Se retira William Gates y ¿quién lo sucederá en el trono?

Fundador de Microsoft en 1975, junto con Paul Allen, Gates se dedicará desde 2008 a la beneficencia. Silicon Valley cree que quien lo sucedió años atrás como director ejecutivo (Steve Ballmer) se jubilará y la corona pasará a Ray Ozzie.

16 junio, 2006

El cambio de guardia tomará año y medio y Gates retendrá la presidencia no ejecutiva más la supervisión de nuevos programas y servicios. Desde julio, empero, Ozzie asumirá como director de arquitectura en software y, de hecho, manejará la transición. Nada de esto sorprende a los analistas. Tampoco que Craig Mundie, ahora jefe técnico, pase a director de investigaciones y estrategia.

Algunos creen que todo eso subraya la preeminencia de Ballmer, que reemplazó a Gates como director ejecutivo en 2000. Otros, la mayoría. Ve en Ozzie el real heredero. “Ray –señalan cerca de Lawrence Ellison, Oracle- es lo más parecido al joven Bill. Además, tiene el perfil requerido para una larga batalla con los dos genios de Google”.

Gates, un desertor universitario, y su compinche Allen estuvieron entre los primeros emprendedores que veían el potencial del software como negocio por sí mismo. Al cabo del tiempo, la firma que crearon se convirtió en un titán tecnológico y substituyó a IBM como “bête noire” de Silicon Valley. Sus nombre se hizo sinónimo de PC y sistemas operativos de acceso.

Ya con Windows, sus utilidades y poder en el mercado se tornaron invencibles. También atrajeron el celo antimonopólico de autoridades reguladores o judiciales en Estados Unidos y la Unión Europea. Si bien ha zanjado varios litigios, subsisten otros y, aparte, ha surgido competencia desde dentro mismo de la Red. Hace poco, Ballmer confesaba a los accionistas que será preciso gastar US$ 2.100 millones adicionales, este año, para adaptarse al nuevo entorno sectorial.

Pese al talento de Gates como estratega, muchos expertos estiman que el cambio de guardia tendrá escasos efectos en los estamentos gerenciales y técnicos de la compañía. En cuanto a su filantropía y la de Melinda Gates, la fundación es quizá la más rica del mundo privado, con activos por más de US$ 29.000 millones (la fortuna personal del matrimonio pasa de 50.000 millones). Por ahora, sus actividades –vacunación, atención médica- se enfocan en India y el África subsahariana. En la primeza zona, ahora se interesa en la peor lacra del continente: el trabajo esclavo impuesto en minas a niños entre cinco y quince años.

El cambio de guardia tomará año y medio y Gates retendrá la presidencia no ejecutiva más la supervisión de nuevos programas y servicios. Desde julio, empero, Ozzie asumirá como director de arquitectura en software y, de hecho, manejará la transición. Nada de esto sorprende a los analistas. Tampoco que Craig Mundie, ahora jefe técnico, pase a director de investigaciones y estrategia.

Algunos creen que todo eso subraya la preeminencia de Ballmer, que reemplazó a Gates como director ejecutivo en 2000. Otros, la mayoría. Ve en Ozzie el real heredero. “Ray –señalan cerca de Lawrence Ellison, Oracle- es lo más parecido al joven Bill. Además, tiene el perfil requerido para una larga batalla con los dos genios de Google”.

Gates, un desertor universitario, y su compinche Allen estuvieron entre los primeros emprendedores que veían el potencial del software como negocio por sí mismo. Al cabo del tiempo, la firma que crearon se convirtió en un titán tecnológico y substituyó a IBM como “bête noire” de Silicon Valley. Sus nombre se hizo sinónimo de PC y sistemas operativos de acceso.

Ya con Windows, sus utilidades y poder en el mercado se tornaron invencibles. También atrajeron el celo antimonopólico de autoridades reguladores o judiciales en Estados Unidos y la Unión Europea. Si bien ha zanjado varios litigios, subsisten otros y, aparte, ha surgido competencia desde dentro mismo de la Red. Hace poco, Ballmer confesaba a los accionistas que será preciso gastar US$ 2.100 millones adicionales, este año, para adaptarse al nuevo entorno sectorial.

Pese al talento de Gates como estratega, muchos expertos estiman que el cambio de guardia tendrá escasos efectos en los estamentos gerenciales y técnicos de la compañía. En cuanto a su filantropía y la de Melinda Gates, la fundación es quizá la más rica del mundo privado, con activos por más de US$ 29.000 millones (la fortuna personal del matrimonio pasa de 50.000 millones). Por ahora, sus actividades –vacunación, atención médica- se enfocan en India y el África subsahariana. En la primeza zona, ahora se interesa en la peor lacra del continente: el trabajo esclavo impuesto en minas a niños entre cinco y quince años.

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