Noruega quiere reemplazar el mar del Norte con el Ãrtico

Hammerfest, más allá del círculo polar ártico, parece un Klondike petrolero. Indiferente a riesgos ecológicos, Noruega lo usa como base en un ambicioso proyecto de hidrocarburos. Ya en 2006, habrá una enorme procesadora de gas natural.

12 enero, 2005

Alarmado por el agotamiento de reservas bajo el mar del Norte, Oslo busca erigir un futuro “polo petrolero europeo”. Eso hará que Rusia, el país con mayor litoral ártico, se sume a la carrera (cuando haya puesto orden en su desquiciado sistema productivo).
Cabe preguntarse, entonces, si la protección ambiental continuará limitando las iniciativas empresariales en Alaska y Canadá.

Tanto Hammerfest como la vecina isla de Melkoja están en el mar de Barents, compartido con Rusia. El gas provendrá de un campo, 140 km al norte de la población, en un paraje llamado Snohvit (Blancanieves). A la vez, Hammerfest se asocia al antiguo culto de Tor, a cuyo martillo se atribuían los truenos. La futura planta seguramente generará las primeras exportaciones de gas natural licuado (GNC) hechas por un socio de la Unión Europea.

El mes próximo, se emplazarán plataformas de perforación 230 km al norte del pueblo. Su actividad ha sido posibilitada por el levantamiento de restricciones a esas tareas en la región. En otras palabras, el gobierno conservador de Noruega deja de lado el equilibrio ambiental y ecológico.

El mar de Barents es la primera de las fronteras que traspasarán las compañías para quienes el Ártico es apenas un objetivo económico. Clave: las pobres perspectivas globales en materia de reservas. Si bien, de la boca para afuera, los grandes grupos sostienen que sus disponibilidades seguirán subiendo hasta 2010, el futuro ulterior dista de ser brillante. Los graves errores de Vladimir Putin (“resovietización de recursos no renovables”) y la inestabilidad en Levante pueden continuar dificultando la exploración, la extracción y el transporte de hidrocarburos.

Los inesperados rebotes de precios registrados al comenzar 2005 sugieren que el contexto volátil y alcista se proyecta al mediano plazo. Eso, claro, beneficia a las petroleras y las induce a buscar nuevas fuentes o cubicar las localizadas. Barents resulta especialmente atractivo, pues Noruega ofrece un contexto muchísimo más estable que otras zonas potencialmente ricas. Además, esos mares no están expuestos a tormentas violentas, pues gran parte se halla bajo una gruesa capa de hielo.

El último estudio geológico oficial publicado por el gobierno de Estados Unidos estima que casi 25% de las reservas mundiales aún no descubiertas está en el Ártico. A su vez, la dirección noruega del petróleo calcula que Barents podría contener un tercio de sus yacimientos no ubicados. Ello excluye una franja tan extensa como potencialmente rica –al norte de las penínsulas Varanger y Kola-, en litigio con Rusia.

En la situación actual, Noruega es todavía la tercera exportadora mundial, detrás de Arabia Saudita y Rusia. Pero su producción ya pasó el pico e irá cediendo de 2,8 millones de barriles diarios (b/d) este año a 1,5 millón en 2014; o sea, 46,4%. Eso prevé Hydro, la segunda petrolera del país, tras Statoil. Obviamente, el mar de Barents occidental es decisivo para ambas. Sobre todo luego de que los rusos descubrieran un vasto yacimiento gasífero en Shtokmanóvskoye (Gazprom) en la zona oriental: 3,2 billones de m3, casi dos veces y media el tamaño de Troll, el mayor campo bajo el mar del Norte.

Junto con el monopolio estatal ruso, en la región operan o piensan operar el ENI italiano (proyecto Goliat) y cuatro compañías. Entre ellas, Shell T&T y ExxonMobil. Resulta irónico que, como les ocurre a los principales conglomerados transnacionales, Noruega se haya retrasado en materia de exploraciones; su inversión se redujo de 9% del PBI en 1997 a menos de 4% en 2004.

Por el momento, el país no encara los mayores yacimientos potenciales. Por ejemplo, Snohvit (descubierto en 1984) no es muy grande en términos globales. Junto con dos vecinos suyos –Askeladd, Albatross- se estima que reúne alrededor de 200.000 millones de m3 en gas natural. Se espera que su producción anual orille los 5.700 millones.

Ahora bien, algunos analistas no creen que el mar de Barents depare tanta bonanza. Durante los ´80, hubo bastante exploración pero, en los ´90, se disipaba el interés, pues no se habían detectado yacimientos fácilmente accesibles o explotables, al cabo de 60 perforaciones de ensayo. El único resultado tangible fue Snohvit.

Como podía preverse, el negocio también afrontará –en caso de hallazgos exitosos- la oposición ambientalista. El Ártico sostiene una increíble variedad de vida, además de constituir una de las áreas pesqueras más ricas y productivas. Concretamente, “el mar de Barents es el último ecosistema virgen de Europa”, afirma World Wildlife Fund.

Después de los hidrocaburos, el pescado –bacalao, sobre todo- es la mayor exportación noruega y, hasta no hace tanto, era casi la única. Los críticos locales definen la apertura del Barents a las petroleras como “ejemplo de cuán cegados están nuestros políticos por el auge petrolero. Debieran fijarse en los estragos que ese negocio ha causado en el mar Caspio: el lago más grande del mundo ha muerto”.

