las aguas
mientras se dirime en las urnas si la senadora vence en primera vuelta o va
a segunda.

En el primer caso, el día después, De Vido volverá a tomar
protagonismo público, aunque su continuidad luego del 10 de diciembre
no sería ya en el rol actual de activo operador de campo, del cual se
ocupará Moreno, sino de administrador de la gran política energética.

¿Qué será de la Shell con el archienemigo de su conducción
local al frente de la competidora estatal, pletórico de potestad reguladora?
¿Relevará la angloholandesa a todo el directorio o seguirá
el camino de Esso?

Renta petrolera

2008 tiene en juego una renta petrolera distinta a la vigente y la participación
de nuevos jugadores paraestatales: de los US$ 23 que cotiza el barril de petróleo
en el plano doméstico, contra los alrededor de US$ 80 que rigen en el
internacional, se prevé un salto a US$ 50 en la cotización local
(o sea, se duplicará), y el gobierno tendrá una mayor injerencia
en la distribución de esos márgenes.

De ahí la inclusión de las inversiones en un pacto social por
cinco años, junto con los precios y los salarios, que anunció
la candidata ante la Asociación de Empresarios Argentinos.

La llave para abrir los flujos de capital internacionales que financiarán
esta concepción mixta e integrada regionalmente de la política
energética nacional la tiene el Club de París, donde la anuencia
del Fondo Monetario Internacional para no imponer auditorías políticamente
invendibles para el gobierno de los Kirchner será la clave de acceso
a los US$ 4.000 millones que se necesitan invertir para recomponer la oferta
energética doméstica.

Como informáramos, se amasa una gran movida regional por el control
de las reservas y la producción de hidrocarburos, con la participación
excluyente de Venezuela y Brasil.

La decisión de la Exxon Mobile de salir de los países del Mercosur
ha activado las negociaciones de integración entre los gobiernos que
lo componen, incluido el de Chávez, que sólo espera el trámite
legislativo brasileño para acoplarse al subbloque continental. Como aperitivo,
logró la aquiescencia de Itamaraty para abrir de una vez el Banco del
Sur.

La sintonía entre Petrobrás y Pdvsa abrió la posibilidad
de que ambas acepten que Enarsa cobre identidad práctica como compañía
estatal argentina y la oportunidad de “nacionalizar” la Esso a través
de la compra por parte de un grupo empresario local allegado, como el Pampa
Holding, ex Dolphin, de Marcelo Midlin, asoma inmediata, ya que en el caso del
ingreso de Enrique Eskenazi a YPF será un “medio pie” hasta
que la española Repsol venda el otro 20 % a capitales argentinos.

Además de la aparición institucional en solicitadas publicadas
en los diarios del Pampa Holding, donde afirma: “Estamos invirtiendo $1.200
millones en 4 centrales eléctricas”, “El Cronista” informó
anteayer que Mindlin ya tuvo encuentros con ejecutivos de Esso en Nueva York;
y realizó el road show a fin de juntar los fondos para las 500 estaciones
franquiciadas de Esso, las 90 propias y la refinería de Campana.

“Una vez oficializado como futuro dueño de Esso, a Mindlin le llegará
el momento de negociar qué parte le toca a Enarsa (que {en teoría}
puede brindarle yacimientos a la compañía), pero sin desprenderse
nunca de la mayoría accionaria ni decisoria”, asegura el diario.

Pampa Holding así se expandirá de la producción y generación
de electricidad a la de combustibles y podrá asociarse en la exploración
y explotación de áreas petroleras que caigan en poder de Enarsa.
No sólo las de baja recuperación que posee actualmente, sino las
que se vayan agregando en la medida en que se revoquen los contratos con compañías
que no hayan cumplido con las inversiones comprometidas.

La conjugación de la tarifa que deberán ir recomponiendo, la
sintonía fina de la oferta diaria de energía y la orientación
de las inversiones hacia el mediano plazo constituyen un peculiar negocio, que
sólo puede entender quien lo ejecuta y puede echar el guante a fondos
alternativos, como los fiduciarios y los subsidios.

