Alemania: ¿demasiado grande para la Eurozona?
El nuevo pacto fiscal resulta, sí, de la insistencia germana. La relevancia que Berlín le otorga al acuerdo no es producto de un análisis erróneo como creen en Londres-, sino que es coherente con los intereses regionales de la propia Alemania.
8 febrero, 2012
<p>Según los críticos del pacto, sus normas son incorrectas, pues se inspiran en un diagnóstico defectuoso que pivotea en la falta de disciplina presupuestaria. En cambio, el verdadero problema reside en el desequilibrio de la balanza comercial dentro de la Eurozona. Esta concepción ve Alemania y su periferia como imágenes en el mismo espejo: el superávit de la primera versus el déficit de la segunda. <br />
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Ese desequilibrio, sostienen diversos análisis, sería fruto de la menor competividad en el flanco sur de la región y el resto de la Unión Europea. Paralelamente, Alemania exhibe debilidad sistémica en materia de demanda e inversión. Tales son los dilemas que debieran encararse con las nuevas reglas de juego. Por ende, la receta ha de prever no solo los rigores presupuestarios sino, en la periferia, reformas estructurales, aumento de productividad y moderación salarial (o sea “paquetes griegos”).<br />
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En Alemania, será preciso reactivar el consumo –pese al cruel invierno que azota a buena parte del continente- mediante corrección de desequilibrios. Naturalmente, esas medidas estabilizarán al euro en ambas áreas. No obstante, ciertos números pintan un cuadro diferente al de los expertos británicos y ofrece otra interpretación.<br />
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Para empezar, los intereses de la economía germana han sido siempre muy distintos a los del resto de la Eurozona. La clave para entenderlo es imaginar la región no como una economía cerrada a los intercambios internos, sino como un bloque abierto al mundo. Al respecto, cabe apuntar algunos factores. El primero, que Alemania exporta apenas 40% a la Eurozona El segundo, que desde 1999 (circulación de la nueva divisa) su superávit comercial no deja de subir. Gracias a ventas a China, países europeos ajenos a la UE y estados petroleros.<br />
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Mientras tanto, perdían competitividad Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, en relación con el resto del mundo. En síntesis, la inestabilidad actual del euro puede atribuirse a los desequilibrios internos de los países que integran la Eurozona. Entonces ¿cuáles serían las consecuencias de un futuro pacto fiscal, tal como lo concibe Berlín? Simple: Alemania sería aun demasiado grade para el resto de la región. <br />
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