Alarmado por el agotamiento de reservas bajo el mar del Norte, Oslo busca erigir un futuro “polo petrolero europeo”. Eso hará que Rusia, el país con mayor litoral ártico, se sume a la carrera (cuando haya puesto orden en su desquiciado sistema productivo).
Cabe preguntarse, entonces, si la protección ambiental continuará limitando las iniciativas empresariales en Alaska y Canadá.

Tanto Hammerfest como la vecina isla de Melkoja están en el mar de Barents, compartido con Rusia. El gas provendrá de un campo, 140 km al norte de la población, en un paraje llamado Snohvit (Blancanieves). A la vez, Hammerfest se asocia al antiguo culto de Tor, a cuyo martillo se atribuían los truenos. La futura planta seguramente generará las primeras exportaciones de gas natural licuado (GNC) hechas por un socio de la Unión Europea.

El mes próximo, se emplazarán plataformas de perforación 230 km al norte del pueblo. Su actividad ha sido posibilitada por el levantamiento de restricciones a esas tareas en la región. En otras palabras, el gobierno conservador de Noruega deja de lado el equilibrio ambiental y ecológico.

El mar de Barents es la primera de las fronteras que traspasarán las compañías para quienes el Ártico es apenas un objetivo económico. Clave: las pobres perspectivas globales en materia de reservas. Si bien, de la boca para afuera, los grandes grupos sostienen que sus disponibilidades seguirán subiendo hasta 2010, el futuro ulterior dista de ser brillante. Los graves errores de Vladimir Putin (“resovietización de recursos no renovables”) y la inestabilidad en Levante pueden continuar dificultando la exploración, la extracción y el transporte de hidrocarburos.

Los inesperados rebotes de precios registrados al comenzar 2005 sugieren que el contexto volátil y alcista se proyecta al mediano plazo. Eso, claro, beneficia a las petroleras y las induce a buscar nuevas fuentes o cubicar las localizadas. Barents resulta especialmente atractivo, pues Noruega ofrece un contexto muchísimo más estable que otras zonas potencialmente ricas. Además, esos mares no están expuestos a tormentas violentas, pues gran parte se halla bajo una gruesa capa de hielo.

El último estudio geológico oficial publicado por el gobierno de Estados Unidos estima que casi 25% de las reservas mundiales aún no descubiertas está en el Ártico. A su vez, la dirección noruega del petróleo calcula que Barents podría contener un tercio de sus yacimientos no ubicados. Ello excluye una franja tan extensa como potencialmente rica –al norte de las penínsulas Varanger y Kola-, en litigio con Rusia.

En la situación actual, Noruega es todavía la tercera exportadora mundial, detrás de Arabia Saudita y Rusia. Pero su producción ya pasó el pico e irá cediendo de 2,8 millones de barriles diarios (b/d) este año a 1,5 millón en 2014; o sea, 46,4%. Eso prevé Hydro, la segunda petrolera del país, tras Statoil. Obviamente, el mar de Barents occidental es decisivo para ambas. Sobre todo luego de que los rusos descubrieran un vasto yacimiento gasífero en Shtokmanóvskoye (Gazprom) en la zona oriental: 3,2 billones de m3, casi dos veces y media el tamaño de Troll, el mayor campo bajo el mar del Norte.

Junto con el monopolio estatal ruso, en la región operan o piensan operar el ENI italiano (proyecto Goliat) y cuatro compañías. Entre ellas, Shell T&T y ExxonMobil. Resulta irónico que, como les ocurre a los principales conglomerados transnacionales, Noruega se haya retrasado en materia de exploraciones; su inversión se redujo de 9% del PBI en 1997 a menos de 4% en 2004.

Por el momento, el país no encara los mayores yacimientos potenciales. Por ejemplo, Snohvit (descubierto en 1984) no es muy grande en términos globales. Junto con dos vecinos suyos –Askeladd, Albatross- se estima que reúne alrededor de 200.000 millones de m3 en gas natural. Se espera que su producción anual orille los 5.700 millones.

Ahora bien, algunos analistas no creen que el mar de Barents depare tanta bonanza. Durante los ´80, hubo bastante exploración pero, en los ´90, se disipaba el interés, pues no se habían detectado yacimientos fácilmente accesibles o explotables, al cabo de 60 perforaciones de ensayo. El único resultado tangible fue Snohvit.

Como podía preverse, el negocio también afrontará –en caso de hallazgos exitosos- la oposición ambientalista. El Ártico sostiene una increíble variedad de vida, además de constituir una de las áreas pesqueras más ricas y productivas. Concretamente, “el mar de Barents es el último ecosistema virgen de Europa”, afirma World Wildlife Fund.

Después de los hidrocaburos, el pescado –bacalao, sobre todo- es la mayor exportación noruega y, hasta no hace tanto, era casi la única. Los críticos locales definen la apertura del Barents a las petroleras como “ejemplo de cuán cegados están nuestros políticos por el auge petrolero. Debieran fijarse en los estragos que ese negocio ha causado en el mar Caspio: el lago más grande del mundo ha muerto”.

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