Cuando la empresa la heredan los hijos

Jubilarse no es fácil para nadie. Pero para quien es dueño de su negocio, preparar a los descendientes para hacerse cargo de la compañía puede aumentar la carga de estrés. El remedio para aliviar esa carga es planificar la transición lo más temprano posible.

29 julio, 2014

El proceso de preparación es complicado porque, además de la necesidad de entrenar a la generación siguiente en todos los aspectos del negocio, está el difícil tema de conversar sobre las limitaciones de cada uno. Exige el conocimiento técnico  contador hasta las habilidades blandas de un psicólogo.

Por lo general una persona tiene enorme confianza en sus hitos y a veces esa percepción refleja la realidad, pero a veces no. El consejo de muchos consultores para quienes proyectan dejar su negocio en manos de sus hijos es comenzar la transición lo antes posible. Tener mucho tiempo permite una sucesión más suave y hace que la gente compense sus déficits.

Lo que ocurre con mucha frecuencia es que los propietarios de pequeñas empresas no planifican, creen que van a vivir para siempre y luego llega  un infarto sin avisar y nadie está preparado.  Son pocos los que tienen o el tiempo  o el temperamento para aponer en práctica el tipo de plan elaborado con cinco o diez años de anticipación que un consultor podría crear.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades