El largo debate acerca del desarrollo

Los economistas del crecimiento hablaban en términos matemáticos; los economistas del desarrollo seguían hablando con palabras. La divergencia se acentuó cada vez más porque unos y otros no lograban entenderse.

4 marzo, 2009

<strong>Crecimiento </strong><br /> <br /> La nueva teoría del crecimiento fue creada por Paul Romer (ver MERCADO marzo, pág. 91) y Robert E. Lucas Jr. (ver MERCADO marzo, pág. 87). Intenta escapar del convencional resultado de Solow que dice que la gran parte del crecimiento per cápita de largo plazo surge del progreso técnico exógeno. A esta teoría Solow llega a través de tres hipótesis relacionadas: <br /> <br /> <strong>1.</strong> los retornos sociales a la inversión son más altos que los retornos privados, a causa de las economías externas;<br /> <strong>2.</strong> el capital, definido a grandes rasgos, tiene una participación en el <em>input </em>mucho mayor de lo que convencionalmente se mide; <br /> <strong>3.</strong> el progreso técnico es, en gran medida, un resultado endógeno de la investigación y el desarrollo orientados hacia el mercado. <br /> <br /> De estas tres hipótesis, la primera está formulada claramente en el mismo espíritu que la teoría del gran desarrollo. En la formulación de Romer, las economías externas eran tratadas en forma puramente tecnológica. Pero en sus trabajos posteriores, Romer importó técnicas de la literatura comercial para mostrar de qué manera las economías externas impulsadas por el crecimiento podían surgir de las economías de escala en la planta industrial. <br /> <br /> Entonces, dado el enorme interés que suscita la nueva teoría del crecimiento, ¿tiene algún sentido volver a la vieja teoría desarrollista? O, dicho de otra forma, aun si los teóricos modernos han reinventado la rueda, ¿no lo hicieron mejor esta vez? <br /> Creo que la respuesta es no. La nueva teoría del crecimiento se ha preocupado por resolver una cuestión diferente de la de la teoría del gran desarrollo: cómo explicar la persistencia de crecimiento y no cómo hacer que el crecimiento comience. Lo notable es que los nuevos modelos de crecimiento tienden a suponer que la economía tiene un solo sector, o que todos los sectores son simétricos. Por el contrario, la preocupación central de la teoría del gran desarrollo era la diferencia entre sectores modernos que presuntamente se caracterizaban por economías de escala y los sectores tradicionales que no. Incluso dentro del sector moderno, el concepto de conexión (<em>linkage</em>) implicaba una búsqueda de industrias clave. <br /> <br /> De manera que mientras la filosofía de la nueva teoría del crecimiento es en esencia un redescubrimiento de la teoría del gran desarrollo, no ha retornado a las mismas preguntas. La diferencia más fundamental es, por supuesto, que a pesar de su enfoque abstracto, la teoría del gran desarrollo estaba concebida como una especie de guía para la política, mientras que ése no fue el caso con la teoría del nuevo crecimiento. <br /> <br /> Los teóricos más nuevos sólo tratan de explicar el mundo, mientras que sus antecesores pensaban que podían cambiarlo. El punto entonces es el siguiente. Si se han vuelto a legitimar los supuestos económicos básicos de la teoría del gran desarrollo, también podríamos volver a hacernos las mismas preguntas. <br /> <br /> <strong>Implicancias políticas </strong><br /> <br /> No es mi intención hacer sonar el clarín para clamar en favor de políticas industriales y comerciales intervencionistas, mucho menos para retornar a la sustitución de importaciones. Por cierto, una interpretación adecuada de los análisis surgidos de la vieja teoría del desarrollo (y de las nuevas teorías de comercio y crecimiento) sugiere que los costos de fragmentar mercados son muy altos precisamente porque los mercados no se caracterizan por ganancias constantes ni competencia perfecta. Quiero, en cambio, ofrecer dos sugerencias más modestas. Primero, esta visión panorámica de los desarrollos intelectuales puede servir como advertencia para quienes pretenden llevar demasiado lejos la ortodoxia del libre mercado. Es bastante comprensible que el Banco Mundial y otros organismos multilaterales hagan mucha fuerza por imponer políticas liberales en países en desarrollo, dadas las tendencias que han demostrado esos clientes a empeñarse en intervenciones económicamente irracionales. <br /> <br /> Pero no debemos olvidar que no es verdad que la teoría económica "demuestre" que los mercados libres son siempre mejores. Hay un sólido argumento intelectual que respalda cierta promoción industrial por parte de los gobiernos, uno que a menudo pareció empíricamente verosímil a los ojos de observadores entendidos. Lo que quiero decir es, no nos dejemos atrapar demasiado por la ortodoxia del momento. Vale la pena recordar que en el transcurso de una generación, las ideas del gran desarrollo pasaron de ser consideradas tan evidentes que no había ni por qué demostrarlas, a ser consideradas carentes de toda lógica y sentido. Había, en realidad, argumentos muy sensatos y muy coherentes, pero eran de una aplicación más limitada de lo que imaginaron sus creadores. <br /> <br /> La lección que debemos extraer es que tanto el empirismo casual como la estrechez intelectual nos van a llevar por el camino equivocado. La segunda sugerencia es que debemos reorientar la investigación. La investigación sobre política industrial y comercial en los países en desarrollo sigue dominada por la agenda de la contrarrevolución que comenzó en los 1960: los horrores de la sustitución de importaciones y las distorsiones impuestas por la política del gobierno. Probablemente haya llegado la hora de poner nuevamente el foco en el mercado además de en los fracasos de los gobiernos. <strong><br /></strong>

