UE: de pronto, Polonia objeta el tratado y los checos vacilan
En apariencia, eran roces entre Lech Kaczynski, presidente conservador y clerical, y Donald Tusk, jefe de gabinete liberal. Pero, al demorar la ratificación del tratado de Lisboa, el primero ha chocado con su colega francés, Nicolas Sarkozy.
2 julio, 2008
<p>En rigor, Varsovia lleva más lejos las dudas de Praga. En efecto, inmediatamente tras el rechazado en el referendo irlandés, Chequia resolvió sentarse a esperar el veredicto de la corte constitucional sobre legitimidad del tratado.</p>
<p>Kaczyinski fue más tajante: decidió no aprobar el borrador si no se soluciona el entuerto de Dublin. Pero el primer ministro Donald Tusk -enemigo político del presidente- exigió ratificar el documento y recibió el inesperado apoyo de Sarkozy. Justo cuando éste no podría ganar votación alguna en Francia misma.</p>
<p>La actitud de Kaczynski obedece, por otra parte, a sus disidencias con el inglés Peter Mandelson -un anacronismo mercantilista-, comisario de comercio en Bruselas. En cuanto a Sarkozy, teme que el ejemplo polaco pese en los Balcanes y trabe el eventual ingreso a la Unión Europea de Croacia (factible) o Serbia. Pero éste se dificulta por la separación de Montenegro y Kosovo -un error occidental-, más fronteras inestables con Bosnia, otro país imposible, y Croacia.</p>
<p>Tusk y Sarkozy han observado que el parlamento polaco aprobó el tratado de Lisboa. Pero el presidente Kaczynksi puede negarse a firmar, cosa que está haciendo, o vetar el proyecto. Existe un trasfondo inquietante: nadie se anima a decirlo, pero esta UE agrandada artificialmente -contiene Malta o una parte de Chipre, pero no Suiza, Noruega ni Islandia- parece viable sólo para la costosa burocracia de Bruselas. A juzgar por varios medios, una impresión recorre Rusia, Ucrania, Suecia y Gran Bretaña: la Eurozona tiene más futuro que la UE ampliada.</p>
<p> </p>