Agua de mar embotellada para cocinar

Andy Inglis, ex funcionario de la ONU, quiere transformar el océano en su mina de oro: el líquido, depurado y puesto a la venta a 6 euros, sirve para preparar pescados y mariscos. "Así la podrán usar también quienes no viven en la costa”

1 junio, 2010

<p>Nadie querr&iacute;a beberla. Sin embargo, a pesar de que huele m&aacute;s a playa escocesa que a una delicia gourmet, el agua de mar est&aacute; a punto de convertirse en el &uacute;ltimo ingrediente obligado en las cocinas del Reino Unido.</p>
<p>El nuevo producto, que se llama Acquamara y est&aacute; hecho a partir de agua de mar purificada de las islas H&eacute;bridas Exteriores (que, junto con las H&eacute;bridas Interiores forman un archipi&eacute;lago en la costa oeste de Escocia), se vender&aacute; en botellones de tres litros a &pound;4,95 (libras esterlinas). El argumento de venta: aumenta el sabor de pescados y mariscos en todo tipo de platos. Se dice que es la primera botella en el mundo que se orienta hacia el mercado culinario.</p>
<p>Su creador es Andy Inglis, ex funcionario de la ONU que ahora vive en Dunbar, East Lothian, quien hizo el lanzamiento oficial el domingo 31 de mayo en el Festival Gastron&oacute;mico de Edinburgo. Admite que a mucha gente le parecer&aacute; un disparate pagar casi 5 libras por algo que se puede encontrar en forma natural.</p>
<p>En Roma, el diario La Reppublica se hace eco de la noticia y pregunta: &ldquo;&iquest;Pagar&iacute;a usted 6 euros por algo que se puede tener gratis? Si la respuesta es s&iacute;, un audaz emprendedor escoc&eacute;s podr&iacute;a haber encontrado una mina de oro inacabable.&rdquo;</p>
<p>&quot;Probablemente muchos crean que es una desfachatez de mi parte, pero si mi desfachatez permite crear empleo en las H&eacute;bridas, entonces estoy feliz de ser un caradura&rdquo;, dijo.</p>
<p>Acquamara proviene de las aguas alrededor de la islita de Berneray, en las H&eacute;bridas, donde se la extrae del mar y se la pasa a trav&eacute;s de un filtro que le saca arena e impurezas. Luego se la pasa a unos tanques y de all&iacute; a una embotelladora cerca de Dunbar. Certificada como apta para beber seg&uacute;n los est&aacute;ndares de la Comunidad Europea, saldr&aacute; a la venta en cajas parecidas a las de vino.</p>
<p>Obviamente nadie espera que los consumidores la beban. Pero la esperanza de Andy Inglis es que los restoranes de lujo y ciudadanos privados comiencen a usarla para cocinar, en especial para hervir pescados y mariscos.</p>
<p>&quot;Nosotros vivimos junto al mar&rdquo;, explic&oacute; Inglis el domingo, &ldquo;por eso se me ocurri&oacute; cocinar algunas cosas en agua de mar y no pod&iacute;a creer la diferencia que significaba en cuanto a sabores. Era incre&iacute;ble. Entonces comenc&eacute; a averiguar si era viable como negocio y habl&eacute; con gente de la industria que pensaban que era posible.&quot;</p>
<p>Inglis no es el primero en haberlo pensado. Noma, el restaurante de Copenhague nombrado el mes pasado el mejor del mundo en el ranking anual de la revista &quot;Restaurant&quot;, ofrece desde hace tiempo langosta en agua de mar entre los platos de su men&uacute;. El agua de mar como ingrediente de cocina figura en los m&aacute;s antiguos manuales de gastronom&iacute;a. Nadie, hasta ahora, hab&iacute;a pensado en embotellarla y venderla.<br />
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