YPF

“La Nación” informó hace días que el presidente
de Repsol, Antonio Brufau, dijo durante un encuentro con representantes de la
Asociación de Periodistas de Información Económica de España
esperar que “en el primer trimestre de 2008 podamos dar la noticia de que
hemos llegado a un acuerdo, para que en el primer semestre se incorpore un socio
argentino, y realizar la salida a la Bolsa de un paquete de entre 15 y 20% de
YPF. Las negociaciones van muy bien”, había señalado Brufau,
quien precisó que el interés de tener un socio local “facilita
las operaciones en el terreno. Las sensibilidades locales se cumplen mejor si
tienes socios locales”.

En la oportunidad, Brufau anunció también un ambicioso plan de
inversiones de entre 5000 y 6000 millones de euros (entre US$ 7.000 y 8.400
millones) por año, que estará centrado fuera de América
latina. En las oficinas de Buenos Aires, no obstante, aclararon que la compañía
proyecta mantener los desembolsos en la Argentina al mismo ritmo que durante
los años anteriores. El año pasado, la petrolera destinó
al país unos US$ 1.700 millones.
El comentario que realizara Brufau en la oportunidad fue elocuente: “Repsol
tiene poco peso en América latina. No hay que pensar en desinvertir en
la región, donde tenemos activos muy buenos. Nuestra estrategia es crecer
en el resto del mundo, hacer que el peso de América latina sea menor”.
El plan de negocios estará abocado, más que nada, a proyectos
en Libia, Argelia, el Golfo de México y Trinidad y Tobago, áreas
en las que la petrolera parece haber encontrado lo que buscaba desde hacía
algunos años: reducir el riesgo argentino. La iniciativa de prestar atención
a otros destinos se suma a la pretensión por desprenderse aquí
de 45% de YPF, si se consideran la venta inicial y luego la salida a la Bolsa.

Desde una posición distinta en el continente, la Exxon también
afinó la puntería hacia el sudeste asiático, que le demandará
ingentes capitales, parte de los cuales saldrán de la venta de la operación
en las zonas menos rentables para la compañía, como el Mercosur,
donde las existencias hay que escarbarlas a mayores costos y la demanda interna
de la región no puede afrontarlos en los precios de los combustibles.
Tampoco las perspectivas de generar excedentes exportables son claras para asumir
los riesgos de tamañas inversiones.

Aperitivo estival

“La Nación” confirmó y amplió un informe reservado
que dimos hace unos días. Cammesa, ente que administra el sistema nacional
de electricidad, proyecta que, en las actuales condiciones de crecimiento, la
demanda alcanzará en marzo próximo los 19.100 megavatios. “Para
tener una idea de qué significa habría que recordar que el último
pico, los casi 18.400 MW del 28 de mayo pasado, provocó apagones en el
sector residencial en la Capital Federal y el conurbano, y llevó al gobierno
a tomar la decisión de cortarles la luz a las empresas, diariamente,
durante dos meses. Gracias a ese racionamiento, se logró mantener siempre
el consumo por debajo de los 17.500 MW. El sector murmura, entonces, una cuenta
elemental: con una previsión de 19.100 MW, habrá que trabajar
mucho para evitar que vuelvan las interrupciones”, explica.

