Crisis en las compañías aéreas

Tras los atentados en EE.UU., American y United anunciaron unos 20.000 despidos. Varig echará a 10% de su plantel. Pronostican que las aerolíneas de América latina resultarán seriamente golpeadas.

24 septiembre, 2001

(NA). – Las compañías aéreas latinoamericanas, cuyos ingresos provienen principalmente de su tráfico a Estados Unidos, han sido golpeadas por los atentados contra Nueva York y Washington, lo que ha llevado a una reducción de sus flotas y efectivos y se tradujo en una pérdida de su calificación crediticia.

Los atentados del 11 de septiembre han cambiado “el panorama” de todo el sector de transporte aéreo, y también el de las aerolíneas de América latina, afirmó un analista de la agencia de calificación financiera Fitch.

Según el experto Guido Chamorro, el impacto de los ataques en la industria del transporte aéreo se sumará además a los efectos negativos de la desaceleración de la economía mundial y del precio elevado del combustible, que ya han reducido los ingresos del sector.

Las perturbaciones del tráfico aéreo registradas desde el 11 de septiembre afectaron seriamente a las empresas aéreas estadounidenses, que ya anunciaron unas 100.000 supresiones de empleos, recordó el experto.

Sólo American Airlines y United Airlines, las dos compañías que perdieron los aviones de línea secuestrados por los terroristas, han anunciado unos 20.000 despidos.

Pero, según Chamorro, los bolsillos de las líneas latinoamericanas han sido también seriamente golpeados, desde el primer momento, por causa de los atentados.

Las líneas latinoamericanas tuvieron que cancelar sus viajes a Estados Unidos durante casi toda la semana después de los ataques, y “registraron importantes pérdidas cada día”, dijo. Chamorro estimó esas pérdidas en varios cientos de millones de dólares.

“Las más importantes líneas latinoamericanas, como Lan Chile, Aeroméxico, Mexicana de Aviación y Taca, perdieron sólo durante la semana de los atentados entre 5 a 15 millones cada una”, a causa de los vuelos anulados tras los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono, dijo.

Agregó que, a causa de estas gigantescas pérdidas registradas a raíz de los atentados, varias de estas empresas aéreas, entre ellas Aeroméxico, han indicado ya que estudian la realización de despidos y la reestructuración de su personal y de sus trayectorias.

La mayor compañía aérea brasileña, Varig, ya comenzó: hoy anunció la adopción de un severo plan de despidos que abarcará el 10% de su personal para hacer frente al “difícil escenario” que asola la industria, después de los atentados en Estados Unidos.

En un comunicado oficial de tres páginas, la empresa anunció que su programa para ajustarse a la coyuntura contempla la “reducción de su fuerza de trabajo en aproximadamente 10% de sus efectivos”, lo que representa el despido de unos 1.700 empleados.

Según la dirección de la empresa, ya desde principios de este año la industria se encontraba en una encrucijada a nivel mundial, situación que se agravó como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre.

En Costa Rica, la ocupación de vuelos hacia ese país, uno de los principales destinos turísticos de Centroamérica, se redujo en 20% tras los atentados, lo que ya provocó los primeros despidos y el cierre de una ruta, informó el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Costa Rica (ALA), Tomás Nassar.

Nassar dijo a la prensa local que dos aerolíneas ya despidieron a las primeras 25 personas pero esta cifra podría ascender a 60 aunque, si la situación empeora, “podría ser más complicada”.

Chamorro pronosticó que todo el sector de transporte aéreo latinoamericano, que vuela bajo diferentes banderas, resultará seriamente golpeado. Pronosticó que los efectos del atentado no se sentirán sólo a corto plazo.

“El conjunto de las compañías aéreas latinoamericanas va a sufrir en los próximos meses, por causa de los ataques”, que provocarán una “drástica baja en la demanda de tráfico aéreo en los próximos meses”, dijo.

“Las ganancias de las líneas aéreas latinoamericanas van a seguir bajo presión al menos durante el resto del año”, afirmó.

