Más denuncias a productores de leche artificial

Una investigación reciente encargada y publicada por el British Medical Journal descubrió que fabricantes de preparados infantiles violan el código internacional de la OMS en la comercialización de sus productos en África Occidental.

18 enero, 2003

El estudio – uno más entre los muchos realizados en los últimos
20 años – implicó visitas a instituciones de salud, puntos de
venta y distribución en diferentes países de la zona occidental
de África. Los investigadores encontraron que 40 productos violaban el
"Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos
de la Leche Materna
". Entre las marcas en infracción, algunas
son nacionales; otras, internacionales, como Danone y Nestlé.

Según el código, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud
(Organización Mundial de la Salud – OMS) el 21 de mayo de 1981,
los fabricantes y distribuidores de alimentos artificiales para lactantes no
deben entregar muestras gratis de sus productos al público ni a los agentes
de salud; ni hacer promoción de productos en hospitales o clínicas;
tampoco hacer publicidad destinada al público ni dar incentivos económicos
ni materiales a los agentes de salud; además, las etiquetas deben señalar
claramente la superioridad de la leche materna así como el riesgo para
la salud del uso de sucedáneos y la necesidad de consultar a un agente
de salud antes de su utilización.

El documento es, en suma, una exhortación a instituciones profesionales
y ministros de salud de todos los estados miembro a impedir que la industria
de alimentos para bebés ofrezca apoyo financiero o de otro tipo a personal
médico o de enfermería.

Los productos comprendidos son fórmulas infantiles, leches llamadas de
"seguimiento", otros productos lácteos, cereales (en papilla),
tes o jugos para bebés (cuando estén comercializados o cuando
de otro modo se indique que pueden emplearse para sustituir parcial o totalmente
la leche materna), biberones y tetinas.

Otro de los objetivos del código es fomentar la lactancia maternal e
impedir que las madres sean sometidas a una agresiva campaña de marketing
sobre las ventajas de los sustitutos lácteos. La idea de los firmantes
fue – y es – reducir el uso global de tales sustitutos, que consideran de discutible
valor nutritivo y – si fueran preparados con agua contaminada (como suele ocurrir
en países pobres) — podrían provocar serios daños a la
salud infantil.
Desde 1981, año en que fue aprobado el documento, las violaciones a sus
cláusulas se repitieron en diferentes países. En la India la Asociación
de Acción de los Consumidores sobre la Salud y la Seguridad presentó
en 1996 una demanda contra Johnson y Johnson y Nestlé. Los cargos contra
la primera eran por la promoción de la mamadera. A la segunda la acusaba
de promover el uso demasiado temprano de alimentos suplementarios y de no poner
en los envases la advertencia de que la leche materna es el mejor alimento para
el bebé.

En 1998 el Inter-Agency Group on Breastfeeding Monitoring ordenó
realizar un amplio estudio en ciudades de Bangladesh, Polonia, Sudáfrica
y Tailandia. En Bangkok 97 de un total de 370 madres manifestaron haber recibido
muestras gratis de algún sucedáneo de leche materna, o mamaderas
o tetinas. Veinte de 40 agentes de salud encuestados en la ciudad dijeron que
habían recibido muestras gratis en la mitad de las instituciones de salud.
En Polonia, 22 sobre 39 instituciones de salud en Varsovia dijeron haber recibido
material publicitario de los fabricantes, algo que el código prohíbe.
Veinte de 119 agentes de salud en Varsovia y 19 de 112 en Dhaka habían
recibido regalos de las empresas distribuidoras de alimentos infantiles; regalos
tales como lapiceras, cuadernos, calendarios y remeras.

El estudio difundido en estos días por el British Medical Journal
una vez más confirma que los fabricantes de sucedáneos de
leche materna siguen violando el código internacional en la comercialización
de sus productos en África Occidental. La investigación se realizó
en Togo (país sin legislación sobre marketing de sustitutos) y
en Burkina Faso, que sí tiene legislación.

¿Cuáles son los problemas con los sustitutos de leche materna?