<strong>Adhesiones y críticas de Joseph Stiglitz</strong><br />
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Comparto sinceramente los principales argumentos que Krugman ha planteado tan elocuentemente. Me gustaría analizar dos temas relacionados. Primero, no creo que su interpretación de la historia intelectual de la economía del desarrollo sea absolutamente correcta. Segundo, aunque él ha identificado dos factores que representan críticas importantes al paradigma neoclásico y forman la base para la construcción de una "nueva visión", esa visión suya es demasiado estrecha: hay factores muy importantes que ignora. <br />
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En suma, Krugman dice que la teoría del gran desarrollo se alejó de la corriente central de la economía. Y que eso ocurrió porque: <br />
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• "Los teóricos del desarrollismo fueron incapaces de formular sus ideas con la precisión requerida por una economía imperante cada vez más orientada hacia los modelos." <br />
• La atención fue desviada por ideas como las del modelo de trabajo excedente de Lewis (1955) que pudo ser fácilmente formalizado. <br />
• Los acontecimientos del mundo real, como el fracaso de la industrialización, "cuestionaron el planteo según el cual el tema de coordinar inversiones frente a economías externas fue una parte importante en la historia del subdesarrollo". <br />
• La resurrección de la teoría del gran desarrollo puede atribuirse al desarrollo de modelos simples de ganancias crecientes. <br />
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Cada una de estas proposiciones es rebatible. <br />
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Para tomar la primera, que una idea esté o no dentro de la corriente dominante depende de qué lugar elijamos para mirar el río. La corriente dominante se ve de manera muy diferente según la miremos desde la ribera del MIT, la de Cambridge o la de Oxford. En esas instituciones ¬y en otras¬ los académicos nunca dejaron de hablar de la importancia de externalidades, ganancias de la escala, competencia imperfecta, cambio tecnológico y de las relaciones entre todo eso. <br />
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La investigación siguió modelando no sólo lo endógeno de la estructura del mercado sino también el "crecimiento endógeno" con trabajo teórico y empírico para tratar de entender los determinantes de la transferencia, absorción, desarrollo y adaptación de nuevas tecnologías. Esas ideas fueron y siguen siendo el principal interés de la investigación académica y un ingrediente siempre presente en los programas de estudio. <br />
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Claro que no estábamos satisfechos con los modelos ofrecidos. Los resultados, particularmente los que se referían a estados estables, eran muy sensibles a las parametrizaciones especiales, y uno de los objetivos del programa de investigación era explorar esos temas tan delicados. <br />
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Los años 1970 y 1980 estuvieron marcados por progresos en modelaje de externalidades, progreso tecnológico y ganancias de escala. Las principales avenidas de la investigación sobre modelaje desarrollista estuvieron asociadas a los trabajos de Richard Nelson y Sidney Winter y otros. <br />
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Aunque muchos estudios se concentraban en mercados incompletos y en información imperfecta, el esqueleto era igualmente aplicable a economías con distorsiones impositivas y competencia imperfecta. Krugman no menciona esas grandes avenidas del trabajo teórico y tampoco los grandes proyectos de investigación empírica que exploraban algunos de los temas centrales de la teoría del gran desarrollo, como el programa de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), a cargo de Jorge Katz. <br />
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No sólo se investigaban esas ideas, sino que se las comunicaba a los responsables de formar políticas. En suma, en la lectura que yo hago de la historia intelectual, la teoría del gran desarrollo económico nunca murió. <br />
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Coincido con Krugman en lo que concierne a la importancia que la profesión da a la teoría y a los modelos. Pero sigo sin convencerme de que tenga el papel dominante que él le asigna. Por varias razones. <br />
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La primera: que podamos escribir un modelo de un fenómeno no prueba casi nada. No convierte a una idea en buena o mala, importante o irrelevante. A lo sumo demuestra que hay ciertas relaciones lógicas, o que ciertas ideas tienen asidero. La formalización de las ideas es importante, entre otras razones, porque conduce a debates para focalizarlos y a preguntas más precisas. <br />
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La segunda: disponíamos de modelos formales. Muchos de nosotros habíamos publicado modelos con todas las características que a Krugman le gustarían: sencillez, elegancia y rigor. La falta de tales modelos no puede explicar la muerte temporaria de la teoría del gran desarrollo, si hubiera ocurrido. <br />
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Yo diría que una explicación mucho más creíble de la aparente desaparición de la teoría del gran desarrollo es que las mismas corrientes que llevaron al predominio de la ideología del libre mercado en Gran Bretaña y Estados Unidos se reflejaban ¬al menos en Estados Unidos¬ en el predominio de esas ideas en ciertos círculos intelectuales. En suma, fue tan importante la demanda de ideas del mercado como la oferta de modelos. <br />
