Hispanos, un mercado que se expandió 42% en un decenio

Quien busque en Estados Unidos la encarnación moderna del tradicional estilo estadounidense de vida, lo mejor que puede hacer es dirigirse al mercado hispanófono. Ahí, el censo federal de este año revelará la existencia de 50 millones, todo un récord.

17 agosto, 2010

<p>La mayor diferencia entre los inmigrantes actuales y los del pasado es la globalización. Pasajes baratos, Internet y TV en el idioma nativo les permite llegar a la Unión y aculturarse manteniendo estrechos vínculos con sus terruños en grados impensables en otra época. Por lo demás, provienen de países limítrofes y no deben cruzar mares ni desiertos, como hoy los africanos.  O como los mexicanos ilegales.<br />
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Una prueba en ese sentido es la colectividad cubana: originada en el exilio político de los años 60, sus lazos con la isla siguen firmes. Igual sucede con Califoria, aunque sin el ingrediente político. A la inversa, recientes brotes de racismo blanco, en forma de leyes regresivas, ponen en peligro a las nutridas comunidades hispanas de Arizona y Florida.<br />
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Sea como fuere, la población hispanófona es, en promedio, diez años más joven que el promedio no hispano; inclusive los afronorteamericanos. Su edad media es poco inferior a los 28 años. Eso significa que 75% de hispanos adultos oscilan de 18 a 49 años, comparados con 56% de no hispanos. Por otro lado, los hogares “latinos” son los mayores en todos los segmentos y promedian 4,2 miembros versus 2,9 en el resto de la sociedad. Entretanto, apenas 4% de hispanos adultos viven solos, contra 15% de blancos no latinos.  <br />
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Por otra parte, el consumidor/cliente hispano se halla geográficamente muy concentrado. Los ocho estados con más latinos albergan 76% del total y casi 50% se reparte en California y Tejas, los dos mayores desgajamientos sufridos por México en el siglo XIX. Los otros seis con más de un millón de hispano son Florida, Nueva York, Nuevo Jersey –reductos portorriqueños-, Illinois, Arizona y Colorado<br />
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Hacia 2015, millones de nacidos en 1946-55 habrán empezado a jubilarse y a gastar menos en consumo y bienes de uso final. Los hispanos serán fundamentales para ir cubriendo esos huecos en el mercado, contribuir al resurgimiento de las actividades minoristas y estimular el crecimiento económico. Para entonces, probablemente, se habrán esfumado los delirios racistas en Arizona, Florida, etc.</p>

<p>Se trata de un segmento que crece impetuosamente y representa uno de cada seis residentes, lo cual significa que los hispanos, mal llamados latinos, han aumentado 42% desde el censo anterior (2001). En comparaci&oacute;n, el resto no pasa de 5%&nbsp; en la primera d&eacute;cada del siglo 21. En t&eacute;rminos de demanda, s&oacute;lo lo supera el segmento angl&oacute;fono blanco, todav&iacute;a l&iacute;der con 180 millones sobre un total de 310 millones, y lo sigue los afroestadounidense. <br />
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Pero quiz&aacute;s el aspecto m&aacute;s llamativo de los hispanos en EE.UU. es cu&aacute;n estrechamente ejemplifican casi el concepto de &ldquo;nacionalidad&rdquo; t&iacute;pico de los blancos en los a&ntilde;os 40 y 50. Son j&oacute;venes &ndash;su edad promedio refleja la de 1955 entre blancos- y suelen vivir en familias amplias con varios hijos y participaci&oacute;n de los abuelos.&nbsp;&nbsp; <br />
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A menudo, seg&uacute;n la oficina de estad&iacute;stica laboral (BLS), comen en casa, con la familia, gastan menos en bebidas alcoh&oacute;licas y prefieren la cerveza a las de alta graduaci&oacute;n. Si abandonan los cascos urbanos, los hispan&oacute;fonos optan por barrios peque&ntilde;oburgueses y tienen grandes aspiraciones educativas para los hijos. Constituyen, pues, un mercado propicio para bienes de uso final, consumo y servicios, como ocurr&iacute;a con los blancos nacidos entre 1946 y 1955 cuando eran j&oacute;venes. <br />
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La inmensa mayor&iacute;a (91%) de hispanos menores de 21 a&ntilde;os ha nacido en EE.UU., contra 47% de adultos entre 22 y 60 a&ntilde;os de edad, algo que adquiere especial relevancia demogr&aacute;fica v&iacute;a ritmos de aculturaci&oacute;n. Con este mercado en el filo de la navaja, uno de los mayores problemas para el marketing consiste en alcanzar esos muchachos biling&uuml;es pero aculturados. Este grupo, en general menor de 14-15 a&ntilde;os, se comporta en forma distinta a sus parientes no criados en EE.UU. Por una parte, no pasan mucho tiempo mirando o escuchando medios en castellano; por la otra, empero, preservan un profundo sentido de identidad &eacute;tnica. <br />
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M&aacute;s de uno en tres hispanos (34,3%) tiene menos de 18 a&ntilde;os, en tanto 22,5 naci&oacute; en EE.UU. Esta dicotom&iacute;a significa que los j&oacute;venes hijos de inmigrantes nacidos all&iacute; asisten a la escuela p&uacute;blica, aprenden ingl&eacute;s y se aculturan a mayor velocidad que sus parientes adultos. De hecho, el ingl&eacute;s avanza como lengua cada vez m&aacute;s c&oacute;moda para los hispanos (27%), contra el biling&uuml;ismo ( 17%), ergo 44% se maneja aceptablemente en ingl&eacute;s.&nbsp; <br />
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En el curso de la d&eacute;cada entrante, en tanto millones de hispanos biling&uuml;es se hacen adultos, tambi&eacute;n cabe esperar que su conducta como consumidores se mueva hacia la de los no hispanos. No obstante, el tama&ntilde;o mismo del segmento hace presumir que la identidad &eacute;tnica se mantenga fuerte, aun entre los nacidos en EE.UU.</p>

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