Un directivo de una de las compañías comentó al matutino
que muy pocas veces desde 1992 las usinas habían tenido que recurrir
a los combustibles líquidos durante la primavera (como sucede ahora)
y que las instalaciones que supieron ser las más modernas del mundo y
que no reciben inversiones desde 1999 deberán acostumbrarse a funcionar
con gas, su combustible natural, sólo durante otoños y primaveras
benévolas. “El cálculo vuelve a ser fácil: la última
central se hizo en el país hace ocho años y la demanda creció,
desde entonces, 45 %, indicó.
Mercado digital había publicado la semana pasada un dato reservado chequeado
en fuentes del sector sobre los temores que se manejan en el área oficial
de la distribución energética en cuanto a un veranito anticipado
en noviembre, que jaqueará el frágil equilibrio actual. “Los
desajustes, que se habían atenuado en septiembre, volvieron a insinuarse
ayer. La disponibilidad de gas para las centrales eléctricas, que era
hace dos semanas de 90%, se ubicó ayer sólo en 40 %. Los problemas
empezaron a las 11 y fueron confirmados a “La Nación” en despachos
oficiales y empresariales.

Así, un corte de luz que duró tres horas en el yacimiento El Portón,
que opera Repsol YPF, originó problemas de inyección y restó
2 millones de metros cúbicos al gasoducto Neuba II.

El matutino destacó que el volumen habría sido insignificante,
pero hizo más frío del previsto y varios porteños encendieron
la calefacción y consumieron 6 millones de metros cúbicos más
de lo habitual en estos días.

Desde el gobierno (agregó) se le pidió entonces a Cammesa que
instruyera a las usinas a ahorrar 8 millones. El procedimiento se hizo otra
vez con sigilo. Ningún papel firmado; sólo órdenes telefónicas,
advertencias y pedidos de silencio, un aperitivo de lo que será el modus
operandi de Moreno desde Enarsa.

Prosigue “La Nación”: ¿Qué verano y qué
invierno energéticos heredará entonces el próximo gobierno?
En el sector eléctrico callan, pero dejan emerger, casi al pasar, la
siguiente inquietud: el pico de demanda del año próximo contará,
como oferta agregada, sólo con las dos turbinas de 270 MW de la usina
que se construye en Campana, prevista para arrancar entre marzo y abril. Serán
en realidad 500 MW disponibles, porque la escasez de gas obligará a operar
con gasoil, combustible que reduce 10% la capacidad de generación.

Y añade: las turbinas de la central de Timbués, en cambio, empezarán
a funcionar sólo después del invierno, como consecuencia de las
adaptaciones que se requieren para el referido cambio de combustible. Entre
otras, un puerto y cañerías para el abastecimiento con líquidos.

El artículo pone de manifiesto que ambas centrales, la de Timbúes
y la de Campana, tienen destino gasolero. Por eso Siemens, la constructora,
adaptó todas las calderas. El gas boliviano se había pensado como
la solución natural de acuerdo con los análisis de integración
regional, pero quedó algo relegado ante el retraso de las inversiones
en el Altiplano, según adelantó la semana pasada el gobierno de
Evo Morales.

Dentro del panorama inquietante, el clima ha dado una suerte de tregua preelectoral:
gracias a la mejora de las temperaturas -tras lo que fue definido como el invierno
más duro de los últimos 45 años- el país pudo ayer
terminar de devolverle a Brasil la electricidad que le había comprado
para paliar la escasez. Y como la sequía mantiene las represas del Comahue
con agua por debajo del nivel de seguridad, se las está preservando.

Mientras en el día a día, “Lassie” sería el
cancerbero del precio y abastecimiento del combustible.La única reestructuración
que se perfilaría en un hipotético gobierno de Cristina Kirchner
abarcará a la que ha sido el área operativa más dinámica
de la administración de su esposo: la política energética.

Al iniciarse 2008, si se concretasen los planes en curso, la gestión
presidencial arrancaría con:

una Enarsa revitalizada como empresa estatal testigo para operar en el día
a día del mercado las regulaciones que se dicten desde la Secretaría
de Energía, más un dato no menor para inferir su estilo: presidida
por el actual secretario de Comercio, Guillermo Moreno;
la incorporación del grupo local Petersen con 25 % de YPF, lo cual “nacionaliza”
una parte de su directorio, con la supuesta incidencia en la exploración
y explotación de petróleo y gas, además de la comercialización;

la toma del control, a través del grupo allegado de Marcelo Midlin, de
la refinería y estaciones de servicio que puso a la venta Esso en el
país.

