“Llegamos a la Argentina para quedarnos”

MERCADO entrevistó en Madrid a Miguel Angel Remón, director general de planificación y control, miembro del Comité Ejecutivo y máximo responsable del área latinoamericana de Repsol. Remón, un ingeniero y economista de 51 años, fue el gestor de la adquisición de Astra, y lleva en su cabeza todos los planes y números de la mayor petrolera de España y quinta de Europa. No en vano trabaja en ella desde hace 25 años, prácticamente toda su carrera profesional. Hombre de ideas claras y precisas, se muestra aquí entusiasmado por las perspectivas que ofrece América latina para su empresa. - ¿Qué fue lo que llevó a Repsol a invertir en América latina y, específicamente, en la Argentina?- Fueron varios motivos. El crecimiento de Repsol, tan dinámico, hace lógica y necesaria la expansión exterior. Nos interesan diversas zonas, pero hay un conjunto de razones por las cuales sentimos especial predilección por Latinoamérica. En primer lugar, tenemos absoluta confianza en el porvenir de la región, porque creemos que su desarrollo económico descansa sobre bases sólidas. Las oportunidades de inversión que se ofrecen son muy variadas, y hay tres aspectos fundamentalmente atractivos: los proyectos de privatización de los distintos gobiernos, los proyectos de grandes obras de infraestructura, como las que se dedicarán al transporte de gas, y la existencia de compañías familiares, pequeñas o medianas, que podrían constituirse en objetivos de compra. El manejo posterior de la inversión es también muy importante: españoles y latinoamericanos gozamos de un capital añadido, que son una lengua y una cultura comunes, lo que facilita extraordinariamente las cosas a la hora de entendernos y compatibilizar criterios de gestión. Por otra parte, es un hecho muy positivo para nosotros que cada vez más compañías industriales y bancos españoles compartan inversiones en la región, lo que contribuye a estructurar un tejido que permite la ayuda mutua y el intercambio de información. Por último, nuestra empresa puede aportar más que otras, porque vivimos en carne propia el tránsito de monopolio estatal a mercado libre. Se trata de una experiencia riquísima que podemos aplicar a Latinoamérica, donde se registran situaciones análogas. - Este interés por América latina es relativamente reciente. - Bueno, hay que distinguir. En exploración y producción, nuestra presencia en el área es antigua. En comercialización, refinación y gas natural, se puede decir que empezamos en 1990/91, cuando la empresa Gas Natural, de la que Repsol es accionista principal, compra la distribución de gas de Buenos Aires Norte. En 1993/94 adquirimos la distribución de gas de dos ciudades mexicanas, Nuevo Laredo y Saltillo. En 1995 desarrollamos redes de estaciones de servicio en Ecuador y Perú. Y este año dimos el gran salto, con la compra, por US$ 360 millones, de 37,7% de las acciones de la compañía argentina de petróleo Astra, un paquete que nos asegura su control y gestión. También en 1996 pasamos a controlar la operación de la refinería La Pampilla, en Lima, Perú: tenemos 42% de participación -la mayoritaria- en un grupo que forman, además, YPF, Mobil y tres empresas locales. Este grupo tiene a su vez 60% de la refinería, en sociedad con el Estado peruano. Por último, participamos con 20% de un proyecto de planta de licuación de gas en Trinidad-Tobago. Y seguimos desarrollando nuestra red de estaciones de servicio en Ecuador y Perú y de distribución de butano en Perú. Dentro de este proyecto multinacional que abarca toda Latinoamérica, Astra es una pieza importantísima. - ¿Qué planes tienen para el futuro de Astra?- Existe una perfecta compatiblidad entre Repsol y Astra. Invertiremos en ella US$ 2. 000 millones en los próximos cinco años. Queremos incrementar las reservas de petróleo y gas. Entre diciembre y enero próximos concretaremos la adquisición de algunas de ellas, pero aún no podemos revelar detalles sobre la operación. También nos proponemos integrar verticalmente la producción y distribución de gas y la generación eléctrica con gas. - ¿Cómo funciona la convivencia con los directivos argentinos?- Encontré en Astra modelos de gestión muy similares a los que empleamos aquí y gente muy valiosa entre las 700 personas que trabajan en la empresa. Por lo tanto, no existe ningún motivo que entorpezca el pleno entendimiento y la fluidez de la gestión. Tenemos criterios asombrosamente parecidos que darán, sin duda, buenos frutos. - ¿No avizoran dificultades en el horizonte de la economía argentina?- Confiamos plenamente en la evolución de la Argentina, aceptando que puede haber momentos malos. El nuestro no es un negocio a corto plazo; llegamos a la Argentina para quedarnos, porque tenemos vocación de futuro. Y esto no es retórica fácil: es la conclusión serena que surge del análisis de las perspectivas que ofrece el país.

17 noviembre, 2012

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