Un nuevo paradigma para líderes de empresa
En The Politics of Fortune: A New Agenda for Business Leaders, Jeffrey E. Garten dice que 2001, con los ataques terroristas y el comienzo de los escándalos contables, marca un punto de inflexión para la comunidad empresaria de Estados Unidos.
2001 fue un año destinado a separar dos mundos antagónicos para
los líderes empresariales: antes había muchos ídolos, que
no sólo encumbraban a sus empresas sino que daban cátedra en las
universidades sobre la mejor manera de actuar; después, la sociedad comprobó
que muchos de aquellos modelos resultaron ser peligrosamente ambiciosos y hasta
tránsfugas o delincuentes. Por eso, dice Garten, es preciso dar un fundamental
cambio de dirección.
En los ´80 y ´90 la desregulación era la fuerza motora en casi todos los
países del mundo. Era el impulso que acercaba países y bajaba barreras
al comercio y a la inversión. En el centro de la política exterior
de Estados Unidos estaba profundizar la globalización y borrar las fronteras
nacionales. Más aun, la mayoría de los funcionarios de gobierno
y de los CEO suponían que vivían una era de paz y prosperidad y
que el capitalismo a la americana era el modelo más aceptable.
Hoy, el mundo es otro. Las empresas se ocupan menos de la innovación tecnológica
y más de la transparencia de sus declaraciones financieras. Estados Unidos
necesita un nuevo paradigma de liderazgo. Empresa, gobierno, organizaciones no
gubernamentales (ONG) deben acercarse y trabajar en conjunto. Deben unificar la
visión de una sociedad en la cual habrá que tomar muchas medidas
de seguridad cuidando de no pisotear las libertades individuales que tanto ha
defendido siempre Estados Unidos.
Los líderes deben comprender que no se pueden separar los problemas globales
de lo que ocurre dentro de Estados Unidos. El nuevo paradigma debe olvidarse de
la opinión de Wall Street y generar siempre más utilidades. Tendrá
que tener en cuenta a todos los stakeholders de una compañía: empleados,
clientes, proveedores, comunidades. Esos nuevos líderes deberán
considerar todo lo que preocupa a una sociedad, desde aire limpio hasta más
honestidad en los manejos empresarios.
Deberán recordar, en primerísimo lugar, que el interés público
no es la suma de los intereses privados; que una economía de mercado no
es una sociedad de mercado y que los precios y la competencia no pueden gobernarlo
todo. Deberán ver la política pública desde una perspectiva
más estratégica; trabajar junto al gobierno para explicarle las
consecuencias a largo plazo de diversas políticas para la economía;
explicar los pro y los contra de las distintas alternativas; identificar quiénes,
o qué cosas, sufrirán las consecuencias de esas políticas.
Esos líderes tendrán que poder ver el sistema económico en
su conjunto, analizar las formas de fortalecerlo y recomendar políticas
nacionales e internacionales que promuevan la democracia en todas las latitudes.
The Politics of Fortune: A New Agenda for Business Leaders
Jeffrey E. Garten
Harvard Business School Publishing
Noviembre 2002
ISBN: 1578518784
2001 fue un año destinado a separar dos mundos antagónicos para
los líderes empresariales: antes había muchos ídolos, que
no sólo encumbraban a sus empresas sino que daban cátedra en las
universidades sobre la mejor manera de actuar; después, la sociedad comprobó
que muchos de aquellos modelos resultaron ser peligrosamente ambiciosos y hasta
tránsfugas o delincuentes. Por eso, dice Garten, es preciso dar un fundamental
cambio de dirección.
En los ´80 y ´90 la desregulación era la fuerza motora en casi todos los
países del mundo. Era el impulso que acercaba países y bajaba barreras
al comercio y a la inversión. En el centro de la política exterior
de Estados Unidos estaba profundizar la globalización y borrar las fronteras
nacionales. Más aun, la mayoría de los funcionarios de gobierno
y de los CEO suponían que vivían una era de paz y prosperidad y
que el capitalismo a la americana era el modelo más aceptable.
Hoy, el mundo es otro. Las empresas se ocupan menos de la innovación tecnológica
y más de la transparencia de sus declaraciones financieras. Estados Unidos
necesita un nuevo paradigma de liderazgo. Empresa, gobierno, organizaciones no
gubernamentales (ONG) deben acercarse y trabajar en conjunto. Deben unificar la
visión de una sociedad en la cual habrá que tomar muchas medidas
de seguridad cuidando de no pisotear las libertades individuales que tanto ha
defendido siempre Estados Unidos.
Los líderes deben comprender que no se pueden separar los problemas globales
de lo que ocurre dentro de Estados Unidos. El nuevo paradigma debe olvidarse de
la opinión de Wall Street y generar siempre más utilidades. Tendrá
que tener en cuenta a todos los stakeholders de una compañía: empleados,
clientes, proveedores, comunidades. Esos nuevos líderes deberán
considerar todo lo que preocupa a una sociedad, desde aire limpio hasta más
honestidad en los manejos empresarios.
Deberán recordar, en primerísimo lugar, que el interés público
no es la suma de los intereses privados; que una economía de mercado no
es una sociedad de mercado y que los precios y la competencia no pueden gobernarlo
todo. Deberán ver la política pública desde una perspectiva
más estratégica; trabajar junto al gobierno para explicarle las
consecuencias a largo plazo de diversas políticas para la economía;
explicar los pro y los contra de las distintas alternativas; identificar quiénes,
o qué cosas, sufrirán las consecuencias de esas políticas.
Esos líderes tendrán que poder ver el sistema económico en
su conjunto, analizar las formas de fortalecerlo y recomendar políticas
nacionales e internacionales que promuevan la democracia en todas las latitudes.
The Politics of Fortune: A New Agenda for Business Leaders
Jeffrey E. Garten
Harvard Business School Publishing
Noviembre 2002
ISBN: 1578518784
