La relación entre vida interior y motivación

Los teóricos del management siguen intentando dar con métodos que aumenten y mejores el rendimiento de los empleados. Un estudio publicado en Rotman Magazine dice que la vida interior del individuo está relacionada con la motivación.

28 febrero, 2008

Según el estudio, dirigido por Teresa Armabile de la Harvard Business School,
y por el consultor Steven Kramer, Según el estudio, vida interior combina
emociones, motivación y la percepción que la persona tiene de los
acontecimientos. Esas percepciones abarcan desde impresiones inmediatas hasta
teorías sobre su significado. Las emociones incluyen rabia, alegría,
buen humos o mal humor entre muchos otros sentimientos. Motivación está
ligada a las dos anteriores.

Estos tres elementos (percepciones, emociones y motivaciones) entran en juego
constantemente y reaccionan para darle sentido a todo lo que nos ocurre a lo largo
del la jornada laboral. Los autores recuerdan que cada persona ingresa cada día
a su lugar de trabajo con todo lo que tiene adentro de su corazón y su
cabeza. Sin embargo, ese bagaje no se expresa abiertamente en el contexto empresarial
actual, donde no hay lugar para las emociones. Pero, aunque por lo general la
vida interior de la persona pase desapercibida, tiene una importancia crucial
durante la fornada laboral.

Un diario personal

Mediante el análisis del diario personal de 238 personas que integraron
los grupos de trabajo, los investigadores tuvieron un nivel de acceso a esas
personas más profundo de lo que lo hubiese tenido un mero observador.

La primera conclusión es que las dinámicas de la vida interior
en el trabajo pueden tener un importante efecto sobre el comportamiento de cada
persona y, en consecuencia, sobre la organización en su conjunto. Por
otro lado, los hechos cotidianos en el trabajo tienen gran influencia sobre
la intensidad y la riqueza de dicha vida interior.

Cualquier cosa que ocurra en el trabajo desencadena inmediatamente una reacción
en los procesos cognitivos, emocionales y motivacionales. Según lo que
pase con esas reacciones cognitivas o emocionales, la motivación se dirigirá
de un modo u otro.

La gente trabaja mejor cuando su jornada laboral está repleta de emociones
positivas, una motivación intrínseca (pasión por el trabajo)
y tienen percepciones favorables respecto a su trabajo, su equipo, sus directivos
y su organización.

El comportamiento en el trabajo depende de cuatro elementos: creatividad, productividad,
compromiso y camaradería. El estudio tomó cada uno de esos aspectos
y los confrontó con los tres componentes de la vida interior en el trabajo.
Las emociones positivas estaban ligadas a mayor creatividad; las negativas se
unían a menos creatividad. En los 26 equipos que tomaron parte en la
investigación, sus componentes tenían 50% más de posibilidades
de tener ideas creativas durante aquellos días en que estaban de buen
humor.

Pero sobre la creatividad también repercute la percepción. Así,
los participantes se mostraron más creativos cuando su percepción
respecto a la organización era positiva. O sea, por ejemplo, cuando veían
que sus directivos colaboraban, estaban abiertos a nuevas ideas y dispuestos
a premiar un trabajo creativo. Por el contrario, la creatividad bajaba cuando
percibían luchas políticas o rechazo a nuevas ideas.

Finalmente, analizaron el impacto de la motivación sobre la creatividad.
Del mismo modo, los participantes mostraron más creatividad aquellos
días que estaban intrínsecamente motivados (o sea, no por presiones
o por recompensas).

El estudio puso de manifiesto resultados parecidos cuando se centraron en los
otros tres aspectos que intervienen en nuestro rendimiento en el trabajo: productividad,
compromiso y camaradería.

Según el estudio, dirigido por Teresa Armabile de la Harvard Business School,
y por el consultor Steven Kramer, Según el estudio, vida interior combina
emociones, motivación y la percepción que la persona tiene de los
acontecimientos. Esas percepciones abarcan desde impresiones inmediatas hasta
teorías sobre su significado. Las emociones incluyen rabia, alegría,
buen humos o mal humor entre muchos otros sentimientos. Motivación está
ligada a las dos anteriores.

Estos tres elementos (percepciones, emociones y motivaciones) entran en juego
constantemente y reaccionan para darle sentido a todo lo que nos ocurre a lo largo
del la jornada laboral. Los autores recuerdan que cada persona ingresa cada día
a su lugar de trabajo con todo lo que tiene adentro de su corazón y su
cabeza. Sin embargo, ese bagaje no se expresa abiertamente en el contexto empresarial
actual, donde no hay lugar para las emociones. Pero, aunque por lo general la
vida interior de la persona pase desapercibida, tiene una importancia crucial
durante la fornada laboral.

Un diario personal

Mediante el análisis del diario personal de 238 personas que integraron
los grupos de trabajo, los investigadores tuvieron un nivel de acceso a esas
personas más profundo de lo que lo hubiese tenido un mero observador.

La primera conclusión es que las dinámicas de la vida interior
en el trabajo pueden tener un importante efecto sobre el comportamiento de cada
persona y, en consecuencia, sobre la organización en su conjunto. Por
otro lado, los hechos cotidianos en el trabajo tienen gran influencia sobre
la intensidad y la riqueza de dicha vida interior.

Cualquier cosa que ocurra en el trabajo desencadena inmediatamente una reacción
en los procesos cognitivos, emocionales y motivacionales. Según lo que
pase con esas reacciones cognitivas o emocionales, la motivación se dirigirá
de un modo u otro.

La gente trabaja mejor cuando su jornada laboral está repleta de emociones
positivas, una motivación intrínseca (pasión por el trabajo)
y tienen percepciones favorables respecto a su trabajo, su equipo, sus directivos
y su organización.

El comportamiento en el trabajo depende de cuatro elementos: creatividad, productividad,
compromiso y camaradería. El estudio tomó cada uno de esos aspectos
y los confrontó con los tres componentes de la vida interior en el trabajo.
Las emociones positivas estaban ligadas a mayor creatividad; las negativas se
unían a menos creatividad. En los 26 equipos que tomaron parte en la
investigación, sus componentes tenían 50% más de posibilidades
de tener ideas creativas durante aquellos días en que estaban de buen
humor.

Pero sobre la creatividad también repercute la percepción. Así,
los participantes se mostraron más creativos cuando su percepción
respecto a la organización era positiva. O sea, por ejemplo, cuando veían
que sus directivos colaboraban, estaban abiertos a nuevas ideas y dispuestos
a premiar un trabajo creativo. Por el contrario, la creatividad bajaba cuando
percibían luchas políticas o rechazo a nuevas ideas.

Finalmente, analizaron el impacto de la motivación sobre la creatividad.
Del mismo modo, los participantes mostraron más creatividad aquellos
días que estaban intrínsecamente motivados (o sea, no por presiones
o por recompensas).

El estudio puso de manifiesto resultados parecidos cuando se centraron en los
otros tres aspectos que intervienen en nuestro rendimiento en el trabajo: productividad,
compromiso y camaradería.

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