Tribus y clanes de Yemen tras intentos de unidad
Tras varios meses de rebelión, el país parecía más dividido que nunca, con manifestaciones rivales saliendo a las calles y batallas al norte y al sur. Pero la gente, harta de violencia, empieza a formar comunidades ajenas a la trama localista.
16 junio, 2011
<p>Tantas sentadas y piquetes de protesta en las mayores ciudades de Yemen están generando novedosas alianzas. El mensaje es claro: se desmoronan viejas barreras de carácter tribal, clánico, regional, religiosas y de género.<br />
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En una “ciudad de tiendas y zocos”, alrededor de la universidad de Sana’a, tribeños otrora enemigos dejan a un lado antiguas vendettas. Se sientan juntos, dialogan, comen, beben y bailan, mientras estudiantes y rebeldes Zaidí del norte descubren que no son los demonios descriptos por la prensa del presidente vitalicio, Abdullá Alí Saleh, hoy virtualmente exilado en Saudiarabia (por razones de salud, en verdad).<br />
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Mujeres que han pasado la vida metidas en sus casas van a la calle y pronuncian apasionadas arengas ante multitudes asombradas. Esta urbe sin ladrillos se llama “Plaza de los cambios” y ahí se publican cuatro diarios y unos veinte semanarios.<br />
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La duración misma del levantamiento yemení –supera los dieciocho días de plaza Tahrir (Liberación), en El Cairo- contribuye a forjar nuevos lazos y superar profundas fisuras. Poco le importa a este movimiento que la vieja clase política y sus esbirros sigan peleando y matándose entre sí. Tampoco desvela a nadie que la vecina Saudiarabia y al-Qaeda coinciden en una cerrada defensa de la Shariyah (ley islámica) y presionen para acabar con tanta herejía a la vista de Alá. <br />
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“En un sentido, me alegra que esta revolución esté tomando tanto tiempo, porque fomenta encuentros y discusiones saludables”. Eso resalta Atiaf a-Wazir, bloguero y activista en redes sociales. “No podemos decir que todo esté cambiando, pero las semillas germinan y surgen signos de transformación”. Ese proceso llama ya la atención en el retrógrado Omán –la monarquía musulmana más vieja del mundo- y los emiratos del golfo Pérsico. <br />
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Piquetes y sentadas comienzan a extender por todo Yemen. En algunas zonas, se hace todo tipo de triquiñuelas para que los tribeños participen en manifestaciones sin temer que sus rivales los ataquen. Un punto interesante: Plaza de los Cambios y sus émulas tratan de que quienes han abandonado sus trabajos vuelvan a ellos, así las economías locales no entran en colapso.<br />
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El “área rebelde” de Sana’s es virtualmente una urbe con restaurantes, hospitales de campaña, auditorios y jardines. Además de prensa, funcionan galerías de arte, en tanto se suceden seminarios y conferencias. <br />
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