¿Habrá una industria automotriz nacional?

El debate es antiguo. Para muchos, por su efecto multiplicador, la producción de automóviles en territorio nacional es una actividad económica esencial e irrenunciable. Para otros –menos– no sería difícil estar de acuerdo siempre que no sea a cualquier precio, a costa de explotar al comprador de una unidad o merced a subsidios. En el medio, más racional, hay otro análisis que aporta Luis María Ureta Sáenz Peña. Cuáles son las reales perspectivas del país de seguir contando (razones de escala, competitividad, acceso a mercados externos) con presencia de este sector fabril dentro de diez años. Por Laura Litvin

17 noviembre, 2012

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