Fraudes con fondos: más despidos e investigaciones

Alliance Capital Management, el mayor administrador de carteras en EE.UU., echó a sus dos principales jefes, por “conducta impropia en transacciones con fondos mutuales”. Pero esto recién empieza.

12 noviembre, 2003

Los despedidos son John Carifa (presidente y director operativo) y Michael Laughlin, a cargo de fondos mutuales. Ambos controlaban “una división que permitió operaciones oportunistas aprovechando diferencias en cotizaciones y operaciones fuera de hora”. Así informó el CEO del grupo, Lewis Sanders.

Los ejecutivos se hallan entre los de mayor jerarquía víctimas del fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, y sus investigaciones en torno de fraudes e irregularidades en un sector que maneja alrededor de siete billones en ahorros e inversiones de público menudo. Hace algunos días, otro gigante –Putnam Investments- destituyó a Lawrence Lasser, CEO durante dieciocho años. “La gravedad del asunto sigue sorprendiendo al mercado y deteriora la confianza de la gente. Esto es muy malo”, señala Scudder Private Investment Counsel, una cartera de US$ 2.000 millones.

Spitzer y la Securities & Exchange Commission (SEC, Comisión Federal de Valores) continúan ampliando indagaciones en torno de privilegios indebidos otorgados a ciertos clientes. En especial, los fondos de cubertura o riesgo, que emplean derivativos y son motores de especulación pura.

La SEC se interesa particularmente en maniobras atribuidas a gerentes de colocaciones monetarias o financieras. Al parecer, estos expertos canalizaban acciones emitidas en oferta pública inicial –papeles muy buscados- a fondos de cubertura, en vez de mutuales y otras carteras.

El grupo indemnizará a inversores perjudicados. El nuevo caso tiene ribetes transatlánticos, pues la matriz del holding Alliance es la francesa Axa, que administra activos por US$ 438.000 millones en al mundo.

“Este negocio debe volver a los orígenes, pues hoy es una máquina de abusos”, sostiene Spitzer. “No se prevén arreglos genéricos entre autoridades y gestores de fondos”, confiesan varios abogados de Wall Street. Ni el implacable fiscal neoyorquino ni los principales estudios jurídicos estadounidenses creen factibles componendas entre los administradores de fondos mutuales, la justicia –federal, inclusive- y la Comisión Federal de Valores.

Spitzer aceptará sólo negociaciones grupo por grupo. No quiere repetir la experiencia de abril, cuando hizo un arreglo con las once mayores firmas bursátiles por una módica multa colectiva (US$ 1.400 millones) y reformas societarias todavía pendientes. En esencia, aún no separan dos funciones: banca de inversión y manejo de valores (análisis, calificación, emisiones).

Este semifracaso puede hacer que, en el actual caso, los grandes administradores deban desprenderse de ciertas actividades. De hecho, Spitzer tiene una propuesta lista para Putnam Investments, Janus y Bank One. Sea como fuere, las investigaciones fiscales y de la SEC irán alcanzado a dos docenas de gestores grandes.

Pero subsisten cuestiones de fondo. Una es la desnaturalización del propio sector, cuyo volumen saltó de uno a siete billones en apenas un decenio. El sistema parecía perfecto para canalizar ahorros e inversiones del público en general, salvo que “ese dinero se confiaba a unos pocos profesionales, a quienes no podían hacérseles preguntas”, sostiene el “Financial Times”.

Eso condujo a abusos. Luego surgió otro problema: las operaciones fuera de hora y las oportunistas (“market timing”), que elegían el mejor momento. No para el ahorrista, sino para el especulador. “A su vez –apunta el periódico londinense-, también proliferaron los fondos, que luego se especializaron y planteaban más riesgos”.

Hiperactividad y segmentación produjeron un efecto curioso: aumento de costos (a 2% anual), lo cual “se lleva gran parte de las ganancias delos inversores menudos”. Así señala un reciente informe de la Comisión Federal de Valores. Este cuadro tiende a modificarse “pragmáticamente”: los escándalos que protagonizan grandes administradores ya han provocado retiros por cerca de US$ 13.000 millones.

