Microsoft y el impacto de una sentencia europea en contra

Como se sabe, el juez de primera instancia Bo Vesterdorf dispuso que la firma ofreciera ya una versión de Windows XP sin Media Player. En Silicon Valley, algunos temen que el fallo desnude los límites del audio y el video por Internet.

27 diciembre, 2004

Además de un sistema operativo sin esas “opciones obligatorias”, Microsoft ha de compartir ciertos datos confidenciales con otras firmas de software y los fabricantes de computadoras. En lo formal, el tribunal de primera instancia, segunda autoridad judicial en la Unión Europea, rechazó una solicitud para suspender las sanciones impuestas en marzo por la Comisión Europea, el poder ejecutivo regional.

En realidad, lo que la gente de William Gates buscaba era tiempo para un arreglo con las nuevas autoridades de la CE. En efecto, las duras medidas de hace nueve meses provienen del inflexible Mario Monti, todavía comisionado de Competencia. Ahora el cargo lo ocupa la holandesa Nellie Kroes, muy sensible a lobbies empresariales estadounidenses.

Además, la nueva funcionaria y José Manoel Durão Barroso –presidente de la CE y también favorable a intereses privados- apoyaban la estrategia de Microsoft. Con bastante lógica, la compañía pretendía que Bruselas adoptase la postura de las autoridades antimonopólicas norteamericanas, cuyas medidas en el mismo caso no interferían tanto con el diseño y la ingeniería de Windows XP/Media Player.

Naturalmente, por el momento la empresa acatará el dictamen. Pero casi todos los analistas sectoriales esperan una apelación, ahora ante la propia Corte Europea. Al igual que en la primera presentación, el objeto real es llegar a un arreglo como el explicado. “Hay margen para seguir presionando”, sostenía Bradley Smith, asesor legal de Microsoft. “Al final emergeremos triunfantes”, agregó en una muestra de soberbia más típica de Lawrence Ellison (Oracle) que de Gates.

Por cierto, la primera semana de 2005 comienza a suministrarse a los productores de hardware en la UE un Windows XP sin Media Player. Esto se ampliará en febrero a proveedores de sistemas y revendedores. También se abrirá –quizá dentro una quincena- un sitio Web para ofrecer a competidores acceso a datos secretos, que permitirán a softwares de PC y de servidores ajenos a Microsoft conectarse con Windows por esa vía.

El negocio seguirá paso a paso ese proceso. Media Player era clave, pues se supone que cada día más máquinas se usan como vehículos de entretenimiento por la Red. En este punto, algunos veteranos de Silicon Valley tienen dudas pues, a su criterio, muchos adultos usuarios de PC quizá nunca lleguen a emplearas para bajar música o video. Simplemente, porque se trata de aplicaciones restringidas a jóvenes que residen en economías centrales.

El fallo judicial, claro, también permite a Microsoft seguir ofreciendo Windows XP con Media Player, al mismo precio que la versión “fuera de paquete”. A juicio de la propia compañía, no habrá gran demanda por ésta, pero esta hipótesis deja sin sustento dialéctico a una eventual apelación. Así, la consultora Ovum coincide con Microsoft, pero RealNetworks –principal competidor en software para reproducir audio y video- afirma que “los fabricantes de PC desean libertad para configurar sistemas y seguramente harán uso de la nueva opción. Pero lo importante es que la tesis de Gates, en cuanto a imposibilidad de separar determinados componentes de un sistema, era mentira”.

Existe un detalle poco advertido: la propia globalización informática. El inevitable efecto demostración puede hacer que firmas de software y hardware fuera de la UE –incluso en Estados Unidos- traten de obtener las mismas ventajas. Sea presionando sobre Microsoft, sea operando vía filiales o aliadas dentro de la UE.

Cabe preguntarse si, además, no se ha llegado a la saturación en este pleito, tras seis años de trajines. En diciembre de 1998, Sun Microsystems denuncia que Microsoft transgrede el artículo 82 del Tratado de Maastricht (creador de la UE) al reservarse datos sobre software de redes, necesarios para interactuar con los sistemas operativos de la firma para PC. En agosto de 2000, la CE acusa a la compañía de abusar de posición dominante en sistemas anteriores a Windows 2000.

Un año después, Bruselas amplía los cargos e incluye el caso Media Player. A los dos años, en agosto de 2003, la CE formula nuevas objeciones. Basada en sondeos de mercado, aporta nuevas evidencias sobre prácticas restrictivas de la competencia. En noviembre, las partes acuerdan discutir aumentar incentivos para facilitar un arreglo, pero las conversaciones fracasan. En marzo de 2004, la CE impone una multa de €597 millones a la compañía y las sanciones que la primera instancia judicial confirma el 22 de este mes.

