La vulnerabilidad actual de las democracias

La propaganda política en este siglo se ha convertido en guerra de guerrillas.

6 noviembre, 2017

En un diairio descubierto luego de la caída de Berlín, el jefe de la propaganda nazi Joseph Goebbels explicaba sus principios para una propaganda efectiva. El segundo de esos principios decía que “debe ser planeada y ejecutada por una sola autoridad.”

¿Qué habría dicho Goebbels de Facebook? se pregunta Quartz, la prestigiosa página de opinión y noticias para esta era digital. Así como el choque masivo de ejércitos dio paso a la guerra de guerrillas y al terrorismo la información —y la desinformación—ahora fluye no de una sola entidad sino de miles o millones. Y con la fabuloso poder para “micro-apuntar” que tienen las redes sociales como Facebook, la propaganda ya no es un mensaje: puede ser muchos, adaptados cada uno para una determinada audiencia.

Rusia entiende estas dos diferencias, opina Quartz. Los avisos que diseminó en Facebook durante la campaña presidencial de Estados Unidos – algunos de los cuales fueron publicados por el Congreso esta semana – no eran un simple mensaje pro-Trump; muchos, en realidad, apoyaban ideas que se inclinaban hacia la izquierda, como los derechos de gays y lesbianasi o argumentos contra Trump. Mientras Goebbels buscaba sembrar confusión y temor, El objetivo de rusia era simplemente profundizar las divisiones que ya existían en el pueblo. Y, a diferencia de Goebbels, a Rusia no le molesta no tener el monopolio de la propaganda. Si un grupo de adolescentes de Macedonia le da una mano, tanto mejor.

La gran lección que se extrae del escándalo no es Rusia es peligrosa para la democracia norteamericana, sino que las redes sociales convierten a todas las democracias en vulnerables ante cualquiera que tenga intenciones políticas oscuras, algo de dinero y una cantidad razonable de datos. Sería sumamente fácil entonces orientar los avisos de Facebook a los votantes indecisos en unos pocos distritos decisivos en las próximas elecciones, pro ejemplo, y muy difícil de encontrar al culpable.

La guerra de guerrillas no se gana con un ejército convencional; necesita que se solucionen las causas subyacentes de la guerra. De manera similar, la propaganda en el siglo 21 no se puede encarar tratando de elimeinar sus fuentes. La forma en que plataformas como Facebook la hacen posible es parte del problema. Por eso son las mismas plataformas las que deben ser parte de la solución.

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