Microsoft lucha contra el tiempo

La compañía debe enfrentarse con el Tribunal Supremo de Estados Unidos, aunque deseaba pasar antes por la Cámara de Apelaciones.

21 junio, 2000

El gigante informático Microsoft tendrá ahora que luchar contra el tiempo para impedir la división de la compañía ordenada por un juez federal en castigo por sus prácticas monopolísticas. Ese mismo magistrado, Thomas Penfield Jackson, asestó un duro golpe a las esperanzas de Microsoft de impedir o, al menos, retrasar esa división, al emplear una posibilidad legal para enviar el caso directamente al Supremo sin pasar por un tribunal de apelaciones, en una decisión que causó sorpresa en los medios legales estadounidenses. Pero, por otra parte, alivió el golpe al resolver también una suspensión de las primeras medidas de limitación de las actividades de la compañía que debían entrar en vigor en septiembre próximo.

Fuentes de la industria indicaron que si el Tribunal Supremo acepta continuar el caso, la resolución final podría tener lugar el próximo año, tal como lo ha pedido el Gobierno. Sin embargo, aclararon que también el Tribunal podría devolver el caso a una corte de apelaciones, de acuerdo con la petición de la empresa.

En reiteradas ocasiones, ejecutivos de Microsoft manifestaron su intención de buscar una prolongación del conflicto que enfrenta a la compañía con el Departamento de Justicia y con los gobiernos de 17 estados, apoyados por las empresas de avanzada tecnología que se sintieron perjudicadas por sus prácticas comerciales.

El juez Jackson ordenó la división de Microsoft a comienzos de este mes para impedir que continúe sus actividades de monopolio que, según dijo, han perjudicado no sólo a la competencia, sino también a los consumidores. Las medidas que debían entrar en vigor el próximo 5 de septiembre establecían que, para empezar, Microsoft debía permitir que los programadores de software tuvieran un mayor acceso a los códigos de su sistema operativo Windows, que viene ya instalado en más de 80% de los ordenadores que se venden en todo el mundo.

“La decisión de llevar el caso directamente al Tribunal Supremo era esperada, pero estamos muy felices de que se haya mantenido la posibilidad de la apelación”, expresó un portavoz de Microsoft. “Estamos muy satisfechos con la decisión del tribunal de enviar la apelación directamente al Tribunal Supremo”, dijo el Departamento de Justicia en un comunicado.

Jackson sólo pidió al Supremo que estudie el caso y, en teoría, el alto tribunal puede rechazar esta petición, aunque expertos en asuntos jurídicos indicaron que es poco probable que eso ocurra. El Tribunal , que actúa también como tribunal constitucional, se encargará del caso a no ser que cinco de sus nueve miembros decidan rechazar la petición del juez y enviar el asunto a un tribunal de apelaciones. Cualquier decisión tendría que ser tomada antes del próximo lunes, cuando termina el actual período de sesiones del Tribunal Supremo, que se reanudará en octubre próximo.

Un portavoz de Microsoft aseguró que su compañía está convencida de que “la ley estará de nuestro lado, independientemente de qué tribunal revise el caso”. Aún así, reconoció que la empresa hubiera preferido que el asunto pasara primero por un tribunal de apelaciones.

La empresa creada por el multimillonario Bill Gates en 1975 fue declarada culpable de abusar del dominio que tiene su sistema operativo Windows para intentar imponer sus programas informáticos, como el navegador para Internet Explorer. Para resolver esa situación, el juez Jackson ordenó que Microsoft se dividiera en dos empresas: una dedicada a producir y comercializar el sistema operativo Windows, y la otra de las aplicaciones de los programas informáticos, como el procesador de textos Word y los relacionados con Internet.

El gigante informático Microsoft tendrá ahora que luchar contra el tiempo para impedir la división de la compañía ordenada por un juez federal en castigo por sus prácticas monopolísticas. Ese mismo magistrado, Thomas Penfield Jackson, asestó un duro golpe a las esperanzas de Microsoft de impedir o, al menos, retrasar esa división, al emplear una posibilidad legal para enviar el caso directamente al Supremo sin pasar por un tribunal de apelaciones, en una decisión que causó sorpresa en los medios legales estadounidenses. Pero, por otra parte, alivió el golpe al resolver también una suspensión de las primeras medidas de limitación de las actividades de la compañía que debían entrar en vigor en septiembre próximo.

Fuentes de la industria indicaron que si el Tribunal Supremo acepta continuar el caso, la resolución final podría tener lugar el próximo año, tal como lo ha pedido el Gobierno. Sin embargo, aclararon que también el Tribunal podría devolver el caso a una corte de apelaciones, de acuerdo con la petición de la empresa.

En reiteradas ocasiones, ejecutivos de Microsoft manifestaron su intención de buscar una prolongación del conflicto que enfrenta a la compañía con el Departamento de Justicia y con los gobiernos de 17 estados, apoyados por las empresas de avanzada tecnología que se sintieron perjudicadas por sus prácticas comerciales.

El juez Jackson ordenó la división de Microsoft a comienzos de este mes para impedir que continúe sus actividades de monopolio que, según dijo, han perjudicado no sólo a la competencia, sino también a los consumidores. Las medidas que debían entrar en vigor el próximo 5 de septiembre establecían que, para empezar, Microsoft debía permitir que los programadores de software tuvieran un mayor acceso a los códigos de su sistema operativo Windows, que viene ya instalado en más de 80% de los ordenadores que se venden en todo el mundo.

“La decisión de llevar el caso directamente al Tribunal Supremo era esperada, pero estamos muy felices de que se haya mantenido la posibilidad de la apelación”, expresó un portavoz de Microsoft. “Estamos muy satisfechos con la decisión del tribunal de enviar la apelación directamente al Tribunal Supremo”, dijo el Departamento de Justicia en un comunicado.

Jackson sólo pidió al Supremo que estudie el caso y, en teoría, el alto tribunal puede rechazar esta petición, aunque expertos en asuntos jurídicos indicaron que es poco probable que eso ocurra. El Tribunal , que actúa también como tribunal constitucional, se encargará del caso a no ser que cinco de sus nueve miembros decidan rechazar la petición del juez y enviar el asunto a un tribunal de apelaciones. Cualquier decisión tendría que ser tomada antes del próximo lunes, cuando termina el actual período de sesiones del Tribunal Supremo, que se reanudará en octubre próximo.

Un portavoz de Microsoft aseguró que su compañía está convencida de que “la ley estará de nuestro lado, independientemente de qué tribunal revise el caso”. Aún así, reconoció que la empresa hubiera preferido que el asunto pasara primero por un tribunal de apelaciones.

La empresa creada por el multimillonario Bill Gates en 1975 fue declarada culpable de abusar del dominio que tiene su sistema operativo Windows para intentar imponer sus programas informáticos, como el navegador para Internet Explorer. Para resolver esa situación, el juez Jackson ordenó que Microsoft se dividiera en dos empresas: una dedicada a producir y comercializar el sistema operativo Windows, y la otra de las aplicaciones de los programas informáticos, como el procesador de textos Word y los relacionados con Internet.

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