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<strong>Instituciones financieras </strong><br />
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El tema de quién consigue financiamiento y cómo se usa, es el problema central que ocupa a las instituciones financieras en las economías capitalistas. Cómo, cuándo, y si funcionan es ciertamente parte del tema del desarrollo. La literatura anterior enfatizaba la importancia de la acumulación de capital; la nueva literatura pone el énfasis en la forma en que se acumula el capital ¬capital versus deuda. El capital es visto como más poderoso. <br />
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Los bajos salarios redundan en grandes ganancias y en acumulación de capital propio, algo que facilita el proceso de crecimiento. Que Krugman no mencione la importancia de esas instituciones en el proceso de crecimiento tal vez sea el mejor ejemplo de lo que quiero decir cuando digo que hace falta una visión más amplia del problema. <br />
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<strong>Economía política </strong><br />
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Al interpretar el problema general de las intervenciones de los gobiernos para corregir errores del mercado, Krugman se refiere a problemas de política económica. Con toda seguridad esos problemas son importantes. Pero su análisis de los temas es a la vez incompleto y engañoso. Como dije antes, los problemas de política económica no son el único origen del fracaso del paradigma de la planificación. Además, la conducta que busca la renta es, por lo menos, una explicación incompleta del fracaso de las empresas del sector público. <br />
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Krugman no advierte la existencia ¬mucho menos la importancia¬ de la búsqueda de la renta en el moderno capitalismo gerencial. Y finalmente, adjudicar a problemas políticos el fracaso de los intentos de desarrollo no explica las diferencias en desarrollo regional que han caracterizado virtualmente a todos los países en diversas etapas de su crecimiento. Tampoco la alusión a problemas de política económica explica los muchos éxitos de empresas gubernamentales. Puede que representen a una minoría de esas empresas, pero hay suficientes éxitos como para que el éxito sea plausible y no solamente una cuestión de suerte. <br />
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<strong>Externalidades y ganancias crecientes </strong><br />
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No hay una única explicación de por qué los países crecen o por qué no logran crecer. Las ganancias crecientes, las externalidades, y el proceso de aprender haciendo pueden ser ¬y sin duda son¬ importantes , pero para hacer modelos que nos permitan ver con claridad el interior del proceso de desarrollo hace falta más cuidado del que normalmente se ha tomado, y muchos de los modelos formulados hasta la fecha no mencionan los temas esenciales. <br />
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Tomemos, por ejemplo, el argumento que dice que lo importante es "la acumulación de ganancias crecientes". Eso sugiere que las grandes economías tienen una clara ventaja sobre las economías pequeñas; no explica cómo una economía pequeña podría llegar a convertirse en una economía grande. El problema fundamental ¬tanto desde una perspectiva analítica como desde una perspectiva de trazado de políticas¬ es identificar la naturaleza de las externalidades que no son internalizadas por los mercados y las fuentes de los beneficios de la escala.

<strong>III. La declinación de la teoría del gran desarrollo </strong><br /> <br /> ¿Por qué se desvaneció la economía del desarrollo? Podemos, con cierta justificación, explicarlo sarcásticamente diciendo que el campo se debilitó con su financiamiento. Después de todo, a los economistas del desarrollo se los consultaba a menudo o se les ofrecían cargos de influencia en conexión con el desembolso de ayuda externa. Cuando la ayuda externa se hizo cada vez más impopular entre los electorados de los países ricos y cuando el valor real de esa ayuda no solamente no logró seguir el ritmo del producto mundial bruto sino que en realidad declinó, las economías de desarrollo se convirtieron en una carrera mucho menos excitante. <br /> <br /> También podríamos decir que las economías desarrollistas se desacreditaron por falta de éxito práctico. Después de todo, en comparación con las esperanzas de los años 1950 y 1960, el comportamiento de la mayoría de los países en desarrollo fue desalentador. <br /> <br /> Sería injusto culpar a los economistas occidentales por algo más de una pequeña fracción de ese fracaso pero, como vamos a ver ahora, las ideas de desarrollo económico fueron, con mucha frecuencia, usadas para justificar políticas que vistas retrospectivamente impidieron más que fomentaron el crecimiento. En los casos en que sí se produjo un crecimiento económico rápido, éste se dio formas que no habían sido previstas por los teóricos. <br /> <br /> <strong>Fracasos del formalismo </strong><br /> <br /> Desde el punto de vista de un economista moderno, la característica más notable de la teoría del gran desarrollo es su adhesión a un estilo discursivo, no-matemático. La economía, con el tiempo, se ha vuelto cada vez más matemática. Sin embargo, el estilo de la economía del desarrollo era arcaico incluso en su propio tiempo. De los cuatro trabajos más