Ejecutivos van a clase para conocer sus responsabilidades

Créase o no, resulta que la mayoría de los responsables de grandes corporaciones desconocen el ABC de matemáticas y contabilidad. Tampoco parece que sepan mucho de responsabilidades. ¿Clases de qué dictaban los gurúes hasta hace muy poco?

4 septiembre, 2002

En el examen de contabilidad sacaron un promedio de 32% ( o sea, el equivalente a menos de 3,50). Casi nadie supo elegir la respuesta correcta — en un ejercicio de “múltiple choice”— a la pregunta “qué son ingresos retenidos”.

Pero lo más notable es que no se trataba de alumnos corrientes cursando un Master en Administración de Empresas (MBA). Los alumnos eran unos 80 funcionarios y directores de empresas como Pfizer, McDonald’s, Motorola y Dow Chemical, quienes, durante tres días, volvieron a las aulas para comprender cómo hacer bien su tarea en tiempos en que hay muchos ojos observándolos.

En las clases recibidas durante esos tres días, escucharon una y mil veces que el panorama legal ha cambiado, que los riesgos crecieron y que de ellos se espera un nivel muy alto y muy transparente de gestión.

El programa, llamado “Consorcio de Directores” – fue organizado en forma conjunta por la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania, la Stanford Law School y la Graduate School of Business de la Universidad de Chicago. Se ocupa de temas como éstos: si hay que destruir las notas tomadas durante las reuniones de directorio o quién puede ser considerado experto en temas financieros en una comisión de auditoría del directorio según la nueva legislación aprobada por el Congreso. Los alumnos llegaron a la conclusión de que casi ninguno reunía las condiciones necesarias.

Una clase sobre obligaciones fiduciarias y responsabilidades legales de los directores se dedicó enteramente a un tema tan básico como si la principal responsabilidad de los miembros del directorio es hacia los accionistas, hacia todos los involucrados en la suerte de la empresa (stakeholders) o hacia el director ejecutivo. “¿Ante quién estamos obligados”, preguntó Richard A. Epstein, profesor de derecho la Universidad de Chicago. La clase, que mostró opiniones divergentes sobre el tema, escuchó la recomendación del profesor, que les pedía que pensaran en esta dirección: “¿Quién puede demandar a quién y por qué?”.

Los estudiantes, muchos de los cuales son actualmente miembros de directorio y a la vez ejecutivos de la misma compañía — escucharon el consejo de crear siempre políticas claras de gobierno corporativo y tomar decisiones colectivas para evitar serias responsabilidades.

En la clase de finanzas y gerenciamiento, el profesor Steven N. Kaplan usó un balance de Enron como material de trabajo y ejemplo de lo que un directorio no debe hacer.

En el examen de contabilidad sacaron un promedio de 32% ( o sea, el equivalente a menos de 3,50). Casi nadie supo elegir la respuesta correcta — en un ejercicio de “múltiple choice”— a la pregunta “qué son ingresos retenidos”.

Pero lo más notable es que no se trataba de alumnos corrientes cursando un Master en Administración de Empresas (MBA). Los alumnos eran unos 80 funcionarios y directores de empresas como Pfizer, McDonald’s, Motorola y Dow Chemical, quienes, durante tres días, volvieron a las aulas para comprender cómo hacer bien su tarea en tiempos en que hay muchos ojos observándolos.

En las clases recibidas durante esos tres días, escucharon una y mil veces que el panorama legal ha cambiado, que los riesgos crecieron y que de ellos se espera un nivel muy alto y muy transparente de gestión.

El programa, llamado “Consorcio de Directores” – fue organizado en forma conjunta por la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania, la Stanford Law School y la Graduate School of Business de la Universidad de Chicago. Se ocupa de temas como éstos: si hay que destruir las notas tomadas durante las reuniones de directorio o quién puede ser considerado experto en temas financieros en una comisión de auditoría del directorio según la nueva legislación aprobada por el Congreso. Los alumnos llegaron a la conclusión de que casi ninguno reunía las condiciones necesarias.

Una clase sobre obligaciones fiduciarias y responsabilidades legales de los directores se dedicó enteramente a un tema tan básico como si la principal responsabilidad de los miembros del directorio es hacia los accionistas, hacia todos los involucrados en la suerte de la empresa (stakeholders) o hacia el director ejecutivo. “¿Ante quién estamos obligados”, preguntó Richard A. Epstein, profesor de derecho la Universidad de Chicago. La clase, que mostró opiniones divergentes sobre el tema, escuchó la recomendación del profesor, que les pedía que pensaran en esta dirección: “¿Quién puede demandar a quién y por qué?”.

Los estudiantes, muchos de los cuales son actualmente miembros de directorio y a la vez ejecutivos de la misma compañía — escucharon el consejo de crear siempre políticas claras de gobierno corporativo y tomar decisiones colectivas para evitar serias responsabilidades.

En la clase de finanzas y gerenciamiento, el profesor Steven N. Kaplan usó un balance de Enron como material de trabajo y ejemplo de lo que un directorio no debe hacer.

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