Hay otro enfoque en la historia de la tecnología

No se puede entender totalmente el proceso de innovación si no se cambia el enfoque de la historia de la tecnología y de sus usos. Nuestro mundo actual –con las revoluciones tecnológicas que conocemos– sigue rodando apoyado en productos y tecnologías que se usan desde hace mucho tiempo.

19 marzo, 2009

<strong>–Su nuevo libro incluye un cuadro donde figuran las empresas que más gastan en I&D, y menciona que son, en su mayoría, empresas muy viejas. ¿Por qué es eso?</strong><br /> <br />–Las cinco que más gastaron en innovación en 2003 fueron Ford, Pfizer, DaimlerChrysler, Siemens, y Toyota. Todas excepto Toyota operan desde antes de 1914. Las primeras de esta lista no son de biotecnología ni de tecnología informática. ¿Por qué hay tres automotrices entre las primeras cinco? Es muy caro desarrollar un auto nuevo. Mucha gente piensa que los gastos en investigación son generados por la naturaleza de las mismas tecnologías. No es así. Los niveles de I&D los determina lo que la gente quiere pagar. Y si la gente sigue dispuesta a comprar autos nuevos –una invención apoyada en una idea de hace 100 años– vamos a ver mucha I&D en esa área.<br /> <br /><strong>–¿Qué nos dice eso sobre innovación a gran escala?</strong><br /> <br />–Siempre he dicho que no hay correlación positiva entre gasto en investigación y crecimiento económico. Muchos creen que sí la hay, que si los países gastan en innovación, recuperan con creces todo lo que invierten. Yo creo que si existe alguna correlación es negativa, al menos para los países de más rápido crecimiento.<br /> <br />Eso es así porque la mayor parte de la tecnología en los países recientemente desarrollados proviene del extranjero. Entonces, los países que son rápidos para adoptar tecnología se pueden beneficiar mucho en términos de crecimiento. Se me ocurre una sola excepción importante a esta regla: Estados Unidos a mediados del siglo 20. Pero ése era un caso muy excepcional, Estados Unidos representaba alrededor de 50% de la producción mundial y lo mismo o más de la capacidad inventiva mundial. Ése ya no es el caso, claro. <br /> <strong><br /> –¿Qué nos puede decir sobre el rol de la I&D empresarial en el proceso de innovación?</strong><br /> <br />–Circulan muchos mitos sobre cómo era I&D en el pasado. La gente exagera cuando dice que antes la investigación pura dominaba el campo de la ciencia. No quiero decir que la investigación sin objetivo concreto no haya sido importante. Pero la acción de pensar en los usos que se le podrían dar a una tecnología nueva siempre ha sido más importante de lo que la gente cree.<br /> <br />Por eso hay que recordar que muchas invenciones no llegaron a ser usadas. El transistor no salió de los laboratorios Bell simplemente porque ellos estuvieran haciendo investigación pura. Hacía mucho tiempo que venían pensando en semiconductores. <br /> <br />El peligro no es sólo creer que hubo un modelo en el pasado y debería haber un modelo para el futuro. El peligro está en creer que comprendemos la historia de la tecnología, e la invención, o de los procesos de descubrimiento, o de lo que se usó.