famosos, el de Rosenstein-Rodan fue prácticamente contemporáneo de la formulación del modelo de Samuelson, mientras que Lewis, Myrdal y Hirschman hicieron todos sus teorías aproximadamente en el mismo momento en que Robert Solow planteaba su teoría del crecimiento. El problema no era que los desarrollistas fueran incapaces para la formulación matemática. De hecho, Hirschman hizo una contribución importante a la teoría formal de la devaluación en los años 1940, y Fleming ayudó a crear un influyente modelo de tasas flotantes de intercambio. <br /> <br /> La pregunta entonces es ¿por qué no expresaron la teoría del gran desarrollo en modelos formales? Yo me animaría a afirmar que por una razón básica: la dificultad para reconciliar economías de escala con una estructura competitiva de mercado. La teoría económica es esencialmente una colección de modelos. Las grandes ideas que no son expresadas en forma de modelos pueden interesar por un tiempo y hasta conquistar adeptos, pero no perduran si no se las codifica de forma que se pueda reproducir y enseñar. <br /> <br /> Puede no gustarnos, pero los economistas van a descartar siempre todo aquello que no ha sido formalizado. Nos guste o no, la influencia de ideas que no han sido embalsamadas en modelos decae pronto. Ése fue el destino de la teoría del gran desarrollo. <br /> <br /> <strong>Fracasos prácticos </strong><br /> <br /> Los teóricos del desarrollo no pudieron formular sus ideas con la precisión requerida por una corriente económica en la que el modelo tenía cada vez más importancia. Aunque yo creo que ésta es la principal explicación de qué fue lo que salió mal, también es cierto que hubo fracasos prácticos y pruebas empíricas que hicieron su aporte a la caída de la economía del desarrollo. <br /> <br /> En 1982, I. M. D. Little señaló que los teóricos desarrollistas de los '50 no eran, en general, optimistas. Pero su pesimismo se originaba en dudas sobre la capacidad de los países para hacer el esfuerzo coordinado que ellos consideraban central para la industrialización. <br /> <br /> Lo que pasó en realidad fue que la mayoría de los países en desarrollo tuvieron bastante éxito en el avance de su base industrial, pero como esas industrias eran altamente ineficientes, la industrialización terminó no teniendo mucho que ver con el desarrollo. Eso puso en tela de juicio toda la idea de que el problema de coordinar inversiones frente a economías externas era una parte importante de la historia del subdesarrollo. Los éxitos del desarrollo produjeron desconcierto entre los desarrollistas. Casi todas las versiones de la teoría del desarrollo suponían tácitamente que las firmas producirían sólo para el mercado interno. <br /> <br /> Los grandes casos de éxito, sin embargo, fueron modelos de industrialización exportadora. Otro motivo de vergüenza para los desarrollistas fue advertir que la retórica de la teoría se usó a veces para cubrir políticas mal concebidas o incluso corruptas. El cálculo de las tasas de protección, cualquiera sean los defectos del método, reveló niveles que a veces eran absurdamente altos, algunos casos de valor agregado negativo a precios internacionales y tasas altamente variables de protección en todas las industrias, difíciles de justificar. <br /> <strong><br /> IV. Estudios recientes y teoría del gran desarrollo </strong><br /> <br /> Ahora se ve que por mal que se hayan implementado políticas en nombre del desarrollismo, la teoría en sí es muy valiosa. Fue una notable anticipación de ideas que darían frutos treinta años más tarde en los campos, por ejemplo, del comercio internacional y el crecimiento económico. ¿Cómo volver a captar esas ideas de desarrollo y qué beneficio tendrían en la formulación de políticas? <br /> <br /> <strong>Comercio internacional </strong><br /> <br /> Una de las grandes críticas empíricas que se le hacen a los modelos de la teoría del gran desarrollo es el énfasis que ponen en los mercados nacionales en lugar de los internacionales y que descuidan el comercio internacional. Por eso es curioso que la rehabilitación inicial de las economías de escala, de las economías externas y de la complementariedad estratégica que son importantes fuera del campo de la organización industrial vinieran de la teoría del comercio internacional. Voy a resumir aquí las principales líneas de pensamiento de la "nueva teoría del comercio". <br /> <br /> Los modelos iniciales invocan economías de escala en el ámbito de firmas individuales para explicar la especialización nacional en determinados productos y, por ende, los grandes volúmenes que se observan en el comercio intra-industria. En esos modelos iniciales las economías de escala a nivel firma no se agregaban para rendir algún tipo de complementariedad estratégica, y por eso había pocos paralelos con lo que yo llamo la teoría del gran desarrollo. <br /> <br /> Pero en trabajos posteriores, muchos de los temas de la teoría del gran desarrollo volvieron a aparecer. Los teóricos del comercio decían que las ganancias crecientes en la producción de bienes intermedios generan economías externas a nivel de los productos finales. Si los productos intermedios son no-comerciables estas economías externas de facto son específicas a un país, y uno genera fácilmente ejemplos de equilibrios múltiples. <br /> <br /> Tampoco es necesario suponer la no-comerciabilidad. Modelos en los cuales hay costos de transporte no prohibitivos, también pueden producir economías externas. Se ha dicho muchas veces que las teorías del Gran Empujón sólo podrían ser válidas en una economía autárquica. Lo que sugieren los modelos es que mientras algunas cosas (tal vez sólo los factores de producción) sean costosas de comerciar, se mantiene la posibilidad de generar economías externas específicas a un país. Pero mi pregunta es, ¿esas economías externas tienen importancia real práctica para el comercio internacional? El testeo empírico sistemático es difícil. Al menos entre los observadores comerciales, se aceptan ampliamente historias de economías externas de especialización internacional. <br /> <br /> En el campo académico del comercio internacional, los trabajos recientes han ido virando cada vez más hacia el análisis de crecimiento de largo plazo. Este movimiento es parte de otro más amplio conocido como la "nueva teoría del crecimiento". <strong><br /></strong>