De este modo, en una etapa crucial para las inversiones y el abastecimiento
de energía, su manejo bajará desde la superestructura del Ministerio
de Planificación al propio teatro de operaciones.

Además de los porcentajes de mercado, el Estado buscará meter
baza en dos cuestiones vitales para la estrategia central del gobierno que viene:
la fijación de precios de los combustibles y la orientación de
las inversiones de riesgo hacia la expansión de las reservas de petróleo
y gas. A lo que se agregarán las llamadas telefónicas y acciones
intimidatorias de “Lassie” Moreno al resto de los operadores cuando
escasee el suministro de energía, sobre todo a partir de los primeros
calores de la temporada estival.

¿La presencia de Moreno significará el pase de Julio de Vido
en el Ministerio de Planificación? Es lo que la campaña de los
Kirchner pretende hacer creer a los empresarios para tranquilizar las aguas
mientras se dirime en las urnas si la senadora vence en primera vuelta o va
a segunda.

En el primer caso, el día después, De Vido volverá a tomar
protagonismo público, aunque su continuidad luego del 10 de diciembre
no sería ya en el rol actual de activo operador de campo, del cual se
ocupará Moreno, sino de administrador de la gran política energética.

¿Qué será de la Shell con el archienemigo de su conducción
local al frente de la competidora estatal, pletórico de potestad reguladora?
¿Relevará la angloholandesa a todo el directorio o seguirá
el camino de Esso?

Renta petrolera

2008 tiene en juego una renta petrolera distinta a la vigente y la participación
de nuevos jugadores paraestatales: de los US$ 23 que cotiza el barril de petróleo
en el plano doméstico, contra los alrededor de US$ 80 que rigen en el
internacional, se prevé un salto a US$ 50 en la cotización local
(o sea, se duplicará), y el gobierno tendrá una mayor injerencia
en la distribución de esos márgenes.

De ahí la inclusión de las inversiones en un pacto social por
cinco años, junto con los precios y los salarios, que anunció
la candidata ante la Asociación de Empresarios Argentinos.

La llave para abrir los flujos de capital internacionales que financiarán
esta concepción mixta e integrada regionalmente de la política
energética nacional la tiene el Club de París, donde la anuencia
del Fondo Monetario Internacional para no imponer auditorías políticamente
invendibles para el gobierno de los Kirchner será la clave de acceso
a los US$ 4.000 millones que se necesitan invertir para recomponer la oferta
energética doméstica.

Como informáramos, se amasa una gran movida regional por el control
de las reservas y la producción de hidrocarburos, con la participación
excluyente de Venezuela y Brasil.

La decisión de la Exxon Mobile de salir de los países del Mercosur
ha activado las negociaciones de integración entre los gobiernos que
lo componen, incluido el de Chávez, que sólo espera el trámite
legislativo brasileño para acoplarse al subbloque continental. Como aperitivo,
logró la aquiescencia de Itamaraty para abrir de una vez el Banco del
Sur.

La sintonía entre Petrobrás y Pdvsa abrió la posibilidad
de que ambas acepten que Enarsa cobre identidad práctica como compañía
estatal argentina y la oportunidad de “nacionalizar” la Esso a través
de la compra por parte de un grupo empresario local allegado, como el Pampa
Holding, ex Dolphin, de Marcelo Midlin, asoma inmediata, ya que en el caso del
ingreso de Enrique Eskenazi a YPF será un “medio pie” hasta
que la española Repsol venda el otro 20 % a capitales argentinos.

Además de la aparición institucional en solicitadas publicadas
en los diarios del Pampa Holding, donde afirma: “Estamos invirtiendo $1.200
millones en 4 centrales eléctricas”, “El Cronista” informó
anteayer que Mindlin ya tuvo encuentros con ejecutivos de Esso en Nueva York;
y realizó el road show a fin de juntar los fondos para las 500 estaciones
franquiciadas de Esso, las 90 propias y la refinería de Campana.

