La eurozona cumple 20 años

El euro ha superado muchas crisis pero hay diferencias irreconciliables en la UE.

16 enero, 2019

El solo hecho de que haya logrado sobrevivir ya es un triunfo, dice el veterano columnista del Financial Times, Martin Wolf. En la evaluación que hace de los difíciles años que atravesaron los países de la Unión Europea que decidieron tener una moneda común abandonando las suyas propias, Wolf plantea algunos interrogantes.

El primero, y fundamental, es si el euro fue una buena idea. Fue creado para permitir la integración profunda del mercado único. Pero al agrupar países con instituciones y conductas económicas diferentes, especialmente si los procesos políticos son diferentes, lo que hace el euro es separarlos en vez de juntarlos.

 

En segundo lugar Wolf evalúa el comportamiento del euro en todos estos años. Ha sobrevivido, pero lo logró porque los costos de que los países vuelvan a sus respectivas monedas, o incluso que alguno de los miembros se salga del sistema, se presentan aterradores.

Sobrevivir no quiere decir sobrevivir bien. En lugar de generar convergencia en los estándares de vida, el euro permitió la divergencia. Por un lado, políticas de contracción en los países golpeados por las crisis, y por el otro grandes excedentes de cuenta corriente en Alemania y los Países Bajos.

 

¿Sobrevivirá la eurozona? La respuesta probable es sí, dice Wolf. Tres cuartas partes de la gente que vive en la zona de moneda común está a favor del euro, la mayor proporción desde 2004. 40% de los adultos del área no han conocido otra moneda.

Pero la razón principal para ser optimistas sobre su sobrevivencia deben ser las consecuencias de la alternativa. Desmembrar la zona sería traumático financiera y económicamente. Además, pondría en peligro la sobrevivencia de la ue misma, que se creó sobre la base de la integración económica. El mercado único posiblemente colapsaría y también la posibilidad de tener relaciones de cooperación.

 

La últim pregunta que se hace Wolf es si el euro sobrevivirá BIEN. La eurozona no es ni será una unión monetaria óptima. NO plantea ningún tipo de unión federal. Eso garantiza que se supere el problema político fundamental, que es la divergencia entre la responsabilidad política de toda la zona y las responsabilidades políticas nacionales.

Lo que hace falta son cambios tendientes a crear una unión “lo suficientemente buena”. Debe permitir que sea más fácil reestructurar una deuda y los ajustes macroeconómicos deben ser mucho más simétricos.

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