Hay señales positivas, pero no todos las creen
Al cierre del cuarto trimestre, una ola de buenos resultados económicos sugiere una recuperación sin precedentes desde 2009. Los números sacudieron a los mercados, pero analistas, gurúes e inversores se mostraban escépticos y preferían esperar.
26 diciembre, 2011
<p>En semanas recientes un conjunto de datos iluminó la plaza. Por ejemplo, construcción residencial, confianza entre empresas medianas y chicas, mayor demanda del público. Entretanto, los pedidos de subsidios por desempleo (indicador temprano de tendencias laborales) cedían al mínimo desde mayo de 2008. Por su parte, influyentes grupos económicos sostienen que el producto bruto interno trepa de tres a cuatro veces el ritmo observado hasta el tercer trimestre en Estados Unidos. Ahora marca un ritmo de 3,7% anual.</p>
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<p>Pero tantas buenas nuevas vienen con una significativa advertencia. A juicio de varios expertos, este veranillo de san Juan probablemente no manifieste el esperado inicio de una reacción fuerte y sostenible. Por contrario, el actual fenómeno se debe a factores temporarios y, de hecho, los gurúes estiman que la expansión perderá velocidad en el semestre entrante. Algunos econometristas de Wall Street la bajan a 1,5%/2% anual. Otros resaltan los vínculos ente ese grupo y el partido Republicano.<br />
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Aun estas cifras conservadoras podrían resultar optimistas. Es sucederá si el Congreso no amplía la asistencia a largo plazo de la ayuda a los desocupados y un recorte tributario por US$ 160.000 millones para trabajadores asalariados. <br />
“Lamentablemente, creo que veremos otra desaceleración durante 2012”, sostiene Ethan Harris, codirector de investigaciones en Bank of America/Merrill Lynch. “No sólo la crisis de endeudamiento europeo sigue presionando en EE.UU. También nuestra economía afronta altibajos propios”.<br />
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Hay tres razones para el pesimismo. Primera: los analistas afirman que los síntomas del último trimestre –más crecimiento, por ejemplo- tal vez no se prolonguen entrado 2012. Segunda: la economía encara vientos de frente, varios provenientes de la Eurozona; en particular, sus problemas de endeudamiento y sus riesgos de disolución. Tercera: las dificultades del presidente Barack Obama para lograr que el índice de desempleo se mantenga alrededor de 8,6% de la población activa en al momento de las elecciones.</p>
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