“Una vez oficializado como futuro dueño de Esso, a Mindlin le llegará
el momento de negociar qué parte le toca a Enarsa (que {en teoría}
puede brindarle yacimientos a la compañía), pero sin desprenderse
nunca de la mayoría accionaria ni decisoria”, asegura el diario.

Pampa Holding así se expandirá de la producción y generación
de electricidad a la de combustibles y podrá asociarse en la exploración
y explotación de áreas petroleras que caigan en poder de Enarsa.
No sólo las de baja recuperación que posee actualmente, sino las
que se vayan agregando en la medida en que se revoquen los contratos con compañías
que no hayan cumplido con las inversiones comprometidas.

La conjugación de la tarifa que deberán ir recomponiendo, la
sintonía fina de la oferta diaria de energía y la orientación
de las inversiones hacia el mediano plazo constituyen un peculiar negocio, que
sólo puede entender quien lo ejecuta y puede echar el guante a fondos
alternativos, como los fiduciarios y los subsidios.

YPF

“La Nación” informó hace días que el presidente
de Repsol, Antonio Brufau, dijo durante un encuentro con representantes de la
Asociación de Periodistas de Información Económica de España
esperar que “en el primer trimestre de 2008 podamos dar la noticia de que
hemos llegado a un acuerdo, para que en el primer semestre se incorpore un socio
argentino, y realizar la salida a la Bolsa de un paquete de entre 15 y 20% de
YPF. Las negociaciones van muy bien”, había señalado Brufau,
quien precisó que el interés de tener un socio local “facilita
las operaciones en el terreno. Las sensibilidades locales se cumplen mejor si
tienes socios locales”.

En la oportunidad, Brufau anunció también un ambicioso plan de
inversiones de entre 5000 y 6000 millones de euros (entre US$ 7.000 y 8.400
millones) por año, que estará centrado fuera de América
latina. En las oficinas de Buenos Aires, no obstante, aclararon que la compañía
proyecta mantener los desembolsos en la Argentina al mismo ritmo que durante
los años anteriores. El año pasado, la petrolera destinó
al país unos US$ 1.700 millones.
El comentario que realizara Brufau en la oportunidad fue elocuente: “Repsol
tiene poco peso en América latina. No hay que pensar en desinvertir en
la región, donde tenemos activos muy buenos. Nuestra estrategia es crecer
en el resto del mundo, hacer que el peso de América latina sea menor”.
El plan de negocios estará abocado, más que nada, a proyectos
en Libia, Argelia, el Golfo de México y Trinidad y Tobago, áreas
en las que la petrolera parece haber encontrado lo que buscaba desde hacía
algunos años: reducir el riesgo argentino. La iniciativa de prestar atención
a otros destinos se suma a la pretensión por desprenderse aquí
de 45% de YPF, si se consideran la venta inicial y luego la salida a la Bolsa.

Desde una posición distinta en el continente, la Exxon también
afinó la puntería hacia el sudeste asiático, que le demandará
ingentes capitales, parte de los cuales saldrán de la venta de la operación
en las zonas menos rentables para la compañía, como el Mercosur,
donde las existencias hay que escarbarlas a mayores costos y la demanda interna
de la región no puede afrontarlos en los precios de los combustibles.
Tampoco las perspectivas de generar excedentes exportables son claras para asumir
los riesgos de tamañas inversiones.

Aperitivo estival

“La Nación” confirmó y amplió un informe reservado
que dimos hace unos días. Cammesa, ente que administra el sistema nacional
de electricidad, proyecta que, en las actuales condiciones de crecimiento, la
demanda alcanzará en marzo próximo los 19.100 megavatios. “Para
tener una idea de qué significa habría que recordar que el último
pico, los casi 18.400 MW del 28 de mayo pasado, provocó apagones en el
sector residencial en la Capital Federal y el conurbano, y llevó al gobierno
a tomar la decisión de cortarles la luz a las empresas, diariamente,
durante dos meses. Gracias a ese racionamiento, se logró mantener siempre
el consumo por debajo de los 17.500 MW. El sector murmura, entonces, una cuenta
elemental: con una previsión de 19.100 MW, habrá que trabajar
mucho para evitar que vuelvan las interrupciones”, explica.