Las diferencias que los separaban no se refer&iacute;an tanto a los temas de fondo cuanto a las herramientas que eleg&iacute;an para resolverlos.<br />
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Desde alrededor de 1870 hasta mediados de los a&ntilde;os 1950 los economistas se ocuparon principalmente de desarrollos microecon&oacute;micos mientras se acomodaban al nacimiento de la macroeconom&iacute;a provocado por la <strong>Gran Depresi&oacute;n</strong>. Fue, entonces, en la d&eacute;cada de 1950 que volvi&oacute; a escena el tema del crecimiento econ&oacute;mico. Lo curioso es que mientras la teor&iacute;a del crecimiento hac&iacute;a grandes progresos, con los aportes de <strong>Solow </strong>en 1956 y 1957, el campo de la econom&iacute;a del desarrollo parec&iacute;a evolucionar por un camino independiente. &iquest;Por qu&eacute; se produjo esa dicotom&iacute;a?<br />
<br />
<strong>UNA REIVINDICACI&Oacute;N DE LA TEOR&Iacute;A DESARROLLISTA<br />
Contra-contrarrevoluci&oacute;n en la &quot;teor&iacute;a del desarrollo&quot; </strong><br />
Por Paul Krugman<br />
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Durante los a&ntilde;os 1940 y 1950 apareci&oacute; un cuerpo de ideas en econom&iacute;a de desarrollo que destacaba la importancia de las ganancias crecientes y las econom&iacute;as pecuniarias externas surgidas como consecuencia de los efectos del tama&ntilde;o del mercado. &iquest;Qu&eacute; pas&oacute; despu&eacute;s? Lamentablemente, los economistas que propon&iacute;an esas ideas, primero no pudieron y, luego, no quisieron codificarlas en modelos claros y con consistencia interna. <br />
<br />
En esos momentos, el pensamiento econ&oacute;mico imperante exig&iacute;a un nivel de rigor acad&eacute;mico cada vez m&aacute;s alto. El resultado fue que los adherentes a la econom&iacute;a del desarrollo se fueron apartando de la corriente dominante en la econom&iacute;a del momento. Las ideas de la &quot;teor&iacute;a del gran desarrollo&quot; comenzaron a aparecer no tanto equivocadas sino incomprensibles. <br />
Este trabajo plantea que a la luz de nuevos desarrollos en organizaci&oacute;n industrial, econom&iacute;a internacional y teor&iacute;a del crecimiento, la vieja econom&iacute;a del desarrollo aparece ahora mucho m&aacute;s sensata de lo que parec&iacute;a durante la &quot;contrarrevoluci&oacute;n&quot; ante los modelos intervencionistas de desarrollo. Si bien es cierto que la econom&iacute;a del desarrollo ha sido utilizada para justificar algunas pol&iacute;ticas econ&oacute;micas altamente destructivas, existe un conjunto de ideas centrales v&aacute;lidas y &uacute;tiles que pueden ser resucitadas. Es por eso que este trabajo aboga por una &quot;contra-contrarrevoluci&oacute;n&quot; que restaure algunos de los m&aacute;s distintivos postulados que caracterizaron a la econom&iacute;a del desarrollo de los a&ntilde;os '60. <br />
<br />
Hab&iacute;a una vez un campo llamado econom&iacute;a del desarrollo. Era una rama de la econom&iacute;a interesada en explicar por qu&eacute; algunos pa&iacute;ses eran tanto m&aacute;s pobres que otros y en prescribir formas para que los pa&iacute;ses pobres se convirtieran en ricos. <br />
Durante la d&eacute;cada de 1950 los d&iacute;as de mayor gloria de la econom&iacute;a del desarrollo esas ideas fueron consideradas revolucionarias, importantes y adquirieron no s&oacute;lo gran prestigio intelectual tambi&eacute;n importante influencia en el mundo real. Adem&aacute;s, la econom&iacute;a del desarrollo atrajo a mentes creativas y el movimiento estuvo marcado por mucho entusiasmo intelectual. <br />
<br />
Ese campo ya no existe m&aacute;s. Hay, por supuesto, muchas personas excelentes que trabajan en la econom&iacute;a de los pa&iacute;ses en desarrollo. Algunos de los problemas que los ocupan son esencialmente gen&eacute;ricos para todos los pa&iacute;ses, pero hay tambi&eacute;n aspectos que son &uacute;nicamente caracter&iacute;sticos de los pa&iacute;ses pobres y, en este sentido, hay un campo que se dedica a la econom&iacute;a del subdesarrollo. Pero es un campo difuso: los que trabajan en la econom&iacute;a de la agricultura en los pa&iacute;ses en desarrollo tienen poco o nada en com&uacute;n con los que trabajan en el comercio de manufacturas de un pa&iacute;s en desarrollo, quienes, a su vez, apenas hablan con los que se ocupan de la macroeconom&iacute;a de la deuda y la hiperinflaci&oacute;n. Y son muy pocos los economistas que ahora presumir&iacute;an de ofrecer grandes hip&oacute;tesis de por qu&eacute; los pa&iacute;ses pobres son pobres o qu&eacute; pueden hacer al respecto. En efecto, lo que ha ocurrido es que la contrarrevoluci&oacute;n barri&oacute; por completo con la econom&iacute;a del desarrollo. <br />
<br />
