Casi sin ruido, Wall Street va poblándose de espectros

No son los de pasadas navidades, como en Charles Dickens, pero bastante de Scrooge tienen. Los codiciosos banqueros de inversión saben que ese negocio de esfuma, sus operadores trabajan poco o, directamente, fueron a la calle.

11 diciembre, 2008

Los segmentos de deuda (bonos) y acciones casi no tienen volumen. Una práctica otrora intocable, las fusiones y adquisiciones, se contrajo 22% en cuanto va del último trimestre. Líneas enteras de “finanzas estructuradas” –donde entran los derivados- han sido canceladas por siempre.
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<p>En verdad, la banca de inversi&oacute;n (que sedujo a grandes firmas de valores hoy extinguidas y compradas por banco comerciales) es una tierra de fantasmas y nostalgias. En apariencia, los intermediarios y comisionistas subsistentes est&aacute;n ocupados pero, en realidad, no hacen nada. Sus candelabros de Januk&aacute; o sus arbolitos navide&ntilde;os, s&iacute;mbolos hip&oacute;critas, est&aacute;n a media luz. </p>
<p>Hoy todo se reduce a reuniones y un sueldo anual de US$ 700.000 se considera alto, aun en JPMorgan Chase. &ldquo;A una generaci&oacute;n le tom&oacute; veinte a&ntilde;os levantar cabeza y casi todo eso se ha perdido&rdquo;, apuntaba un operador de Goldman Sachs &ndash;s&iacute;mbolo de codicia si los hay-, tras revelar que, hace pocos d&iacute;as, ese banco despidi&oacute; a una cantidad de gente absorbida al incorporar la extinta Bear Stearns. </p>
<p>Los optimistas fan&aacute;ticos, empero, no cejan. Sostienen que entran en contacto con clientes o &ldquo;arman relaciones&rdquo;. Un ex BS, por ciento, tuvo &ldquo;dos reuniones fruct&iacute;feras&rdquo;, horas antes de ser despedido. En realidad, se conversa mucho con empresas necesitadas de efectivo urgente, que escucha a cualquiera en pos de sugerencias &uacute;tiles. Solo eso. </p>
<p>El clima da tambi&eacute;n para un nuevo grupo de profetas ominosos. Son gente si esperanzas que siembran a troche y moche rumores sobre m&aacute;s despidos masivos, recorte de remuneraciones o cierre de corretajes. En general, son j&oacute;venes (en los 80 se los llamaba &ldquo;yuppies&rdquo;) en pos de empleos o negocios, pegados a Internet o Bloomberg a ver si pescan algo. Son perdedores netos, como sus colegas m&aacute;s maduros que no aceptan la realidad de un universo sobreapalancado y con exceso de operadores pomposamente autodesignados &ldquo;banqueros&rdquo;. En las sombras, financista en serio como George Soros o Warren Buffest se r&iacute;en de ellos. </p>

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