Un directivo de una de las compañías comentó al matutino
que muy pocas veces desde 1992 las usinas habían tenido que recurrir
a los combustibles líquidos durante la primavera (como sucede ahora)
y que las instalaciones que supieron ser las más modernas del mundo y
que no reciben inversiones desde 1999 deberán acostumbrarse a funcionar
con gas, su combustible natural, sólo durante otoños y primaveras
benévolas. “El cálculo vuelve a ser fácil: la última
central se hizo en el país hace ocho años y la demanda creció,
desde entonces, 45 %, indicó.
Mercado digital había publicado la semana pasada un dato reservado chequeado
en fuentes del sector sobre los temores que se manejan en el área oficial
de la distribución energética en cuanto a un veranito anticipado
en noviembre, que jaqueará el frágil equilibrio actual. “Los
desajustes, que se habían atenuado en septiembre, volvieron a insinuarse
ayer. La disponibilidad de gas para las centrales eléctricas, que era
hace dos semanas de 90%, se ubicó ayer sólo en 40 %. Los problemas
empezaron a las 11 y fueron confirmados a “La Nación” en despachos
oficiales y empresariales.

Así, un corte de luz que duró tres horas en el yacimiento El Portón,
que opera Repsol YPF, originó problemas de inyección y restó
2 millones de metros cúbicos al gasoducto Neuba II.

El matutino destacó que el volumen habría sido insignificante,
pero hizo más frío del previsto y varios porteños encendieron
la calefacción y consumieron 6 millones de metros cúbicos más
de lo habitual en estos días.

Desde el gobierno (agregó) se le pidió entonces a Cammesa que
instruyera a las usinas a ahorrar 8 millones. El procedimiento se hizo otra
vez con sigilo. Ningún papel firmado; sólo órdenes telefónicas,
advertencias y pedidos de silencio, un aperitivo de lo que será el modus
operandi de Moreno desde Enarsa.

Prosigue “La Nación”: ¿Qué verano y qué
invierno energéticos heredará entonces el próximo gobierno?
En el sector eléctrico callan, pero dejan emerger, casi al pasar, la
siguiente inquietud: el pico de demanda del año próximo contará,
como oferta agregada, sólo con las dos turbinas de 270 MW de la usina
que se construye en Campana, prevista para arrancar entre marzo y abril. Serán
en realidad 500 MW disponibles, porque la escasez de gas obligará a operar
con gasoil, combustible que reduce 10% la capacidad de generación.

Y añade: las turbinas de la central de Timbués, en cambio, empezarán
a funcionar sólo después del invierno, como consecuencia de las
adaptaciones que se requieren para el referido cambio de combustible. Entre
otras, un puerto y cañerías para el abastecimiento con líquidos.

El artículo pone de manifiesto que ambas centrales, la de Timbúes
y la de Campana, tienen destino gasolero. Por eso Siemens, la constructora,
adaptó todas las calderas. El gas boliviano se había pensado como
la solución natural de acuerdo con los análisis de integración
regional, pero quedó algo relegado ante el retraso de las inversiones
en el Altiplano, según adelantó la semana pasada el gobierno de
Evo Morales.

Dentro del panorama inquietante, el clima ha dado una suerte de tregua preelectoral:
gracias a la mejora de las temperaturas -tras lo que fue definido como el invierno
más duro de los últimos 45 años- el país pudo ayer
terminar de devolverle a Brasil la electricidad que le había comprado
para paliar la escasez. Y como la sequía mantiene las represas del Comahue
con agua por debajo del nivel de seguridad, se las está preservando.

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