Este trabajo postula que la contrarrevoluci&oacute;n fue demasiado lejos. Yo voy a plantear aqu&iacute; que durante la d&eacute;cada de 1950 apareci&oacute; un cuerpo de ideas sobre econom&iacute;as externas, complementariedad estrat&eacute;gica y desarrollo econ&oacute;mico, que sigue siendo intelectualmente v&aacute;lido y puede seguir teniendo aplicaciones v&aacute;lidas. Este conjunto de ideas, al que me voy a referir como &quot;teor&iacute;a del gran desarrollo&quot;, se anticip&oacute; de varias maneras a las m&aacute;s modernas teor&iacute;as sobre comercio y crecimiento. Pero la teor&iacute;a del gran desarrollo fue pr&aacute;cticamente enterrada b&aacute;sicamente porque los fundadores de la econom&iacute;a del desarrollo no consiguieron expresar sus razonamientos con suficiente claridad anal&iacute;tica para comunicar su esencia a otros economistas, y tal vez a ellos mismos. Algunos cambios recientes en la econom&iacute;a permiten ahora reconsiderar lo que dec&iacute;an los te&oacute;ricos del desarrollo y recuperar las valiosas ideas que se han perdido. <br />
<br />
Para decirlo de otro modo, este trabajo aboga por una contra-contrarrevoluci&oacute;n en la teor&iacute;a del desarrollo. <br />
Puede parecer un contrasentido presentar un trabajo que, en cierta medida, es una historia del pensamiento, en una conferencia sobre el estado actual de la investigaci&oacute;n. Pero me parece que &quot;el desarrollo&quot; es uno de esos campos (otros son el crecimiento, el comercio, la econom&iacute;a regional…) que al aplicarle conceptos recientes se puede llegar a redescubrir la validez de planteos descartados. Y al conectar viejas ideas con nuevas ideas, tal vez podamos evitar la repetici&oacute;n de viejas equivocaciones para cometer, tal vez, otras nuevas.<br />
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<strong>I. Un ejemplo motivador: volvamos al &quot;Gran Empuj&oacute;n&quot; </strong><br />
<br />
El trabajo que publica Paul N. Rosenstein-Rodan en 1943 sobre &quot;el gran empuj&oacute;n&quot; (The Big Push), que titul&oacute; Problems of Industrialization of Eastern and South Eastern Europe, inspir&oacute; muchas interpretaciones. Algunos economistas lo interpretaron como esencialmente keynesiano, sobre la interacci&oacute;n entre el multiplicador y el acelerador. Otros lo interpretaron como una teor&iacute;a que afirmaba que el crecimiento para que se produzca y para que tenga &eacute;xito debe ser en cierta medida &quot;equilibrado&quot;. <br />
<br />
<strong><em>1958</em></strong>: Albert O. Hirschman publica The Strategy of Economic Development, en el cual polemiza con Rosen-stein-Rodan y refuta la teor&iacute;a del crecimiento equilibrado.<br />
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<strong><em>1989</em></strong>: Kevin M. Murphy, Andrei Shleifer y Robert Vishny publican Industrialization and the Big Push. En ese trabajo ofrecen una formalizaci&oacute;n del gran empuj&oacute;n que se acerca bastante al esp&iacute;ritu original y que es bastante revelador de los aspectos esenciales de la teor&iacute;a del gran desarrollo.

<strong><em>Condiciones necesarias</em></strong>. Dos condiciones son necesarias para generar economías externas en este modelo. <br /> <br /> <strong>1.</strong> Debe haber economías de escala en la producción. Si no hubiera costos fijos en el sector moderno, la rentabilidad de las firmas modernas no dependería de cuántas otras firmas estuvieran usando técnicas modernas. <br /> <strong>2.</strong> El sector moderno debe tener la capacidad de quitarle trabajadores al sector tradicional que paga salarios más bajos. <br /> <br /> A mí me gustaría estirar un poquito esta idea para decir que el concepto central es la disponibilidad de una oferta elástica de trabajadores para el sector moderno trabajadores que de otro modo no serían empleados en ocupaciones igualmente productivas. Entonces es la interacción entre economías internas de escala y la elasticidad de la oferta lo que da origen a economías externas de facto. <br /> <br /> <strong><em>Modelaje</em></strong>. Hay un último punto fundamental. Al escribir un modelo coherente del Gran Empujón, es necesario tomar en cuenta el problema de la estructura del mercado. Siempre que haya economías de escala no agotadas en el sector moderno y esto es crucial para todo el planteo uno debe enfrentarse a la necesidad de modelar el sector moderno como imperfectamente competitivo. <br /> <br /> Porque si la teoría del gran desarrollo tiene sustento, éste está íntimamente ligado a la competencia imperfecta. Si no vemos esto, no podemos seguir adelante. Lamentablemente, no existen modelos manejables ni siquiera verosímiles de competencia imperfecta. Los modelos manejables contienen siempre algún conjunto de supuestos arbitrarios sobre gustos, tecnología, conducta, o los tres juntos. Esto significa que para hacer teoría de desarrollo debemos tener el coraje de ser absurdos y escribir modelos que sean increíbles en los detalles para llegar a conclusiones convincentes. <br /> <br /> <strong>II. Los elementos de la teoría del "gran desarrollo" </strong><br /> <br /> Les voy a hacer un resumen interpretativo de los principales elementos de la teoría del gran desarrollo. No es una investigación de la literatura existente. Lo que voy a hacer es una declaración de lo que la economía del gran desarrollo habría sido, o podría haber sido, y no un retrato de lo que fue. <br /> <br /> <strong><em>Economías de escala y economías externas </em></strong><br /> A primera vista parecería haber en la literatura desarrollista una línea divisoria alrededor de 1960. Antes de 1960 los autores sobre desarrollo suponían, por lo general, que las economías de escala eran un factor limitante que actuaba sobre la capacidad para instalar industrias rentables en los países en desarrollo y que en presencia de ese tipo de economías de escala, las economías pecuniarias externas adquirían una significación de bienestar real.