Alitalia cae en la bolsa y los sindicatos piden cabezas

Giancarlo Cimoli afronta el enésimo paro, el lunes próximo. En tres días, la acción se derrumbó 11%. Durante el primer semestre, las pérdidas suman € 221.500.000, los gastos en combustibles alcanzan a 471 millones y los rindes ceden 1,5%.

14 septiembre, 2006

Alitalia ya no podrá cerrar 2006 con utilidades, una promesa clave de Cimoli, y esto le cuesta caro. Tras la caída bursátil, Deutsche Bank –que había timoneado el último aumento de capital- bajó a chatarra la calificación de la deuda.

Peor ha sido la reacción gremial. Las dos federaciones de tercer grado (UGL, UP) invitaron a adherir al paro de cuatro horas declarado, para el 18, por Sult, Snaut, Anpac, Anpav, Avia, Sincobas, CNL y ATMPP. Entretanto, se busca formar un comando unificado “para acabar con Cimoli y su gente”.

En esencia, la parte laboral rechaza el programa del interventor, basado en separar divisiones (por ejemplo, informática y administración), vender al centro de llamadas y los servicios en tierra, equipaje inclusive. Sólo los pilotos (Anpac) parecen dispuestos a negociar, pero con una condición de hierro: encarar una fusión con AirFrance-KLM, salida frustrada ya un par de veces.

Por el momento, es imposible hacer nada. El primer ministro Romano Prodi, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y otros altos funcionarios estaban en China y luego visitarían Singapur. Además, hay divergencias en el gabinete sobre el destino de Alitalia y Cimoli, a quien le ratificaron la confianza –con cierto apresuramiento- hace un mes. Contra el interventor están ahora el ministro de transportes Alessandro Bianchi y el de desarrollo, Pierluigi Bersani.

Alitalia ya no podrá cerrar 2006 con utilidades, una promesa clave de Cimoli, y esto le cuesta caro. Tras la caída bursátil, Deutsche Bank –que había timoneado el último aumento de capital- bajó a chatarra la calificación de la deuda.

Peor ha sido la reacción gremial. Las dos federaciones de tercer grado (UGL, UP) invitaron a adherir al paro de cuatro horas declarado, para el 18, por Sult, Snaut, Anpac, Anpav, Avia, Sincobas, CNL y ATMPP. Entretanto, se busca formar un comando unificado “para acabar con Cimoli y su gente”.

En esencia, la parte laboral rechaza el programa del interventor, basado en separar divisiones (por ejemplo, informática y administración), vender al centro de llamadas y los servicios en tierra, equipaje inclusive. Sólo los pilotos (Anpac) parecen dispuestos a negociar, pero con una condición de hierro: encarar una fusión con AirFrance-KLM, salida frustrada ya un par de veces.

Por el momento, es imposible hacer nada. El primer ministro Romano Prodi, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y otros altos funcionarios estaban en China y luego visitarían Singapur. Además, hay divergencias en el gabinete sobre el destino de Alitalia y Cimoli, a quien le ratificaron la confianza –con cierto apresuramiento- hace un mes. Contra el interventor están ahora el ministro de transportes Alessandro Bianchi y el de desarrollo, Pierluigi Bersani.

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