Cerraron 30 fabricas en los últimos 18 meses
La caída de las ventas, la baja competitividad de los productos argentinos, y los altos costos operativos que deben asumir las empresas generó el éxodo de algunas a Brasil, el cierre de otras y la pérdida de 3.000 empleos.
La recesión, que afecta desde hace casi tres años a la Argentina, ha provocado el cierre de más de 30 fábricas en el último año y medio.
Muchas se trasladaron a Brasil, otras bajaron sus persianas debido a reestructuraciones dictadas desde sus casas matrices, mientras que el resto permanece al borde de la desaparición y en espera del auxilio financiero del Estado, según un informe divulgado hoy (martes 3) por el diario La Nación.
La caída de las ventas, la baja competitividad, y la falta de incentivos oficiales generó también, junto con los cierres, la pérdida de 3.000 puestos de trabajo.
La fábricas afectadas van desde alimentarias y automovilísticas hasta textiles y frigoríficos, estos últimos sumidos en una debacle que se profundizó con el regreso de la fiebre aftosa y el cierre de los mercados extranjeros a los productos cárnicos argentinos.
Según el listado elaborado por el matutino, algunas multinacionales se fueron del país, y se dedican a importar los productos que aun comercializan.
Así lo han hecho la alemana Wella, la estadounidense Gillette, el fabricante de indumentaria New Balance, el de golosinas Adams, y el de neumáticos Goodyear.
Firmas como Phillips, de Holanda, o la paneuropea Unilever, se trasladaron a Brasil, desde donde aprovechan las ventajas competitivas que ofrece el valor de la moneda brasileña.
Abel Viglione, un especialista de la fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel) aseguró que las multinacionales deciden desde el centro en que países producirán, lo cual vuelve más incontrolable el destino de las filiales locales.
Esta situación debería, sin embargo, centrar la atención en los impuestos y las tasa de interés, que son altos en el país, según Viglione, y elevan sobremanera los gastos operativos de las empresas.
La recesión, que afecta desde hace casi tres años a la Argentina, ha provocado el cierre de más de 30 fábricas en el último año y medio.
Muchas se trasladaron a Brasil, otras bajaron sus persianas debido a reestructuraciones dictadas desde sus casas matrices, mientras que el resto permanece al borde de la desaparición y en espera del auxilio financiero del Estado, según un informe divulgado hoy (martes 3) por el diario La Nación.
La caída de las ventas, la baja competitividad, y la falta de incentivos oficiales generó también, junto con los cierres, la pérdida de 3.000 puestos de trabajo.
La fábricas afectadas van desde alimentarias y automovilísticas hasta textiles y frigoríficos, estos últimos sumidos en una debacle que se profundizó con el regreso de la fiebre aftosa y el cierre de los mercados extranjeros a los productos cárnicos argentinos.
Según el listado elaborado por el matutino, algunas multinacionales se fueron del país, y se dedican a importar los productos que aun comercializan.
Así lo han hecho la alemana Wella, la estadounidense Gillette, el fabricante de indumentaria New Balance, el de golosinas Adams, y el de neumáticos Goodyear.
Firmas como Phillips, de Holanda, o la paneuropea Unilever, se trasladaron a Brasil, desde donde aprovechan las ventajas competitivas que ofrece el valor de la moneda brasileña.
Abel Viglione, un especialista de la fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel) aseguró que las multinacionales deciden desde el centro en que países producirán, lo cual vuelve más incontrolable el destino de las filiales locales.
Esta situación debería, sin embargo, centrar la atención en los impuestos y las tasa de interés, que son altos en el país, según Viglione, y elevan sobremanera los gastos operativos de las empresas.