La Organización Mundial de la Salud estima que se podrían evitar
1,5 millones de muertes al año mediante con un período de 6 meses
de protección con leche materna. Existe abundante investigación
que emuestra que la leche materna es lo mejor para el bebé. Algunas madres
pueden tener problemas con la lactancia, lo que hace lugar a una pequeña
necesidad de sustitutos confiables. De manera que, para la ciencia médica,
la leche artificial puede usarse en algunos casos como "sustituto"
y en otros como "complemento" de la leche materna. Pero nunca la considera
"la mejor opción", ni para el bebé ni para la madre.
Los productores no pueden promocionarlos usando ese argumento.

Una de las investigaciones recientes estimó que en un país de
bajos ingresos con una tasa de mortalidad post-neonatal de 90 niños por
cada 1000, la alimentación artificial podría generar muertes adicionales
entre 13% y 59%. En los países industrializados, la lactancia artificial
aumenta el riesgo de enfermedades infantiles, afecta el desarrollo del niño
y puede aumentar los riesgos de enfermedades en la adultez.

Por todo esto, la OMS ha llegado al punto de declarar que no se debe hacer
publicidad de los sustitutos lácteos y tampoco se los debe distribuir
gratuitamente en hospitales y clínicas.

Negocios son negocios

Es natural que cuando una empresa tiene un buen producto, quiera mantener y
aumentar su participación en el negocio, y aumentar el uso que los consumidores
hacen de él. El problema es que los fabricantes parecen estar redefiniendo
a sus clients potenciales, no solo aquellos que necesitan sustitulo de leche,
sino los que pueden encontrarlo más conveniente. Allí es donde
las madres deben ser alertadas, sobre todo en los países en desarrollo.

Como la leche artificial debe ser preparada con agua, allí donde haya
dudas sobre la calidad, habrá riesgo de transmitirles enfermedades a
los bebés, quienes de otra manera no beberían agua directamente.
Por eso en lugares con problemas de higiene y escasez de agua, como ocurre con
frecuencia en hospitales y barrios de países pobres, el uso de leches
artificiales puede entrañar grandes riesgos sanitarios.

Finalmente, otra de las cláusulas del código de la OMS — no
siempre cumplidas por fabricantes y / o distribuidores –es que en países
donde no se habla inglés, tanto las instrucciones para un correcto uso
del producto como la recomendación de cuándo se lo debe usar como
sustituto y cuándo como complemento, deben estar escritas en el idioma
local.

El estudio – uno más entre los muchos realizados en los últimos
20 años – implicó visitas a instituciones de salud, puntos de
venta y distribución en diferentes países de la zona occidental
de África. Los investigadores encontraron que 40 productos violaban el
"Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos
de la Leche Materna
". Entre las marcas en infracción, algunas
son nacionales; otras, internacionales, como Danone y Nestlé.

Según el código, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud
(Organización Mundial de la Salud – OMS) el 21 de mayo de 1981,
los fabricantes y distribuidores de alimentos artificiales para lactantes no
deben entregar muestras gratis de sus productos al público ni a los agentes
de salud; ni hacer promoción de productos en hospitales o clínicas;
tampoco hacer publicidad destinada al público ni dar incentivos económicos
ni materiales a los agentes de salud; además, las etiquetas deben señalar
claramente la superioridad de la leche materna así como el riesgo para
la salud del uso de sucedáneos y la necesidad de consultar a un agente
de salud antes de su utilización.

El documento es, en suma, una exhortación a instituciones profesionales
y ministros de salud de todos los estados miembro a impedir que la industria
de alimentos para bebés ofrezca apoyo financiero o de otro tipo a personal
médico o de enfermería.

Los productos comprendidos son fórmulas infantiles, leches llamadas de
"seguimiento", otros productos lácteos, cereales (en papilla),
tes o jugos para bebés (cuando estén comercializados o cuando
de otro modo se indique que pueden emplearse para sustituir parcial o totalmente
la leche materna), biberones y tetinas.

