La justicia investiga a la mayor aseguradora del mundo

Un “grand jury” investiga a American International Group (AIG), sospechada de vender pólizas destinadas a maquillar balances. Tampoco le va bien a su vinculada, Marsh & McLennan Cos., cuyo CEO acaba de renunciar.

25 octubre, 2004

El caso MML es por ahora más peligroso, porque reguladores y justicia empiezan a detectar ulteriores evidencias de prácticas irregulares en materia de seguros minoristas. Además, la agencia calificadora Standard & Poor’s acaba de reducirle puntaje y no descarta volver a hacerlo.

En lo tocante a AIG, un tribunal especial en Indiana está escrutando un contrato con Brightpoint, una distribuidora local de celulares. Tiempo antes, la Comisión Federal de Valores ya había acusado a AIG de negociar con esa firma pólizas –púdicamente llamadas “productos” en la prensa especializada- cuyo objeto real era disimular pérdidas. En esa oportunidad, el grupo debió pagar una multa de US$ 10 millones para llegare a arreglo. Ahora, la causa resurge en la justicia federal.

La situación de MML es más compleja, aunque –por ahora-, no está vinculado al asunto Brightpoint. Según informó este lunes Eliot Spitzer, fiscal general del estado neoyorquino, se ha probado que el operador minorista manipulada licitaciones en combinación con AIG. Por supuesto, ambas compañías están dirigidas por el mismo clan, casi un anacronismo en el negocio internacional del seguro.

Tanto las maniobras tipo MML-Brightpoint como la manipulación de negocios están empezando a ser investigadas por otros estados de la Unión. Por ejemplo, Richard Blumenthal –colega de Spitzer en Connecticut- ha librado ya 35 exhortos y citaciones a corredores, aseguradoras y reaseguradoras. El asunto también comienza a levantar polvo en la Comisión europea, Gran Bretaña y Suiza. La súbita renuncia de Jeffrey Greenberg acnetúa la crisis familiar.

El caso MML es por ahora más peligroso, porque reguladores y justicia empiezan a detectar ulteriores evidencias de prácticas irregulares en materia de seguros minoristas. Además, la agencia calificadora Standard & Poor’s acaba de reducirle puntaje y no descarta volver a hacerlo.

En lo tocante a AIG, un tribunal especial en Indiana está escrutando un contrato con Brightpoint, una distribuidora local de celulares. Tiempo antes, la Comisión Federal de Valores ya había acusado a AIG de negociar con esa firma pólizas –púdicamente llamadas “productos” en la prensa especializada- cuyo objeto real era disimular pérdidas. En esa oportunidad, el grupo debió pagar una multa de US$ 10 millones para llegare a arreglo. Ahora, la causa resurge en la justicia federal.

La situación de MML es más compleja, aunque –por ahora-, no está vinculado al asunto Brightpoint. Según informó este lunes Eliot Spitzer, fiscal general del estado neoyorquino, se ha probado que el operador minorista manipulada licitaciones en combinación con AIG. Por supuesto, ambas compañías están dirigidas por el mismo clan, casi un anacronismo en el negocio internacional del seguro.

Tanto las maniobras tipo MML-Brightpoint como la manipulación de negocios están empezando a ser investigadas por otros estados de la Unión. Por ejemplo, Richard Blumenthal –colega de Spitzer en Connecticut- ha librado ya 35 exhortos y citaciones a corredores, aseguradoras y reaseguradoras. El asunto también comienza a levantar polvo en la Comisión europea, Gran Bretaña y Suiza. La súbita renuncia de Jeffrey Greenberg acnetúa la crisis familiar.

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