Lauda deja su línea aérea

El legendario ex piloto de Fórmula Uno anunció que abandonará la presidencia de su compañía. Niki mantenía una fuerte disputa con Austrian Airlines, que ahora tendrá el control total de la aerolínea.

22 noviembre, 2000

(EFE).- El ex campeón austriaco de Fórmula Uno, Niki Lauda ha perdido la batalla por el control de la compañía aérea que lleva su nombre, Lauda Air, cuya presidencia se ha visto obligado a abandonar de manera forzosa, aunque ha anunciado su intención de continuar pilotando sus aparatos.

Lauda, tres veces campeón del mundo de la máxima categoría del automovilismo, ha sido derrotado en el campo empresarial por la dirección de la gran compañía aérea alpina Austrian Airlines (AUA), a cuyo grupo pertenece Lauda Air, y con la que estaba enfrentado por la fuertes pérdidas económicas de su línea aérea.

El informe redactado por una empresa de auditoría a comienzos de otoño sobre la gestión de Lauda Air, que este año podría acumular unas pérdidas de 1.000 millones de chelines (unos 72,5 millones de euros), ha sido el desencadenante de la guerra entre Lauda y AUA, que se ha saldado con la dimisión del ex piloto de Fórmula-1.

El enfrentamiento entre éste y la dirección de AUA se incrementó cuando Lauda, que disfrutaba sorprendiendo a los pasajeros de sus aviones al saludar desde la cabina en su función de piloto, trató de minimizar las pérdidas y de corregirlas con operaciones de dudosa legalidad.

Propietario de la cuarta parte del capital de Lauda Air, mientras que AUA posee 36%, Lauda decidió vender, sin consultar a la dirección del grupo, cinco de los 25 aparatos de su flota para cubrir las pérdidas y realquilar los mismos aviones para poder continuar cumpliendo con sus planes de vuelo.

La maniobra del ex campeón automovilista con el rostro marcado por el terrible accidente sufrido el 1 de agosto de 1976 en el circuito alemán de Nürburgring no hizo sino desatar las iras de Austrian Airlines y su presidente, Rudolf Streicher, que a partir de ese momento se empeñaron en deshacerse a toda costa del ya conflictivo fundador de la principal compañía austriaca de vuelos charter.

AUA inició la operación para acorralar a Lauda con el anuncio público de negociar la compra a la compañía aérea alemana Lufthansa, su aliada en el grupo Star Aliance, de 20% del capital de Lauda Air que obra en su poder y que le otorgaría automáticamente la mayoría de las acciones y el control absoluto de la línea en crisis.

Poco después y a principios de este mes, Austrian Airlines comunicaba su deseo de hacerse con la totalidad del capital de Lauda Air, a la vez que negociaba ya directamente con Lufthansa la compra de su paquete de acciones.

La crisis alcanzó su cumbre hace cinco días, cuando AUA y Lauda convocaron por separado sendas reuniones extraordinarias de accionistas que, tras la dimisión ayer (martes 21) del fundador en 1988 de la compañía, ya sólo deberán sancionar el cese.

“Lo siento especialmente por los empleados”, dijo anoche Niki Lauda ante las cámaras de la televisión pública austriaca a la hora de comentar su abandono debido, señaló, a que se había visto “envuelto en un remolino” de difícil salida.

Tras quitar leña al fuego al comentar su convencimiento de que “AUA resolverá con seguridad y correctamente” los problemas financieros de Lauda Air, subrayó que hará todavía algunos vuelos con la compañía que lleva su nombre, aunque “como piloto, no como presidente”.

(EFE).- El ex campeón austriaco de Fórmula Uno, Niki Lauda ha perdido la batalla por el control de la compañía aérea que lleva su nombre, Lauda Air, cuya presidencia se ha visto obligado a abandonar de manera forzosa, aunque ha anunciado su intención de continuar pilotando sus aparatos.

Lauda, tres veces campeón del mundo de la máxima categoría del automovilismo, ha sido derrotado en el campo empresarial por la dirección de la gran compañía aérea alpina Austrian Airlines (AUA), a cuyo grupo pertenece Lauda Air, y con la que estaba enfrentado por la fuertes pérdidas económicas de su línea aérea.

El informe redactado por una empresa de auditoría a comienzos de otoño sobre la gestión de Lauda Air, que este año podría acumular unas pérdidas de 1.000 millones de chelines (unos 72,5 millones de euros), ha sido el desencadenante de la guerra entre Lauda y AUA, que se ha saldado con la dimisión del ex piloto de Fórmula-1.

El enfrentamiento entre éste y la dirección de AUA se incrementó cuando Lauda, que disfrutaba sorprendiendo a los pasajeros de sus aviones al saludar desde la cabina en su función de piloto, trató de minimizar las pérdidas y de corregirlas con operaciones de dudosa legalidad.

Propietario de la cuarta parte del capital de Lauda Air, mientras que AUA posee 36%, Lauda decidió vender, sin consultar a la dirección del grupo, cinco de los 25 aparatos de su flota para cubrir las pérdidas y realquilar los mismos aviones para poder continuar cumpliendo con sus planes de vuelo.

La maniobra del ex campeón automovilista con el rostro marcado por el terrible accidente sufrido el 1 de agosto de 1976 en el circuito alemán de Nürburgring no hizo sino desatar las iras de Austrian Airlines y su presidente, Rudolf Streicher, que a partir de ese momento se empeñaron en deshacerse a toda costa del ya conflictivo fundador de la principal compañía austriaca de vuelos charter.

AUA inició la operación para acorralar a Lauda con el anuncio público de negociar la compra a la compañía aérea alemana Lufthansa, su aliada en el grupo Star Aliance, de 20% del capital de Lauda Air que obra en su poder y que le otorgaría automáticamente la mayoría de las acciones y el control absoluto de la línea en crisis.

Poco después y a principios de este mes, Austrian Airlines comunicaba su deseo de hacerse con la totalidad del capital de Lauda Air, a la vez que negociaba ya directamente con Lufthansa la compra de su paquete de acciones.

La crisis alcanzó su cumbre hace cinco días, cuando AUA y Lauda convocaron por separado sendas reuniones extraordinarias de accionistas que, tras la dimisión ayer (martes 21) del fundador en 1988 de la compañía, ya sólo deberán sancionar el cese.

“Lo siento especialmente por los empleados”, dijo anoche Niki Lauda ante las cámaras de la televisión pública austriaca a la hora de comentar su abandono debido, señaló, a que se había visto “envuelto en un remolino” de difícil salida.

Tras quitar leña al fuego al comentar su convencimiento de que “AUA resolverá con seguridad y correctamente” los problemas financieros de Lauda Air, subrayó que hará todavía algunos vuelos con la compañía que lleva su nombre, aunque “como piloto, no como presidente”.

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