Ahora, comienzan a circular listas negras. “Hace falta una reforma radical de la operatoria. La primera meta –cree William Donaldson, presidente de la SEC- es cortar los vínculos entre administradores de fondos mutuales y los fondos de cubertura o riesgo (hedge funds)”.

Los despedidos son John Carifa (presidente y director operativo) y Michael Laughlin, a cargo de fondos mutuales. Ambos controlaban “una división que permitió operaciones oportunistas aprovechando diferencias en cotizaciones y operaciones fuera de hora”. Así informó el CEO del grupo, Lewis Sanders.

Los ejecutivos se hallan entre los de mayor jerarquía víctimas del fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, y sus investigaciones en torno de fraudes e irregularidades en un sector que maneja alrededor de siete billones en ahorros e inversiones de público menudo. Hace algunos días, otro gigante –Putnam Investments- destituyó a Lawrence Lasser, CEO durante dieciocho años. “La gravedad del asunto sigue sorprendiendo al mercado y deteriora la confianza de la gente. Esto es muy malo”, señala Scudder Private Investment Counsel, una cartera de US$ 2.000 millones.

Spitzer y la Securities & Exchange Commission (SEC, Comisión Federal de Valores) continúan ampliando indagaciones en torno de privilegios indebidos otorgados a ciertos clientes. En especial, los fondos de cubertura o riesgo, que emplean derivativos y son motores de especulación pura.

La SEC se interesa particularmente en maniobras atribuidas a gerentes de colocaciones monetarias o financieras. Al parecer, estos expertos canalizaban acciones emitidas en oferta pública inicial –papeles muy buscados- a fondos de cubertura, en vez de mutuales y otras carteras.

El grupo indemnizará a inversores perjudicados. El nuevo caso tiene ribetes transatlánticos, pues la matriz del holding Alliance es la francesa Axa, que administra activos por US$ 438.000 millones en al mundo.

“Este negocio debe volver a los orígenes, pues hoy es una máquina de abusos”, sostiene Spitzer. “No se prevén arreglos genéricos entre autoridades y gestores de fondos”, confiesan varios abogados de Wall Street. Ni el implacable fiscal neoyorquino ni los principales estudios jurídicos estadounidenses creen factibles componendas entre los administradores de fondos mutuales, la justicia –federal, inclusive- y la Comisión Federal de Valores.

Spitzer aceptará sólo negociaciones grupo por grupo. No quiere repetir la experiencia de abril, cuando hizo un arreglo con las once mayores firmas bursátiles por una módica multa colectiva (US$ 1.400 millones) y reformas societarias todavía pendientes. En esencia, aún no separan dos funciones: banca de inversión y manejo de valores (análisis, calificación, emisiones).

Este semifracaso puede hacer que, en el actual caso, los grandes administradores deban desprenderse de ciertas actividades. De hecho, Spitzer tiene una propuesta lista para Putnam Investments, Janus y Bank One. Sea como fuere, las investigaciones fiscales y de la SEC irán alcanzado a dos docenas de gestores grandes.

Pero subsisten cuestiones de fondo. Una es la desnaturalización del propio sector, cuyo volumen saltó de uno a siete billones en apenas un decenio. El sistema parecía perfecto para canalizar ahorros e inversiones del público en general, salvo que “ese dinero se confiaba a unos pocos profesionales, a quienes no podían hacérseles preguntas”, sostiene el “Financial Times”.

Eso condujo a abusos. Luego surgió otro problema: las operaciones fuera de hora y las oportunistas (“market timing”), que elegían el mejor momento. No para el ahorrista, sino para el especulador. “A su vez –apunta el periódico londinense-, también proliferaron los fondos, que luego se especializaron y planteaban más riesgos”.

Hiperactividad y segmentación produjeron un efecto curioso: aumento de costos (a 2% anual), lo cual “se lleva gran parte de las ganancias delos inversores menudos”. Así señala un reciente informe de la Comisión Federal de Valores. Este cuadro tiende a modificarse “pragmáticamente”: los escándalos que protagonizan grandes administradores ya han provocado retiros por cerca de US$ 13.000 millones.

Ahora, comienzan a circular listas negras. “Hace falta una reforma radical de la operatoria. La primera meta –cree William Donaldson, presidente de la SEC- es cortar los vínculos entre administradores de fondos mutuales y los fondos de cubertura o riesgo (hedge funds)”.

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