Viacom se pelea con Google y su controlada, YouTube

El grupo multimedios choca con el megabuscador y su nueva adquisición. Motivo: una demanda de US$ 1.000 millones por piratería de contenidos y derechos de autor.

14 marzo, 2007

La litigante, que abarca dos cadenas –MTV, Comedy central- y los estudios Paramount, trata de frenar ciertos abusos del gigante de Internet. Amén de exigir esa indemnización, ha endurecido posturas en un juicio que lleva meses.

Señalando que Google no ha satisfecho sus reclamos, Viacom acusa al sitio de videoclips gratuitos YouTube por “transgredir sistemáticamente derechos intelectuales” (si es que hay algo de “intelectual” en esos medios). Por su parte, Google cree que la justicia se pondrá del lado suyo.

En un rapto lírico, el megabuscador sostiene que “YouTube ofrece oportunidades reales a sus destinatarios y promueve contenidos orientados a una joven audiencia”. En realidad, la expone a un bombardeo publicitario no deseado (replica Viacom).

Profundizando su argumentación, Google afirma que “no permitiremos que la demanda sea una traba para el crecimiento continuo y el desempeño de YouTube”. Esta línea, sin mayor sustento jurídico, admite la intención de “atraer más usuarios, más tráfico y más publicidad”.

Hace más de un mes, Viacom había lanzado un ultimátum. Exigía a YouTube retirar los videos pirateados. La firma sacó una cantidad, pero muchos siguen en el portal. Por ende, Viacom añadió una demanda por “transgresión masiva, intencional y sistemática de derechos”. También le pidió al juez “prohibir futuras violaciones”.

Entre sus argumentos, Viacom sostiene que “se bajaron 160.000 clips sin autorización. Fueron difundidos por YouTube y vistos más de 1.500 millones de veces”. A criterio de la demandante, “se trata de un modelo de negocios claramente abusivo, basado en ingresos publicitarios de contenidos ilegales. Esto mientras otros distribuidores han alcanzado acuerdos”.

La situación de Google no es cómoda. Varias editoriales habían ya apelado a los tribunales para impedir que el megabuscador canibalice sus archivos para digitalizar grandes obras literarias. Algo curioso en un medio cuyos navegantes tienen escasa afición a esas lecturas. Desde otro ángulo, algunas agencias noticiosas han reclamado por el uso de su material en páginas con publicidad de Google. En este sector, ya hubo convencios para repartir ingresos con Reuters, Bloomberg’s, etc..

La litigante, que abarca dos cadenas –MTV, Comedy central- y los estudios Paramount, trata de frenar ciertos abusos del gigante de Internet. Amén de exigir esa indemnización, ha endurecido posturas en un juicio que lleva meses.

Señalando que Google no ha satisfecho sus reclamos, Viacom acusa al sitio de videoclips gratuitos YouTube por “transgredir sistemáticamente derechos intelectuales” (si es que hay algo de “intelectual” en esos medios). Por su parte, Google cree que la justicia se pondrá del lado suyo.

En un rapto lírico, el megabuscador sostiene que “YouTube ofrece oportunidades reales a sus destinatarios y promueve contenidos orientados a una joven audiencia”. En realidad, la expone a un bombardeo publicitario no deseado (replica Viacom).

Profundizando su argumentación, Google afirma que “no permitiremos que la demanda sea una traba para el crecimiento continuo y el desempeño de YouTube”. Esta línea, sin mayor sustento jurídico, admite la intención de “atraer más usuarios, más tráfico y más publicidad”.

Hace más de un mes, Viacom había lanzado un ultimátum. Exigía a YouTube retirar los videos pirateados. La firma sacó una cantidad, pero muchos siguen en el portal. Por ende, Viacom añadió una demanda por “transgresión masiva, intencional y sistemática de derechos”. También le pidió al juez “prohibir futuras violaciones”.

Entre sus argumentos, Viacom sostiene que “se bajaron 160.000 clips sin autorización. Fueron difundidos por YouTube y vistos más de 1.500 millones de veces”. A criterio de la demandante, “se trata de un modelo de negocios claramente abusivo, basado en ingresos publicitarios de contenidos ilegales. Esto mientras otros distribuidores han alcanzado acuerdos”.

La situación de Google no es cómoda. Varias editoriales habían ya apelado a los tribunales para impedir que el megabuscador canibalice sus archivos para digitalizar grandes obras literarias. Algo curioso en un medio cuyos navegantes tienen escasa afición a esas lecturas. Desde otro ángulo, algunas agencias noticiosas han reclamado por el uso de su material en páginas con publicidad de Google. En este sector, ya hubo convencios para repartir ingresos con Reuters, Bloomberg’s, etc..

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