Otro de los objetivos del código es fomentar la lactancia maternal e
impedir que las madres sean sometidas a una agresiva campaña de marketing
sobre las ventajas de los sustitutos lácteos. La idea de los firmantes
fue – y es – reducir el uso global de tales sustitutos, que consideran de discutible
valor nutritivo y – si fueran preparados con agua contaminada (como suele ocurrir
en países pobres) — podrían provocar serios daños a la
salud infantil.
Desde 1981, año en que fue aprobado el documento, las violaciones a sus
cláusulas se repitieron en diferentes países. En la India la Asociación
de Acción de los Consumidores sobre la Salud y la Seguridad presentó
en 1996 una demanda contra Johnson y Johnson y Nestlé. Los cargos contra
la primera eran por la promoción de la mamadera. A la segunda la acusaba
de promover el uso demasiado temprano de alimentos suplementarios y de no poner
en los envases la advertencia de que la leche materna es el mejor alimento para
el bebé.

En 1998 el Inter-Agency Group on Breastfeeding Monitoring ordenó
realizar un amplio estudio en ciudades de Bangladesh, Polonia, Sudáfrica
y Tailandia. En Bangkok 97 de un total de 370 madres manifestaron haber recibido
muestras gratis de algún sucedáneo de leche materna, o mamaderas
o tetinas. Veinte de 40 agentes de salud encuestados en la ciudad dijeron que
habían recibido muestras gratis en la mitad de las instituciones de salud.
En Polonia, 22 sobre 39 instituciones de salud en Varsovia dijeron haber recibido
material publicitario de los fabricantes, algo que el código prohíbe.
Veinte de 119 agentes de salud en Varsovia y 19 de 112 en Dhaka habían
recibido regalos de las empresas distribuidoras de alimentos infantiles; regalos
tales como lapiceras, cuadernos, calendarios y remeras.

El estudio difundido en estos días por el British Medical Journal
una vez más confirma que los fabricantes de sucedáneos de
leche materna siguen violando el código internacional en la comercialización
de sus productos en África Occidental. La investigación se realizó
en Togo (país sin legislación sobre marketing de sustitutos) y
en Burkina Faso, que sí tiene legislación.

¿Cuáles son los problemas con los sustitutos de leche materna?

La Organización Mundial de la Salud estima que se podrían evitar
1,5 millones de muertes al año mediante con un período de 6 meses
de protección con leche materna. Existe abundante investigación
que emuestra que la leche materna es lo mejor para el bebé. Algunas madres
pueden tener problemas con la lactancia, lo que hace lugar a una pequeña
necesidad de sustitutos confiables. De manera que, para la ciencia médica,
la leche artificial puede usarse en algunos casos como "sustituto"
y en otros como "complemento" de la leche materna. Pero nunca la considera
"la mejor opción", ni para el bebé ni para la madre.
Los productores no pueden promocionarlos usando ese argumento.

Una de las investigaciones recientes estimó que en un país de
bajos ingresos con una tasa de mortalidad post-neonatal de 90 niños por
cada 1000, la alimentación artificial podría generar muertes adicionales
entre 13% y 59%. En los países industrializados, la lactancia artificial
aumenta el riesgo de enfermedades infantiles, afecta el desarrollo del niño
y puede aumentar los riesgos de enfermedades en la adultez.

Por todo esto, la OMS ha llegado al punto de declarar que no se debe hacer
publicidad de los sustitutos lácteos y tampoco se los debe distribuir
gratuitamente en hospitales y clínicas.

Negocios son negocios

Es natural que cuando una empresa tiene un buen producto, quiera mantener y
aumentar su participación en el negocio, y aumentar el uso que los consumidores
hacen de él. El problema es que los fabricantes parecen estar redefiniendo
a sus clients potenciales, no solo aquellos que necesitan sustitulo de leche,
sino los que pueden encontrarlo más conveniente. Allí es donde
las madres deben ser alertadas, sobre todo en los países en desarrollo.

Como la leche artificial debe ser preparada con agua, allí donde haya
dudas sobre la calidad, habrá riesgo de transmitirles enfermedades a
los bebés, quienes de otra manera no beberían agua directamente.
Por eso en lugares con problemas de higiene y escasez de agua, como ocurre con
frecuencia en hospitales y barrios de países pobres, el uso de leches
artificiales puede entrañar grandes riesgos sanitarios.

Finalmente, otra de las cláusulas del código de la OMS — no
siempre cumplidas por fabricantes y / o distribuidores –es que en países
donde no se habla inglés, tanto las instrucciones para un correcto uso
del producto como la recomendación de cuándo se lo debe usar como
sustituto y cuándo como complemento, deben estar escritas en el idioma
local.

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