<br /> <br /> Sin embargo, parecería que no se dieron cuenta de hasta qué punto las economías de escala generan problemas para el modelaje explícito de la competencia, y que esa necesidad de formalismos iba llevando a la economía hacia modelos explícitos. En cambio, después de 1960, los economistas interesados en el desarrollo se habían capacitado en el formalismo del equilibrio general de las ganancias constantes; en realidad lo que ocurría no era que rechazaran la posibilidad de que las economías de escala pudieran ser un factor importante, sino que lo no advertían. <br /> <br /> El modelo del <em>Gran Empujón</em> que acabamos de presentar es uno en el cual las economías de escala a nivel planta y una oferta elástica de los factores de producción interactúan para dar economías pecuniarias externas que se traducen en bienestar. Visto esto retrospectivamente, todos los trabajos presentados en aquel momento sobre la teoría del desarrollo parecían ignorar hasta qué punto sus conclusiones dependían del supuesto no neoclásico que existen importantes economías de escala no explotadas. <br /> <br /> <strong>La oferta </strong><br /> <br /> Probablemente el trabajo más famoso en la literatura de la economía del desarrollo sea el de Arthur Lewis (1954), Desarrollo económico con oferta ilimitada de trabajo. Hoy resulta difícil darse cuenta de por qué fue tan famoso. Una interpretación del argumento de Lewis es que el precio secreto del trabajo sustraído al sector agrícola en los países en desarrollo es cero o al menos bajo de modo que las ganancias sociales, de invertir en la industria, exceden la ganancia privada. Era bastante evidente incluso entonces, sin embargo que ésta era una base muy frágil para justificar la protección y la promoción de la industria. <br /> <br /> ¿Por qué entonces fue tan influyente? Probablemente porque el tema del trabajo excedente era fácil de formalizarse y se acomodaba al rigor y al formalismo que exigía la tendencia imperante mientras continuaban trabajando en desarrollo. <br /> <br /> <strong>Conexiones hacia atrás y hacia adelante <em>(backward and forward linkages) </em></strong><br /> <br /> Esta idea de las conexiones es una de las fuentes de mayor confusión cuando se piensa tanto en la teoría como en la práctica del desarrollo. <br /> <br /> Las expresiones fueron introducidas por Albert O. Hirschman en 1958, quien las presentó como novedad. Comentaristas posteriores las tomaron literalmente. Little (1982) insiste en que como otros autores ya habían explorado el papel posible de las economías pecuniarias externas, el concepto de conexión de Hirschman debía estar asociado a un elemento no pecuniario. Sin embargo, en la definición de Hirschman de conexión hacia atrás, el papel de las externalidades pecuniarias ligadas a economías de escala es bastante explícito: una industria crea una conexión hacia atrás cuando su demanda permite que una industria se establezca con una mínima economía de escala. La fortaleza de la conexión hacia atrás de una industria se debe medir por la probabilidad de que empuje a otras industrias a pasar el umbral. <br /> <br /> Las conexiones hacia adelante también son definidas por Hirschman como una interacción entre la escala y el tamaño del mercado; en este caso la definición es más vaga, pero parece implicar la capacidad de una industria de reducir los costos de los potenciales usuarios de sus productos y así, nuevamente, empujarlos hasta que pasen el nivel de la rentabilidad. <br /> Como en el caso de Lewis, no se entiende muy bien por qué el trabajo de Hirschman causó tanto impacto. Lo que sí parece haber dejado como análisis claro son dos pistas para la planificación del desarrollo. La primera, que los esfuerzos de desarrollo podrían concentrarse en una pocas industrias estratégicas en lugar de buscar un Gran Empujón en toda la economía. La segunda, que las industrias críticas apropiadas podrían identificarse analizando los cuadros <em>input-output</em>, una sugerencia interesante para un planificador orientado hacia la cuantificación. <br /> <br /> Mi planteo es que un concepto central de la teoría del gran desarrollo, de alrededor de 1958, era la idea que las economías de escala a nivel de la planta individual se traducían en aumento de ganancias en el nivel agregado a través de economías pecuniarias externas. Sin embargo, en aquel momento no se veía con claridad que las economías de escala fueran un elemento clave de la teoría. <br /> <br /> En suma, los numerosos trabajos publicados en la década de 1950 sobre economía del desarrollo contenían, más o menos explícitamente, una teoría en la cual la complementariedad estratégica jugaba un papel en el desarrollo, en el cual las economías externas surgían de una relación circular mediante la cual la decisión de invertir en la producción a gran escala dependía del tamaño del mercado, y en la cual el tamaño del mercado dependía de la decisión de invertir. Cualquiera fuera la relevancia práctica de esta teoría, parecía tener una lógica perfecta. <br /> <br /> Y sin embargo, esta teoría del desarrollo fue luego abandonada a punto tal que los trabajos clásicos en el tema comenzaron a parecer como dijo el físico Wolfgang Pauli "ni siquiera equivocados", simplemente incomprensibles. Ahora pasamos a las razones que explican ese abandono. <strong><br /></strong>