Además de un sistema operativo sin esas “opciones obligatorias”, Microsoft ha de compartir ciertos datos confidenciales con otras firmas de software y los fabricantes de computadoras. En lo formal, el tribunal de primera instancia, segunda autoridad judicial en la Unión Europea, rechazó una solicitud para suspender las sanciones impuestas en marzo por la Comisión Europea, el poder ejecutivo regional.

En realidad, lo que la gente de William Gates buscaba era tiempo para un arreglo con las nuevas autoridades de la CE. En efecto, las duras medidas de hace nueve meses provienen del inflexible Mario Monti, todavía comisionado de Competencia. Ahora el cargo lo ocupa la holandesa Nellie Kroes, muy sensible a lobbies empresariales estadounidenses.

Además, la nueva funcionaria y José Manoel Durão Barroso –presidente de la CE y también favorable a intereses privados- apoyaban la estrategia de Microsoft. Con bastante lógica, la compañía pretendía que Bruselas adoptase la postura de las autoridades antimonopólicas norteamericanas, cuyas medidas en el mismo caso no interferían tanto con el diseño y la ingeniería de Windows XP/Media Player.

Naturalmente, por el momento la empresa acatará el dictamen. Pero casi todos los analistas sectoriales esperan una apelación, ahora ante la propia Corte Europea. Al igual que en la primera presentación, el objeto real es llegar a un arreglo como el explicado. “Hay margen para seguir presionando”, sostenía Bradley Smith, asesor legal de Microsoft. “Al final emergeremos triunfantes”, agregó en una muestra de soberbia más típica de Lawrence Ellison (Oracle) que de Gates.

Por cierto, la primera semana de 2005 comienza a suministrarse a los productores de hardware en la UE un Windows XP sin Media Player. Esto se ampliará en febrero a proveedores de sistemas y revendedores. También se abrirá –quizá dentro una quincena- un sitio Web para ofrecer a competidores acceso a datos secretos, que permitirán a softwares de PC y de servidores ajenos a Microsoft conectarse con Windows por esa vía.

El negocio seguirá paso a paso ese proceso. Media Player era clave, pues se supone que cada día más máquinas se usan como vehículos de entretenimiento por la Red. En este punto, algunos veteranos de Silicon Valley tienen dudas pues, a su criterio, muchos adultos usuarios de PC quizá nunca lleguen a emplearas para bajar música o video. Simplemente, porque se trata de aplicaciones restringidas a jóvenes que residen en economías centrales.

El fallo judicial, claro, también permite a Microsoft seguir ofreciendo Windows XP con Media Player, al mismo precio que la versión “fuera de paquete”. A juicio de la propia compañía, no habrá gran demanda por ésta, pero esta hipótesis deja sin sustento dialéctico a una eventual apelación. Así, la consultora Ovum coincide con Microsoft, pero RealNetworks –principal competidor en software para reproducir audio y video- afirma que “los fabricantes de PC desean libertad para configurar sistemas y seguramente harán uso de la nueva opción. Pero lo importante es que la tesis de Gates, en cuanto a imposibilidad de separar determinados componentes de un sistema, era mentira”.

Existe un detalle poco advertido: la propia globalización informática. El inevitable efecto demostración puede hacer que firmas de software y hardware fuera de la UE –incluso en Estados Unidos- traten de obtener las mismas ventajas. Sea presionando sobre Microsoft, sea operando vía filiales o aliadas dentro de la UE.

Cabe preguntarse si, además, no se ha llegado a la saturación en este pleito, tras seis años de trajines. En diciembre de 1998, Sun Microsystems denuncia que Microsoft transgrede el artículo 82 del Tratado de Maastricht (creador de la UE) al reservarse datos sobre software de redes, necesarios para interactuar con los sistemas operativos de la firma para PC. En agosto de 2000, la CE acusa a la compañía de abusar de posición dominante en sistemas anteriores a Windows 2000.

Un año después, Bruselas amplía los cargos e incluye el caso Media Player. A los dos años, en agosto de 2003, la CE formula nuevas objeciones. Basada en sondeos de mercado, aporta nuevas evidencias sobre prácticas restrictivas de la competencia. En noviembre, las partes acuerdan discutir aumentar incentivos para facilitar un arreglo, pero las conversaciones fracasan. En marzo de 2004, la CE impone una multa de €597 millones a la compañía y las sanciones que la primera instancia judicial confirma el 22 de este mes.

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