¿Grecia seguirá la senda de Lehman Brothers?
En rigor, un deudor soberano no puede emular a LB ni a Bear Stearns, dos víctimas fatales de la crisis financiera occidental. Pero sí inspira temores, igual que los cifrados en Islandia, Estonia o Letonia: todas ellas están en la Unión Europea.
21 diciembre, 2009
<p>Se trata de casos, con Atenas al frente, que evidencian la fragilidad de un sistema, rasgo extensible a Portugal, Austria, Rumania, etc. Varios analistas en París, Milán y Londres temen que los apuros griegos sean apenas la manifestación extrema de un síndrome común a la Eurozona (diecisiete adherentes a la moneda común) y los diez restantes en la Unión Europea.<br />
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Los aprietos de Atenas –que hacen las delicias de Angora- se centran en un déficit fiscal que puede alcanzar, este año, a 12,7% del producto bruto interno o en una deuda externa que lo multiplique 135 veces en 2010. Con diversos matices, la relación adversa deuda-PBI pesa en economías como las de Bélgica, Irlanda, España, Francia o Polonia.<br />
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En teoría, casi nadie cumple con el pacto de Maastricht (1996), que imponía un techo de 2% sobre el PBI al parámetro déficit fiscal-PBI, un mito del Banco Central Europeo. Pero, sea como fuere, “no debiera esperarse un cese de pagos helénico para adoptar medidas preventivas”, sostienen en el Fondo Monetario Internacional.<br />
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Para empezar, hay en danza € 235.000 millones en títulos de la deuda griega al borde de la categoría chatarra. Así lo han advertido, con matices, las tres agencias calificadoras, vale decir Moody’s Investors Service, Standard & Poor’s y Fitch Ratings. En rigor, las notas de esos bonos son tan exiguas que, en unos meses, el propio BCE dejará de aceptarlos. Pero semejantes perspectivas pueden involucrar a varios países de la UE.</p>
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