Un gran imán prohíbe el uso público del velo completo
El niqab no es lícito en el Islam, dictaminó el jeque Mohammad Tantawí, rector de la universidad al-Azhar, la resplandeciente. La maxima autoridad sunní parece copiar a la infiel Francia, donde se veda el burqa, muy similar.
6 octubre, 2009
<p>A falta de califa desde hace noventa años, el gran imam de al-Azhar es instancia inapelable en cuestiones religiosas y a veces terrenales con jurisdicción en toda la Sunná. Equivale a otra autoridad hoy también inexistente, el gran imán de la Shi’á (era el difunto Ruhollá Jomeiní). Esta dicotomía explica por qué la <em>fatwá</em>, decreto de muerte contra Salmán Rushdie –autor de los Versos satánicos-, dictado por un shi’ita, no valga para los sunníes.<br />
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El jeque egipcio es claro: “el <em>niqab</em> que cubre todo el rostro es una costumbre extraña al Islam ortodoxo. ¿Por qué llevarlo? No es religiosamente correcto –afirma- y yo de esto creo saber más que los demás”. Por ende, anunció un decreto para prohibir ese tipo de velo, y tal vez el <em>burqa</em> también, en las escuelas de al-Azhar”.<br />
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Como se sabe, muchas instituciones musulmanas -sunnitas o shi’itas- son al mismo tiempo religiosas y seculares. En los países ortodoxos, lo mismo vale para el estado, la justicia y la educación.<br />
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Aunque Egipto no es ortodoxo, su capital es sede de al-Azhar, la universidad islámica más antigua, desde su creación en 970 (348 de la Hégira) por el califato fatimida. Al mudar los otomanos su entonces cabeza a Estambul (siglo XVI), la casa de estudios quedó en El Cairo y, desde 1917, es máxima autoridad sunnita. Ni siquiera la ultraortodoxa dinastía saudí, guardiana de Meca y Medina, puede cuestionarla. Pero hay un detalle irónico: su gran imán es nombrado por el laico presidente egipcio.<br />
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Ahora bien, el asunto de los velos es complicado. Existe, en la variante menos dura, el <em>hidyab,</em> pañuelo o chal que tapa cabellos, cuello y a veces hombros. Luego viene el <em>shador</em> o <em>chador</em>, favorito en Irán, un manto que deja el rostro a la vista pero llega a los tobillos. No está limitado a los shi’itas, pues también se lo ve en Afganistán, mientras las mujeres pakistaníes usan una forma similar de <em>sarí</em>. En el extremo rígido aparecen el hoy vedado <em>niqab</em> y su versión más drástica, el <em>burqa</em>, que apenas muestran ojos y manos.</p>
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