EE.UU.: los bienes durables desaceleran al sector industrial

Durante febrero, la manufactura estadounidense creció al menor ritmo desde noviembre. Ello se debió a que la demanda en materia de automotores y otros bienes de consumo durables sufrió la mayor baja desde 1990.

5 marzo, 2003

El Institute for Supply Management, entidad privada que representa a los gerentes de ventas en Estados Unidos, informa que su índice fabril cedió de 53,9 puntos en enero a 50,5 en febrero (-6,3%). No obstante, por encima de los 50, se considera que el sector sigue creciendo. Pero, entretanto, el gasto del público en bienes durables había bajado 5,7% en enero, el mayor margen desde la recesión de 1990/1, generada por la guerra del Golfo más sus efectos en el déficit fiscal y las tasas.

En este caso, son estadísticas del departamento federal de Comercio. La demanda de consumidor representa 67% del producto bruto interno en EE.UU. Si la gente sigue remisa a comprar y las incertidumbres empresarias en torno de Iraq persisten, el lento e irregular repunte económico iniciado hace quince meses irá revirtiéndose. Por de pronto, algunos economistas –Paul Krugman, Jeffrey Sachs, Thomas Friedman- temen que los costos de la guerra empujen las tasas básicas del actual 1,25% a 3 ó 4% anual en poco tiempo, lo cual entrañaría tipos activos de mercado superiores a 5/6%.

“Esta recuperación es lenta y reticente. Si, además, surgiesen presiones originadas en el déficit fiscal, las perspectivas serían muy duras para después de la guerra”. Así señalaba Alexander Cutler, CEO de Eaton Corporation, el segundo fabricante norteamericano de equipos hidráulicos. Por otra parte, la generación de empleo industrial en enero fue la más débil desde igual mes de 2001. Como explicó el ejecutivo, “el uso de capacidad instalada es el más bajo en dos décadas. No hay incentivos para invertir ni tomar personal”.

El Institute for Supply Management, entidad privada que representa a los gerentes de ventas en Estados Unidos, informa que su índice fabril cedió de 53,9 puntos en enero a 50,5 en febrero (-6,3%). No obstante, por encima de los 50, se considera que el sector sigue creciendo. Pero, entretanto, el gasto del público en bienes durables había bajado 5,7% en enero, el mayor margen desde la recesión de 1990/1, generada por la guerra del Golfo más sus efectos en el déficit fiscal y las tasas.

En este caso, son estadísticas del departamento federal de Comercio. La demanda de consumidor representa 67% del producto bruto interno en EE.UU. Si la gente sigue remisa a comprar y las incertidumbres empresarias en torno de Iraq persisten, el lento e irregular repunte económico iniciado hace quince meses irá revirtiéndose. Por de pronto, algunos economistas –Paul Krugman, Jeffrey Sachs, Thomas Friedman- temen que los costos de la guerra empujen las tasas básicas del actual 1,25% a 3 ó 4% anual en poco tiempo, lo cual entrañaría tipos activos de mercado superiores a 5/6%.

“Esta recuperación es lenta y reticente. Si, además, surgiesen presiones originadas en el déficit fiscal, las perspectivas serían muy duras para después de la guerra”. Así señalaba Alexander Cutler, CEO de Eaton Corporation, el segundo fabricante norteamericano de equipos hidráulicos. Por otra parte, la generación de empleo industrial en enero fue la más débil desde igual mes de 2001. Como explicó el ejecutivo, “el uso de capacidad instalada es el más bajo en dos décadas. No hay incentivos para invertir ni tomar personal”.

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