La Paz, Caracas, Argentina y Tegucigalpa enfrían relaciones con Washington
Honduras demora la aceptación del embajador norteamericano, en solidaridad con Bolivia. Evo Morales impone estado de sitio parcial y Brasil evacua ciudadanos en Santa Cruz de la Sierra, mientras consulta con Argentina, Chile y la Unión Europea.
13 septiembre, 2008
<p>La actitud de Tegucigalpa llama la atención, pues se la consideraba virtual satélite de Estados Unidos, junto con El Salvador, Costa Rica, Bélice y Panamá. Hasta ahora, sólo Guatemala y Nicaragua se habían solidarizado con Bolivia en Centroamérica. En cuanto a las islas del Caribe, salvo Cuba, la presencia de cazabombarderos rusos en Venezuela y la renacida IV flota imponen cautela.</p>
<p>Pasando a las vías de hecho, el separatismo oriental –Santa Cruz, Tarija- intentaba golpes terroristas. Por ejemplo, ataques contra oficinas públicas en esas dos provincias, Beni, Pando, Sucre y Chuquisaca. Se planeaba lo mismo contra el abastecimiento de gas la Argentina, pero no prosperó.</p>
<p>Morales tiene parte de culpa, pues el martes echaba cinco ministros y eso agravó el perfil inestable de su gobierno. Entretanto, Buenos Aires, Brasilia, Santiago y Bruselas continuaban consultas –y armaban una reunión en la capital chilena- para desactivar un polvorín en el centro de Sudamérica. Máxime porque asoma otro, en Paraguay, donde el coloradismo y los militares no asimilan al nuevo presidente.</p>
<p>Sin embargo, EE.UU. y sus aliados caribeños (Colombia, sobre todo) pierden el sosiego a causa de Hugo Chávez. Por supuesto, el pintoresco bolivariano no proyecta dejar sin crudos a Washington, pues ha cambiado de estrategia.</p>
<p>En realidad, reacciona contra el regreso a la vida de la IV flota y su papel como vigilante del patio trasero. Ante la inanidad norteamericana en Georgia y el mar Negro, Chávez responde invitando a la flota aérea rusa a visitar sus costas. O sea, el flanco sur del Caribe. En lo tocante al embajador Goldberg, su error había sido reunirse con terratenientes separatistas en el oriente boliviano cuyo fin es derrocar a Morales.</p>
<p>En otro plano, se enfrían las relaciones entre Argentina y Venezuela: quizá se postergue el viaje del matrimonio presidencial. No obstante, peor marchan las cosas entre Buenos Aires y Washington, por el torpe manejo de la Casa Blanca (vía el FBI y un fiscal de Miami) en el escandalete alrededor de Guido Antonini Wilson.</p>