Esa es la tesis de David Edgerton. <br />
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El historiador de la ciencia, en entrevista concedida a Edward Baker (<em>Strategy &amp; Business</em>, de Booz Allen Hamilton), sostiene la necesidad de una nueva visi&oacute;n de la historia de la tecnolog&iacute;a que se ocupe no s&oacute;lo de las innovaciones espectaculares &ndash;el Walkman de Sony o una nave espacial futura que pueda transportar humanos a Marte&ndash; sino tambi&eacute;n en el cambio incremental y c&oacute;mo las sociedades usan las tecnolog&iacute;as que inventan o, tambi&eacute;n importante, que toman prestadas. Estas son algunas de las ideas concentradas en su nuevo libro <em>The Shock of the Old: Technology and Global History</em> since 1900.<br />
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Una historia de ese tipo revelar&iacute;a, dice, que muchos de los pa&iacute;ses que tuvieron mayor crecimiento en el siglo 20, como Jap&oacute;n y Corea, fueron los que m&aacute;s inventaron. Es cierto que gran parte de ese crecimiento proviene de transferencia de tecnolog&iacute;a y no de innovaci&oacute;n. Pero reconocer esta realidad tiene consecuencias importantes para la pol&iacute;tica comercial en una econom&iacute;a global. Por ejemplo, si un pa&iacute;s como Estados Unidos exige a otra naci&oacute;n protecci&oacute;n estricta a la propiedad intelectual como precondici&oacute;n para comerciar con ella, eso da&ntilde;a la transferencia de tecnolog&iacute;a y el florecimiento de nuevos productos que podr&iacute;an resultar de esa tecnolog&iacute;a. <br />
<br />
Si reorientamos la forma de ver la tecnolog&iacute;a, entenderemos mejor si estamos tomando decisiones acertadas al adoptar nuevas tecnolog&iacute;as, como las semillas gen&eacute;ticamente modificadas, especialmente cuando hay alternativas menos costosas que, aunque tal vez no tan innovadoras, podr&iacute;an ser menos riesgosas. Lo que sigue es una versi&oacute;n condensada de la entrevista.<br />
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&ndash;&iquest;Qu&eacute; tiene de malo nuestra actual concepci&oacute;n de la tecnolog&iacute;a?</strong><br />
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&ndash;Carecemos de una historia expl&iacute;cita de la tecnolog&iacute;a; una historia de la inmensa cantidad de productos que se usan en un determinado momento; una historia que detalle todas las invenciones (grandes y peque&ntilde;as) de un determinado per&iacute;odo de la historia. Lo que tenemos es una insatisfactoria mezcla de las dos, que describe apasionadamente los primeros d&iacute;as de algunas tecnolog&iacute;as que hicieron temblar la tierra y que m&aacute;s tarde fueron ampliamente usadas. <br />
Por ejemplo, sabemos mucho del desarrollo de la bomba at&oacute;mica durante la Segunda Guerra Mundial, pero muy poco o nada sobre el important&iacute;simo rol del caballo durante la guerra; el ej&eacute;rcito de Hitler us&oacute; m&aacute;s caballos en su invasi&oacute;n a Rusia que Napole&oacute;n 130 a&ntilde;os antes. <br />
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Si nos interesa la relaci&oacute;n entre tecnolog&iacute;a y sociedad, debemos saber qu&eacute; se usa y qu&eacute; avances se est&aacute;n haciendo en la cultura de cualquier momento de la historia. Adem&aacute;s, es tan importante conocer las invenciones que fracasaron como las que triunfaron. En realidad, la mayor&iacute;a de las invenciones fracasan, y eso ocurre por alguna raz&oacute;n. El Concorde fue un fracaso econ&oacute;mico, por ejemplo, porque era incre&iacute;blemente costoso. Debemos reconocer eso para poder determinar sobre qu&eacute; base avanzar para producir otro Concorde. <br />
<strong><br />
&ndash;Describa la historia de la tecnolog&iacute;a tal como usted la encara. &iquest;Es una visi&oacute;n conservadora?</strong><br />
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&ndash;S&eacute; que podr&iacute;a interpretarse que planteo que lo nuevo no importa y est&aacute; sobrevaluado, mientras que lo viejo sigue siendo enormemente importante. Pero no quiero discutir eso. Insisto en que hay muchas, muchas cosas nuevas bajo el sol y celebro el cambio r&aacute;pido; a lo que me opongo es a la celebraci&oacute;n del pseudo-cambio o al culto del cambio futuro. <br />
<br />
Mucha gente que habla de invenci&oacute;n e innovaci&oacute;n en realidad quiere mantener el mundo tal como est&aacute;. Esa gente habla de la importancia del cambio t&eacute;cnico en el futuro para evitar hacer cambios ahora. Un ejemplo es el calentamiento global. Muchos dicen que hay que invertir en soluciones tecnol&oacute;gicas que entrar&aacute;n a funcionar en cinco, diez o veinte a&ntilde;os para no tomar decisiones que se podr&iacute;an implementar ya.

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