Caen petróleo y soja por la devaluación china

La primera reacción en el mercado global por la devaluación de 2 % del yuan, dispuesta por la autoridad monetaria china para encarecer sus importaciones, fue la caída del precio del petróleo y otros commodities.

12 agosto, 2015

La medida, tomada ayer por el Banco Central de China, se da en un contexto de ralentización del crecimiento de la economía del país y la consecuente necesidad de sortear la encerrona del consumo interno para recuperarse a partir de la expansión de sus exportaciones, y puso en alerta a todos los mercados, incluidos los de commodities.

“Son malas noticias para el petróleo debido a que China tendrá que pagar más por el crudo”, sostuvo Hamza Khan, analista de materias primas de ING Bank, al adelantar las consecuencias de la devaluación en el mayor consumidor mundial de energía. 

El precio del barril de crudo en Texas cayó hoy 4,18 por ciento, en tanto el Brent, que cotiza en Londres, bajó 2,43 por ciento.

El mercado de metales londinense también acusó el impacto por la devaluación en el mayor consumidor mundial de esta materia prima. El cobre tuvo una baja de 2,6 por ciento y el aluminio de 2,4 por ciento.

“La devaluación hará que las materias primas sean más costosas de importar para China, por lo que esta puede ser la principal razón de la reacción negativa”, según analizó Caroline Bain, economista de materias primas de Capital Economics en Londres.

Junto al mayor costo que tendrá China para importar materias primas, los fabricantes de autos y bienes de lujo ya comenzaron a descontar las pérdidas por lo que estiman será un poder de compra más débil de los consumidores chinos tras la devaluación.

Las acciones de General Motors perdieron hoy más de 2,2 por ciento, Tiffany cayó 1,9 por ciento, y Apple, que tiene a China como su mayor mercado para sus iPhones, recortó 3,7 por ciento.

La devaluación del yuan tornará, por otra parte, más competitivas sus exportaciones, que en el mercado argentino no tendrá gran repercusión mientras se mantenga el régimen de Declaraciones Juradas Anticipadas para Importación (DJAI), instrumento que debe desmantelarse a fin de año por un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuyo reemplazo por otra herramienta de efectos similares acorde a la normativa internacional estudian por estos días gobierno y empresarios.

Las ventas argentinas a China están casi monopolizadas en soja y aceite de soja, mientras que las importaciones desde el país asiático se concentran en bienes de capital y tecnológicos, con una tendencia al alza de las compras, que en junio sumaron 1.034 millones, 24 por ciento más que en igual mes de 2014, cuando se importaron 800 millones de dólares. 

“Lo que el mundo necesita de China no es más oferta, sino demanda”, sostuvo el economista brasileño Patrick Chovanec, al opinar sobre la esperada presión que harán los productos chinos para ingresar en los mercados.

Sin embargo, los analistas coincidieron en que el ajuste del tipo de cambio no va a corregir todos los males del sector externo de China, que sufre con los costos crecientes de la mano de obra y con problemas de calidad, aunque sí ayudará a aliviar la presión deflacionaria, una preocupación mucho más importante, según advirtieron.

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