Boeing despidió a dos altos gerentes

Sacudida por problemas éticos y deterioro de imagen, Boeing echó al director financiero –Michael Sears- y una gerenta de alto nivel. Les reprocha “conductas indebidas y potenciales ilícitas”. Peligra también el presidente ejecutivo.

26 noviembre, 2003

La caída de Sears pone en entredicho a toda la cúpula de la empresa, porque era el futuro reemplazante de Phil Condit, todavía CEO. El ex director financiero tuvo reuniones privadas con Darlene Druyun –alta funcionaria del Pentágono, hoy también en la calle-, donde le ofreció un importante cargo a cambio de impulsar contratos en proceso de negociación con Defensa.

Tras perder el puesto público, Druyun fue nombrada –por Sears- como gerente de un programa para proyectiles balísticos. La flamante manager también fue despedida al trascender esta historia.

Según comunicado de Boeing, “se descubrieron claras evidencias de que ambos ex ejecutivos habían intentado ocultar información a los abogados externos contratados para investigarlos”. El despido fue “votado unánimemente por la junta directiva, sin indemnización”. Pero éste es sólo el último episodio en una serie poco grata a la imagen de la compañía.

Esta clase de deslices le costó ya casi US$ 1.000 millones en negocios perdidos con la Fuerza Aérea, a comienzos de año. El revés acaeció tras saberse que Boeing poseía ilegalmente miles de documentos reservados de su competidora, Lockheed Martin. Eso motivó un sumario del departamento de Justicia y otro en el Pentágono.

Los nuevos despidos y el escandalete concomitante pueden trabar o demorar el alquiler de veinte aviones cisterna y la compra de ochenta. Vale decir, un contrato por US$ 17.000 millones, que ha levantado resistencias parlamentarias por el exagerado costo del material.

La caída de Sears pone en entredicho a toda la cúpula de la empresa, porque era el futuro reemplazante de Phil Condit, todavía CEO. El ex director financiero tuvo reuniones privadas con Darlene Druyun –alta funcionaria del Pentágono, hoy también en la calle-, donde le ofreció un importante cargo a cambio de impulsar contratos en proceso de negociación con Defensa.

Tras perder el puesto público, Druyun fue nombrada –por Sears- como gerente de un programa para proyectiles balísticos. La flamante manager también fue despedida al trascender esta historia.

Según comunicado de Boeing, “se descubrieron claras evidencias de que ambos ex ejecutivos habían intentado ocultar información a los abogados externos contratados para investigarlos”. El despido fue “votado unánimemente por la junta directiva, sin indemnización”. Pero éste es sólo el último episodio en una serie poco grata a la imagen de la compañía.

Esta clase de deslices le costó ya casi US$ 1.000 millones en negocios perdidos con la Fuerza Aérea, a comienzos de año. El revés acaeció tras saberse que Boeing poseía ilegalmente miles de documentos reservados de su competidora, Lockheed Martin. Eso motivó un sumario del departamento de Justicia y otro en el Pentágono.

Los nuevos despidos y el escandalete concomitante pueden trabar o demorar el alquiler de veinte aviones cisterna y la compra de ochenta. Vale decir, un contrato por US$ 17.000 millones, que ha levantado resistencias parlamentarias por el exagerado costo del material.

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