Notó además que las líneas estadounidenses contarán para salir adelante con algún apoyo del gobierno. En cambio, “las compañías latinoamericanas deberán absorber sus pérdidas con sus recursos internos”, concluyó.

(NA). – Las compañías aéreas latinoamericanas, cuyos ingresos provienen principalmente de su tráfico a Estados Unidos, han sido golpeadas por los atentados contra Nueva York y Washington, lo que ha llevado a una reducción de sus flotas y efectivos y se tradujo en una pérdida de su calificación crediticia.

Los atentados del 11 de septiembre han cambiado “el panorama” de todo el sector de transporte aéreo, y también el de las aerolíneas de América latina, afirmó un analista de la agencia de calificación financiera Fitch.

Según el experto Guido Chamorro, el impacto de los ataques en la industria del transporte aéreo se sumará además a los efectos negativos de la desaceleración de la economía mundial y del precio elevado del combustible, que ya han reducido los ingresos del sector.

Las perturbaciones del tráfico aéreo registradas desde el 11 de septiembre afectaron seriamente a las empresas aéreas estadounidenses, que ya anunciaron unas 100.000 supresiones de empleos, recordó el experto.

Sólo American Airlines y United Airlines, las dos compañías que perdieron los aviones de línea secuestrados por los terroristas, han anunciado unos 20.000 despidos.

Pero, según Chamorro, los bolsillos de las líneas latinoamericanas han sido también seriamente golpeados, desde el primer momento, por causa de los atentados.

Las líneas latinoamericanas tuvieron que cancelar sus viajes a Estados Unidos durante casi toda la semana después de los ataques, y “registraron importantes pérdidas cada día”, dijo. Chamorro estimó esas pérdidas en varios cientos de millones de dólares.

“Las más importantes líneas latinoamericanas, como Lan Chile, Aeroméxico, Mexicana de Aviación y Taca, perdieron sólo durante la semana de los atentados entre 5 a 15 millones cada una”, a causa de los vuelos anulados tras los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono, dijo.

Agregó que, a causa de estas gigantescas pérdidas registradas a raíz de los atentados, varias de estas empresas aéreas, entre ellas Aeroméxico, han indicado ya que estudian la realización de despidos y la reestructuración de su personal y de sus trayectorias.

La mayor compañía aérea brasileña, Varig, ya comenzó: hoy anunció la adopción de un severo plan de despidos que abarcará el 10% de su personal para hacer frente al “difícil escenario” que asola la industria, después de los atentados en Estados Unidos.

En un comunicado oficial de tres páginas, la empresa anunció que su programa para ajustarse a la coyuntura contempla la “reducción de su fuerza de trabajo en aproximadamente 10% de sus efectivos”, lo que representa el despido de unos 1.700 empleados.

Según la dirección de la empresa, ya desde principios de este año la industria se encontraba en una encrucijada a nivel mundial, situación que se agravó como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre.

En Costa Rica, la ocupación de vuelos hacia ese país, uno de los principales destinos turísticos de Centroamérica, se redujo en 20% tras los atentados, lo que ya provocó los primeros despidos y el cierre de una ruta, informó el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Costa Rica (ALA), Tomás Nassar.

Nassar dijo a la prensa local que dos aerolíneas ya despidieron a las primeras 25 personas pero esta cifra podría ascender a 60 aunque, si la situación empeora, “podría ser más complicada”.

Chamorro pronosticó que todo el sector de transporte aéreo latinoamericano, que vuela bajo diferentes banderas, resultará seriamente golpeado. Pronosticó que los efectos del atentado no se sentirán sólo a corto plazo.

“El conjunto de las compañías aéreas latinoamericanas va a sufrir en los próximos meses, por causa de los ataques”, que provocarán una “drástica baja en la demanda de tráfico aéreo en los próximos meses”, dijo.

“Las ganancias de las líneas aéreas latinoamericanas van a seguir bajo presión al menos durante el resto del año”, afirmó.

Notó además que las líneas estadounidenses contarán para salir adelante con algún apoyo del gobierno. En cambio, “las compañías latinoamericanas deberán absorber sus pérdidas con sus recursos internos”, concluyó.

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