Más consecuencias del Brexit

Por primera vez desde 1985, la libra cayó a su nivel más bajo. Una libra esterlina equivale ahora a US$ 1,28. Es otra consecuencia directa del Brexit, como lo es también la caída en los valores de los bonos británicos e incluso en la mayoría de las acciones.  

6 julio, 2016

En medio de una enorme incertidumbre y parálisis política, donde ha quedado claro que ninguno de los líderes partidarios sabe cómo seguir, hay una enorme crisis en ambos partidos mayoritarios que termina con los liderazgos clásicos y abre la puerta a una nueva generación de dirigentes.

Por lo pronto, en el Partido Conservador, Theresa May, ministro del Interior y partidaria de permanecer en la UE, ha logrado establecer una clara ventaja en la lucha sucesoria al obtener ya el apoyo de la mitad de los diputados que votarán por el sucesor de David Cameron. Incluso puede quedar consagrada como nuevo líder durante la semana que viene.

El titular del Bank of England (el banco central), al dar a conocer el Informe sobre Estabilidad Financiera, advirtió que los riesgos financieros del Brexit todavía deben cristalizar y que hay un serio desafío a la estabilidad económica del país. Será tarea –dijo Mark Carney- privativa de Gran Bretaña establecer una nueva relación con los países de la UE, y con el resto del mundo ante la nueva situación.

El nuevo clima interno de Inglaterra –en especial- es que ha resurgido el viejo racismo de los años 80, ahora incluso con virulencia con insultos y agresiones, una etapa que se creía superada.

Pero también hay riesgos para la unidad europea. El ejemplo británico puede estimular a imitarlo por partes de fuerzas nacionalistas y populistas en varios países del continente. Por eso las distintas reacciones. Algunos gobiernos piden la retirada inmediata de los británicos y el comienzo de una negociación que tratarán de poner muy difícil. Otros reclaman tranquilidad: es tan largo y complejo el camino de salida que, tal vez, al final no haya ruptura con el bloque.

Toda la eurozona está pendiente de lo que dicen y hacen los británicos. Sin embargo, la atención general puede mudar en otra dirección en las próximas semanas. En Italia los bancos están en el centro de la escena. Los préstamos de dudosa recuperación ascienden a US$ 400 mil millones. Las acciones de todas las entidades financieras están por el suelo.

El Primer Ministro, Mateo Renzi, quiere usar fondos públicos para fortalecer la posición del sistema bancario. Pero las reglas comunitarias norman que eso no puede ocurrir si primero no hay pérdidas efectivas de los accionistas de esos bancos. Pero el problema es que los títulos que no se pagan están respaldados en Italia con garantías personales e hipotecarias.

Bruselas no aceptó suspender la vigencia de estas normas. Pero el gobierno italiano parece que prefiere desafiar a la UE.

 

 

 

 

 

 

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