<strong>El modelo del "gran empujón" de Murphy, Shleifer y Vishny </strong><br /> <br />El modelo que ellos crean analiza una economía cerrada al comercio internacional. La economía se puede describir haciendo suposiciones sobre oferta, tecnología, demanda y la estructura del mercado. Ese modelo sirve para explicar los elementos de la teoría del "gran desarrollo" y por qué esa teoría no se aseguró un lugar en el pensamiento económico dominante. <br /><br /> <em><strong>Oferta</strong></em>: la economía cuenta solamente con un único factor de producción el trabajo con oferta total fija. El trabajo puede emplearse en alguno de estos dos sectores: <br /> <br />a. un sector "tradicional", caracterizado por ganancias constantes, o<br />b. un sector "moderno", caracterizado por ganancias crecientes. <br /> <br />Aunque ambos sectores usan el mismo factor de producción, no pagan los mismos salarios. Al trabajo hay que pagarle un adicional por trasladarse del empleo tradicional al empleo moderno. <br /> <br /><strong><em>Tecnología</em></strong>: partimos del supuesto que la economía produce una gran cantidad de bienes. Elegimos unidades para que la productividad del trabajo en el sector tradicional sea "unidad" en cada uno de los bienes. En el sector moderno los requisitos por unidad de trabajo disminuyen con la escala de producción. Los costos caen a medida que se aumenta la producción, o sea que, a mayor cantidad de bienes, menor cantidad de trabajo marginal.<br /> <br /><strong><em>Demanda</em></strong>: la demanda para los bienes es simétrica. Cada bien recibe una cuota constante del gasto. El modelo es estático, y no tiene ni acumulación ni des-acumulación: el gasto, entonces, es equivalente al ingreso. <br /> <br /><em><strong>Estructura del mercad</strong></em>o: Se supone que el sector tradicional se caracteriza por competencia perfecta. Entonces, por cada bien hay, en el sector tradicional, una demanda perfectamente elástica que se adapta al costo marginal de producción; como hemos elegido unidades, este precio de la oferta es unidad en términos del trabajo del sector tradicional. <br /> <br />Por el contrario, se supone que un <em>entrepreneur </em>tiene una habilidad única para producir cada bien en el sector moderno. ¿Cómo hace ese <em>entrepreneur </em>para fijar el precio de lo que produce? En este modelo suponemos que la demanda es elástica con respecto a las unidades producidas. Si esta persona fuera una monopolista irredenta, subiría sus precios sin límite alguno. Pero la competencia potencial del sector tradicional pone un límite a ese precio: no puede superar el precio de uno (en términos de trabajo tradicional) o de lo contrario se arriesga a tener que competir con los precios más convenientes del sector tradicional. De modo que cada productor en el sector moderno va a fijar el mismo precio unidad que habría fijado en el sector tradicional. <br /> <br />Pero la producción debe ser rentable. La economía podría producir más usando métodos modernos porque disminuye el costo marginal de la producción, pero la producción debe ser siempre rentable para cada <em>entrepreneur </em>en el sector moderno, teniendo en cuenta la necesidad que tiene de pagar un adicional en los salarios laborales. <br /> <br />Para entender esto supongamos que una empresa determinada comienza una producción moderna mientras todos los otros bienes son producidos de manera tradicional. La firma deberá cobrar el mismo precio que fijan los productores tradicionales y por lo tanto venderá la misma cantidad. Como hay tanta cantidad de bienes podemos ignorar cualquier efecto en los ingresos y suponer que cada bien se sigue vendiendo al valor del sector tradicional. La empresa emplearía menos trabajadores de los que necesitaría en el sector tradicional, pero les tiene que pagar más. Entonces, la producción moderna es rentable sólo si puede vender más a menor precio. <br /> <br />En el caso descripto no es rentable para una empresa comenzar la producción moderna. Pero si todas las empresas comienzan simultáneamente a producir según métodos modernos, el panorama es diferente. Si el adicional que deben pagar al trabajo es inferior a uno, la economía se "industrializa". Si es mayor que uno, no se industrializa nunca y si toma un valor intermedio hay equilibrios en niveles altos y bajos. <br /> <br />La conclusión que podemos extraer de este modelo es que la existencia de equilibrios múltiples es probable. El modelo puede servir como un útil punto de partida para pensar en modelos de desarrollo. <br /> <br /><strong>Algunas implicancias analíticas </strong><br /> <br />El modelo del <em><strong>Gran Empujón</strong></em> puede verse como una demostración minimalista del papel potencial de las economías pecuniarias externas para el desarrollo, de las condiciones necesarias para esas economías externas, y de qué debe incluir un modelo de economías externas. <br /> <br /><em><strong>Economías externas</strong></em>. Está claro que cuando hay dos equilibrios en este modelo, el movimiento de uno hacia el otro implica que hay economías externas que importan. Esto es verdad aun si consideráramos que el aumento de salario que obtiene el trabajador cuando pasa del sector tradicional al sector moderno no tuviera ningún significado en términos de bienestar. Incluso en ese caso el equilibrio industrializado deja totalmente indiferentes a los trabajadores mientras genere ganancias que de otro modo no existirían. Si en cambio hiciéramos un planteo de eficiencia laboral, o de excedente laboral, que colocara al menos un valor parcial al aumento de salarios, entonces el argumento se vuelve mucho más sólido. Pero en el modelo no hay economías externas tecnológicas. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que importen las economías pecuniarias externas?

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