Crisis del sector automotor

Los industriales y comerciantes del automóvil en la Argentina auguraron que la crisis se intensificará si el gobierno no toma medidas para alentar las ventas. Aseguran que las pérdidas ya ienden a US$ 1.000 millones.

20 mayo, 2001

La industria argentina del automóvil sufrirá una grave crisis si el Gobierno no aplica medidas de reactivación que alienten las ventas en el mercado interno, que cayeron 49% el año pasado.

El presidente de la Cámara de Concesionarias de Automóviles, Guillermo Dietrich, dijo ayer (jueves 17), que la caída de las ventas causó pérdidas por alrededor de US$ 1.000 millones a las once empresas fabricantes instaladas en el país.

Señaló que las ventas entre enero y abril bajaron 30% respecto a las del mismo período del 2000, año en el que se acumuló un retroceso de 49%.

Mientras, un informe elaborado por la consultora internacional Booz Allen & Hamilton para la Asociación de Fabricantes de Automóviles (Adefa), advirtió de que por lo menos cuatro fábricas deberán cerrar sus puertas si no se reactiva el mercado interno.

La crisis amenaza con la pérdida de 50.000 puestos de trabajo y un déficit de US$ 2.000 millones en la balanza comercial argentina.

Además, puntualizó, están en riesgo ingresos fiscales por US$ 1.000 millones en concepto de recaudación de impuestos.

El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, prometió a los fabricantes de automóviles que incluirá al sector en el plan de “competitividad” que hasta ahora beneficia con rebajas de impuestos a las industrias textil, de calzado, vestimenta y los exportadores de carnes.

Renault, que tiene una fábrica en la provincia de Córdoba, en el centro del país, suspenderá a 1.300 trabajadores durante tres semanas en julio y en agosto próximos debido a la retracción de las ventas, informó el líder del sindicato de trabajadores mecánicos (Smata), Omar Dragún.

La industria argentina del automóvil sufrirá una grave crisis si el Gobierno no aplica medidas de reactivación que alienten las ventas en el mercado interno, que cayeron 49% el año pasado.

El presidente de la Cámara de Concesionarias de Automóviles, Guillermo Dietrich, dijo ayer (jueves 17), que la caída de las ventas causó pérdidas por alrededor de US$ 1.000 millones a las once empresas fabricantes instaladas en el país.

Señaló que las ventas entre enero y abril bajaron 30% respecto a las del mismo período del 2000, año en el que se acumuló un retroceso de 49%.

Mientras, un informe elaborado por la consultora internacional Booz Allen & Hamilton para la Asociación de Fabricantes de Automóviles (Adefa), advirtió de que por lo menos cuatro fábricas deberán cerrar sus puertas si no se reactiva el mercado interno.

La crisis amenaza con la pérdida de 50.000 puestos de trabajo y un déficit de US$ 2.000 millones en la balanza comercial argentina.

Además, puntualizó, están en riesgo ingresos fiscales por US$ 1.000 millones en concepto de recaudación de impuestos.

El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, prometió a los fabricantes de automóviles que incluirá al sector en el plan de “competitividad” que hasta ahora beneficia con rebajas de impuestos a las industrias textil, de calzado, vestimenta y los exportadores de carnes.

Renault, que tiene una fábrica en la provincia de Córdoba, en el centro del país, suspenderá a 1.300 trabajadores durante tres semanas en julio y en agosto próximos debido a la retracción de las ventas, informó el líder del sindicato de trabajadores mecánicos (Smata), Omar Dragún.

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